Sale el Astillero de hoy:
Astillero
A la antigüita
Descalificación a lo cibernético
El testigo Calderón, inexistente
Espino paga manda en EspañaManuel Espino, presidente del Partido Acción Nacional, en la sede del Partido Popular, con su presidente, Mariano Rajoy FOTO Notimex
Andrés Manuel López Obrador está cometiendo el error de considerar que el fraude del pasado 2 fue "manual" y no cibernético. Según declaró ayer en el programa radiofónico conducido por Miguel Angel Granados Chapa, "se habló mucho del fraude cibernético, todo mundo pensaba que el fraude lo habían hecho en lo cibernético, en las máquinas (...); encontramos que no está ahí el fraude, encontramos que está en los papeles, que es un fraude a la antigüita (...); la información que tenemos es que se tomaron las casillas al estilo antiguo y se dieron estas calificaciones".
Al hacer a un lado los serios estudios realizados por científicos mexicanos, que sin duda han expresado el comportamiento atípico de los procesos de captación y difusión de los resultados electorales, tanto los preliminares como los distritales, López Obrador se comporta políticamente a la antigüita, desdeñando pruebas técnicas que -junto con las indudables muestras de mapachería tradicional- podrían ser acreditadas en el proceso judicial electoral para demostrar manipulaciones en su contra.
Un problema de la modernidad desdeñada es que, según las evidencias ampliamente difundidas aquí, el recuento de voto por voto, casilla por casilla, podría arrojar resultados similares a los anteriormente emitidos por el sistema oficial de cómputo, si se volviera a usar éste para dicho nuevo cómputo. Una de las recomendaciones de los físicos y matemáticos que con bases sólidas dudan de la plataforma cibernética del IFE es justamente que una nueva revisión de números se hiciera en equipos computacionales distintos. Tal vez ahora más que nunca sea necesario que los especialistas en asuntos numéricos organicen alguna sesión pública para explicar y difundir sus importantísimos hallazgos.
Astillas:
El columnista Julio Hernández López es rodeado por lectores de todas las edades que toman fotografías y le piden autógrafos, al finalizar la marcha del pasado domingo FOTO Carlos Cisneros
El propio Luis Carlos Ugalde Ramírez ha reconocido que Felipe Calderón fue testigo de su boda con Lía Limón García, pero en la oficialía 1 del registro civil de Tepoztlán, Morelos, donde se realizó el enlace civil, no queda constancia de ese hecho. El acta de matrimonio levantada en el libro 1, acta 159, foja 159, del 6 de diciembre de 2003, sólo asienta como testigos firmantes a Jesús Federico Reyes Heroles González Ga (el espacio disponible en el acta no permitió anotar completo el apellido Garza), a Marco Antonio Ugalde Ramírez, a Miguel Limón Díaz y a Matilde García Verástegui. El oficial del registro civil fue Román Navarrete Reyes. Según explicaciones informales, cuando el número de testigos es mayor a cuatro -que es el número de espacios reservados para anotar sus datos- se suelen anotar los restantes en una especie de solapa adicional que es entregada a los contrayentes y, por ello, no es adjuntada al acta oficial. El matrimonio de Ugalde y Limón fue disuelto el 20 de enero de 2005 en el Distrito Federal... Alerta, alerta: conforme se complica la imposición de Felipe Calderón, es impulsada en el panorama mediático la oportuna tesis que canta las bondades de anular los comicios presidenciales. Comprensivos y generosos, algunos comentaristas y opinantes que quince días atrás no dejaban pasar ni la sospecha de que hubiera habido fraude electoral, ahora consideran esa posibilidad y, patriotas, arriesgan la teoría de que tal vez lo mejor para ¡Méééxico! sería anular el proceso en duda y nombrar un presidente interino. Como ya se ha explicado antes, pero es necesario repetir cuantas veces sea necesario, anular las elecciones significaría impedir en lo inmediato la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador, sacrificar (para su posterior cambio) al Chapelén (chaparrito, pelón y de lentes, según la descripción autorizada del líder panista, Manuel Espino) y, acaso, imponer prianísticamente un presidente vicentenario que no se complique mucho la precaria vida política investigando pillerías de personajes famosos (o de sus familiares) del pasado reciente... El presidente del PAN, Manuel Espino, no está disponible para asuntos políticos nacionales porque anda en España pagando (equivocadamente) la manda religiosa que prometió si Felipe Calderón ganaba las elecciones del pasado 2. La columnista Katia D'Artigues informó en El Universal que Espino, su secretario particular Erick Porres, el senador electo César Leal, el diputado Jaime del Conde, y otro miembro del CEN blanquiazul Enrique Navarro, están realizando el Camino de Santiago. Esa peregrinación con sede en Compostela -agrega esta columna- se estableció en el siglo IX cerca de donde fueron encontrados los restos que se supone pertenecían al apóstol Santiago el Mayor. Las penitencias caminantes de Espino y compañía -de las que volverán a fin de mes- no han sido bien vistas en el entorno de Felipe Calderón, pues pareciera que se le ha dejado solo justamente cuando -otra vez- la burbuja mediática y cibernética con la que fue inflado comienza a deshacerse. Los calderónicos siguen preguntándose de qué lado jugó Espino y, sobre todo, si aparte de los inciertos motivos piadosos del viaje a Europa (¡San Trife, confirma el milagro!) hay un vacío político intencional... ¡Oh, no!, que dice el señor presidente Bush que siempre no hay condiciones para que se apruebe en este año la tal reforma migratoria que tantas esperanzas y emociones había provocado en el presidente señor Vicente (quien hasta día de fiesta nacional, histórico, había declarado la ocasión en que se aprobó en el Senado gringo un simple suspiro de buenas intenciones que el esposo de la señora Marta consideró de inmediato como hecho consumado)... Varios lectores preguntan por qué los beneficiarios de la lucha de Andrés Manuel López Obrador, como son los virtuales diputados, senadores y jefe de gobierno capitalino electos también el pasado 2, no denuncian fraude en sus demarcaciones y no anuncian su disposición a no rendir protesta ni ocupar sus cargos dado que el fraude electoral habría sido parejo... También hay correos electrónicos en los que se pregunta a título de qué aparece ahora en todos los actos políticos la señora Mar(t)iagna de Ebrard, quien, en esa lógica, un día de estos podría aparecer como presidenta de la Fundación Vamos Marcelo... ¡Hasta mañana, mientras en Oaxaca, con la Guelaguetza, y en Tabasco, con los Zetas, pagan cuentas los gobernadores madracistas!
Son varios los e-mails que he recibido de lectores que me reclaman que es un error que el peje haya dicho que el fraude no fué cibernético. Entiendo por que está diciendo que fue fraude "a la antigüita," pero coincido con los lectores y con Julio Hernández en que decir que no hubo fraude cibernético es un ERROR.
A los perredistas que leen el blog: POR FAVOR díganle al peje que aclare esto. SÍ hubo un fraude cibernético. No fué el único elemento de fraude electoral (también hubo compra de votos, padrones rasurados, actas falsificadas, etc), pero sí fue uno de los más notorios. Es importante que el peje rectifique en esto por que el fraude electrónico es uno de los más fácilmente demostrables.
Una razón más para apoyar al peje en el 2006.
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