LA PLUTOCRACIA.

El imperialismo, como la ambición, come y come y no se llena

martes, 13 de febrero de 2007

Por Pedro Díaz Arcia El General David Petraeus, quien asumió recientemente el mando de las tropas norteamericanas de ocupación en Irak afirma que el país está "condenado a la continua violencia y las disputas civiles", si el Gobierno del presidente Bush no dialoga con Irán. Considera que "el camino por delante será duro y, sin duda, habrá días difíciles". David Petraeus, al parecer no se ha tomado el trabajo de volver la cabeza para ver cómo les ha ido en la parte trasera del camino. El avezado Petraeus concluye que, al final "... serán los iraquíes los que decidirán esta batalla". ¡Una batalla que desató Estados Unidos! En tanto el General, perdido en su laberinto, trata de pasar la candente situación al Gobierno de Irak en un clásico "arréglensela como puedan" y Bush exige un mayor presupuesto y el envío de más tropas a los ardientes territorios del Medio Oriente, el presidente ruso, Vladimir Putin, responsabilizó a Estados Unidos de alentar el desarrollo de armas nucleares para defenderse de un "uso incontrolado de la fuerza militar". El mandatario ruso, al hablar ante un foro de seguridad que reunió a 250 funcionarios de todo el planeta, incluidos más de 40 ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores, expresó que: "Las acciones unilaterales, ilegítimas, no han resuelto ni un solo problema, se han convertido en un caldo de cultivo para otros conflictos" y agregó: "Estados Unidos ha traspasado sus fronteras nacionales en todas las formas". En esto de tomar por la fuerza lo que no es suyo, los norteamericanos tienen una vasta experiencia, si no que le pregunten a nuestros hermanos mexicanos... En el trascendente evento, que se celebró en la ciudad alemana de Munich, Putin se refirió a un mundo "unipolar" dominado por Estados Unidos, lo que significa en la práctica, según dijo: "...una sola cosa: un centro de poder, un centro de fuerza, un centro de toma de decisiones, que actúa como soberano único". De manera inmediata, al responder a Putin, el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheeffer, dijo que no podía ocultar su descontento. Pero, qué alegría podía experimentar el vocero de la OTAN: bastión de las más sucias aspiraciones expansionistas del imperialismo. El senador republicano estadounidense, John Mc Cain, como suele decirse perdió una magnífica oportunidad para quedarse callado y entró en la polémica: "el mundo de hoy no es unipolar". "Estados Unidos no ganó la Guerra Fría en solitario. La ganó la Alianza Atlántica. Hay centros de poder en todos los continentes". Quizá pretendió referirse a los centros de hambre, pobreza, desempleo, analfabetismo y desamparo que existen hoy en todos los continentes, como resultado de las políticas anexionistas, colonialistas, neocolonialistas e imperialistas a lo largo de estos siglos. El foro de seguridad, por esas casualidades o causalidades del destino histórico, tuvo lugar en la ciudad en la cual se firmó el famoso Pacto de Munich, en septiembre de 1938, con el fin de poner fin al conflicto germano-checoslovaco. En definitiva, el tratado aceptaba las demandas territoriales de Hitler en beneficio de una minoritaria población alemana que habitaba en los Sudetes de Checoslovaquia, fronteriza con Alemania. Polonia y Hungría recibieron también sus dividendos del botín; bien caro que lo pagarían poco después: como se pagan las deudas morales contraídas con la historia. El Pacto de Munich, fue la consecuencia de la controvertida "política de apaciguamiento" sustentada por las principales potencias europeas que, en un vano intento por evitar la guerra, decidieron ceder ante las exigencias expansionistas de Alemania e Italia. Quienes abogaron por la tesis de que alimentando a la bestia se saciaba su apetito, no hicieron más que adelantar en el tiempo la hecatombe de la Segunda Guerra Mundial: abrieron el expedito sendero al Tercer Reich, a la Italia de Mussolini y, más tarde al poderío militar del imperio del Sol Naciente. La Administración republicana está con el agua al cuello y, en su peligroso desespero amenaza con el desplazamiento de armamento nuclear y nuevas guerras de expansión y exterminio, que podría desatar un conflicto de imprevisibles dimensiones y consecuencias. Putin criticó a Washington por la construcción de sistemas de defensa antimisiles en Polonia y la República Checa, "¿Por qué se necesita instalar infraestructura militar en nuestra frontera?", preguntó el Presidente de Rusia. No pocos analistas aluden a un retorno a la llamada "Guerra Fría". ¡No, si más caliente no puede ser! Los misiles y antimisiles y todo el engranaje finamente diseñado por el Pentágono, incluyendo la agresión desde el espacio, sí pueden derretir los polos, con más rapidez que el calentamiento global y el efecto invernadero. Estamos reviviendo viejos capítulos del pasado: Ceder ante el apetito imperialista, es entregar de espaldas la soberanía de nuestros pueblos. Retomar la lamentable experiencia de las fatales medidas de contención, basadas en la concesión ante el chantaje y el apaciguamiento ante la bestia, es no tener en cuenta que: ¡El imperialismo, como la ambición, come y come y no se llena!