LAS URNAS DE PANDORA

Por Luis Gabriel Osejo
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Especial para el Sendero del Peje

Aún cuando legalmente no existe la nulidad de la elección presidencial no debemos descartar que ésta pudiera ser invocada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación como una medida “salomónica” para evitar confrontarse con cualquiera de las partes.

No debemos de descartar que esto pudiera suceder sobre todo porque a nadie le queda duda de que la sentencia que recaiga sobre las centenas de juicios de inconformidad demandados tanto por la Coalición por el Bien de Todos como por el Partido Acción Nacional (a quien nadie en los medios de –des- comunicación le han exigido que acepte el resultado) tendrá que ver más bien con una cuestión política que legal.

Como hemos leído en diversos artículos políticos, los caminos del TEPJF están bien delimitados: uno: desechan todos los juicios y ratifican los resultados emitidos por el IFE (lo que es bien improbable); dos: los aceptan parcialmente y ordenan el recuento de sólo algunas urnas que pudieran o no emparejar o remontar el “marcador” final; tres: ordenan la apertura de todos o de la mayoría de todas las urnas y modifican el resultado de la elección (lo que es poco probable políticamente hablando porque al hacerlo estarían abriendo la “urna de Pandora” donde no sólo encontrarán que votaron los muertos, que las actas fueron alteradas a favor del candidato oficial, que el IFE no tiene credibilidad, que la presidencia con Fox ala cabeza operaron en contra de AMLO, en fin).

Por estas razones (tal vez si estuviera fortalecida nuestra democracia, a la que nada abonó el sexenio perdido de Fox, la decisión debería de ser estrictamente jurídica) es que los magistrados podrían declarar la nulidad “abstracta” de la elección (lo que les permitiría una tesis jurisprudencial emitida muy recientemente) y poner en manos del Congreso de la Unión la convocatoria de nuevas elecciones.

De acuerdo al artículo 85 constitucional, “SI AL COMENZAR UN PERIODO CONSTITUCIONAL NO SE PRESENTASE EL PRESIDENTE ELECTO, O LA ELECCION NO ESTUVIERE HECHA Y DECLARADA EL 1o. DE DICIEMBRE, CESARA, SIN EMBARGO, EL PRESIDENTE CUYO PERIODO HAYA CONCLUIDO Y SE ENCARGARA DESDE LUEGO DEL PODER EJECUTIVO, EN CALIDAD DE PRESIDENTE INTERINO, EL QUE DESIGNE EL CONGRESO DE LA UNION, O EN SU FALTA CON EL CARACTER DE PROVISIONAL, EL QUE DESIGNE LA COMISION PERMANENTE, PROCEDIENDOSE CONFORME A LO DISPUESTO EN EL ARTICULO ANTERIOR.

El artículo 84 es igual de claro: una vez electo el presidente interino las nuevas elecciones serían convocadas para un plazo no menor de 14 meses ni mayor a 18.

Lo que significa que, cuando mucho, los electores tendríamos que regresar a las urnas por ahí de junio del 2008. Mucho tiempo desde el punto de vista que todo esto pudo haberse evitado si quienes hoy están en el poder y en las instituciones encargadas de organizar las elecciones y contar los votos hubieran actuado con honestidad desde un principio...

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