LA SITUACION ACTUAL OBLIGA A TODOS A CUIDAR LAS FORMAS.

La resolución.

Rodolfo Tuirán.
07 de agosto de 2006

El tiempo de que dispone el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para emitir la resolución definitiva sobre la validez de la elección sigue corriendo y se agotará al finalizar el presente mes. Como parte de este proceso, los siete magistrados que integran el Tribunal, habiendo escuchado las argumentaciones de los representantes de los partidos políticos, decidieron rechazar por unanimidad -en sesión pública celebrada el sábado pasado- la demanda de la coalición Por el Bien de Todos (CPBT) de volver a contar los más de 41 millones de votos emitidos en la elección presidencial.

Esta determinación se ancló, entre otras razones, en el hecho de que la CPBT no impugnó todos los distritos, como lo marca la ley, ni presentó elementos suficientes para sustentar que la elección estuvo marcada por irregularidades generalizadas en el proceso de escrutinio y cómputo de los votos.

Sin embargo, el Tribunal sí consideró fundados los recursos que presentó la CPBT para solicitar la apertura de los paquetes de 11 mil 839 casillas (cifra que representa poco menos de una de cada 10 casillas instaladas el pasado 2 de julio) y ordenó hacer el recuento de los votos ahí contenidos, toda vez que las actas respectivas presentan errores o inconsistencias en algunos rubros fundamentales. Esta determinación, que será instrumentada por el Tribunal entre el 9 y el 14 de agosto próximos, resulta de gran importancia porque contribuirá a despejar dudas y ayudará a esclarecer el resultado de los comicios presidenciales, al tiempo que influirá en la trayectoria que eventualmente pueda seguir el conflicto postelectoral en el país.

La resolución del TEPJF fue calificada de inmediato por el PRI como "lógica y consistente", mientras que para el PAN los argumentos de esa instancia judicial "son los correctos". En todo caso, el recuento de un número tan significativo de casillas y votos (alrededor de 4 millones) permitirá determinar si las dudas de la CPBT sobre la elección presidencial tienen sustento (o no), sobre todo tratándose de las casillas que concentran las mayores sospechas.

Si en el recuento de votos la diferencia entre Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Felipe Calderón se mantiene más o menos inalterada, este resultado abonaría a la ratificación del triunfo del segundo; en contraste, si la diferencia entre ambos candidatos se reduce significativamente hasta poner en duda el resultado de la elección, nada impediría al Tribunal -como señalan algunos especialistas- abrir otros paquetes para dar plena certeza y transparencia a los comicios.

En este contexto, ¿cuál es el camino que seguirá la CPBT? ¿Abrirá un compás de espera o exacerbará las acciones políticas de inconformidad? AMLO manifestó casi de inmediato su desacuerdo con la decisión de los magistrados (que calificó de "legalmente endeble"), ratificó su demanda de recuento de todos los votos y confirmó lo que en días pasados había anunciado: las acciones de resistencia civil no sólo van a continuar, sino que incluso se verán reforzadas.

Frente a esta reacción inicial de la CPBT, conviene que su liderazgo valore con serenidad la relevancia y significado de la decisión del Tribunal (que para algunos representa una victoria parcial de la CPBT), razone profusa y ampliamente el curso a seguir, trascienda las tácticas inmediatistas y modere los ánimos de sus simpatizantes y seguidores (la crónica de los medios de comunicación muestra que afuera de las instalaciones del TEPJF éstos gritaban a los magistrados "¡vendidos!", "¡rateros!", "¡traidores!") para evitar que el encono y el antagonismo sienten sus reales de manera permanente.

La situación actual obliga a todos a cuidar dichos y métodos y a recuperar el quehacer de la política. A nadie ayuda radicalizar posturas y a todos conviene establecer puentes de entendimiento. Por esta razón, no está por demás reiterar el llamado a la prudencia, la responsabilidad y la mesura de todos los actores políticos, quienes deben contribuir a preservar la paz social, sin la cual no hay convivencia ni progreso posibles.