PURE DE MONEROS

RUTA NORTE:Historias de reten.

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Ruido sin nueces

rutanortelaguna@yahoo.com.mx


El viernes pasado presenté en el Salón Azul, de Lerdo, el libro Tomar la palabra, colección de artículos del profesor Gabriel Castillo. Al terminar el acto regresé a Torreón con mi cuate Raymundo Tuda. Ninguno de los dos imaginaba que al llegar a la altura de La Pulga nos íbamos a encontrar con una enorme cola de automóviles que buscaba pasar de Gómez a Torreón.

Lenta, desesperantemente, la ristra de vehículos avanzaba cinco metros y se detenía, cinco metros más y otro alto, y así hasta llegar frente a los oficiales que, con patrullas, torretas y uniformes, detenían coches de manera aleatoria. A nosotros nos tocó báscula, dada nuestra innegable facha de rufianes.

Nos orillamos, bajamos del coche. Tranquilos, educados, tres agentes de la preventiva torreonense husmearon todos los rincones del auto. Fue una labor difícil, pues en su mueble Tuda carga lo inimaginable. Anotador compulsivo de papelitos y libretas (allí asienta, además de apuntes de trabajo, poemas y aforismos), mi amigo vio cómo un policía se tomó incluso la libertad de hojear y leer, a vuelaojo, papeles ajenos.

Al no hallar, obvio, nada que nos comprometiera, los oficiales dieron con amabilidad las gracias y nos otorgaron el paso. No fue la gran pérdida de tiempo, por supuesto, pero irrita el solo hecho de pensar que esa inversión de recursos y esa molestia al ciudadano dejará diminutos resultados.

La razón es elemental: al narco sólo se le puede combatir con éxito mediante la inteligencia y el factor sorpresa, y eso en espacios como narcotúneles, casas de seguridad, pistas clandestinas, brechas en el monte.

En la ciudad, a la vista de cualquiera, los únicos que operan, en todo caso, son los dealers de baja estofa, los puchadores que en general se las arreglan con la autoridad para distribuir su mercancía en la calle, a domicilio o en madrigueras para el baile y la bebida. Eso significa que un retén, a lo mucho, tomará por sorpresa a un mocoso que se inaugura en el mundo de las grapas, nunca a los verdaderos tigres, ni siquiera a un narcomenudista de barriada.

Todo vehículo enfilado de Gómez a Torreón el viernes a las nueve de la noche tuvo no una, sino diez oportunidades de evitar el retén. Si alguno llevaba ladrillos de mota o bolsas de soda, con la tranquilidad de un ajedrecista pudo salir del camino, reingresar a Gómez, guardar la mercancía y pasar de nuevo con un rostro más inocente que el de doña Sara García.

El resultado, entonces, de los operativos, es éste: la ciudadanía ya sabe que el gobierno de facto tiene-de-su-lado a los cuerpos de seguridad; los narcos, mientras tanto, ríen a carcajadas.

Y EN EL POLITICUENTOS DE HOY SE REVELA QUIEN CONVOCO A LA MARCHA:

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Contra la carestía

comarca1234@gmail.com


La manifestación que contra la carestía de la vida llevarán hoy por la tarde un conjunto diverso de organizaciones sindicales, sociales y el Frente Amplio Progresista, será en realidad la suma de tres contingentes o manifestaciones distintas que partirán de tres distintos puntos en la capital de la República. El nuevo gobierno federal se ha visto superado por la improvisación y la falta de respuestas que protegan realmente el ya de por sí escaso poder adquisitivo de los salarios.

El caso más relevante ha sido sin duda el de la tortilla, que pese al mal llamado ‘acuerdo’ suscrito entre productores y tortilleros se incrementó en 40 por ciento y el gobierno ha sido incapaz de sancionar a los especuladores y acaparadores de maíz.

No obstante, la publicidad gubernamental ofrece una visión totalmente engañosa e irreal de la situación que enfrentan millones de consumidores.

El gobierno ni siquiera ha podido hacer obligatorio a nivel nacional la observancia del acuerdo, por lo cual más de medio país se encuentra al margen de su aplicación y por ende millones de consumidores a merced de la voracidad de especuladores y tortilleros.

Pero el alza en el precio de la tortilla es apenas la punta del iceberg, pues al parejo de dicho aumento se han incrementado silenciosa y sigilosamente los precios de muy diversos bienes y servicios, desde las gasolinas y la luz hasta las cuotas de peaje y por ende de los fletes, lo cual impacta de modo directo los precios de toda clase de mercancías y servicios.

El gobierno de Calderón no sólo se ha visto rebasado por la circunstancia económica, sino que se ha mostrado totalmente incompetente para controlar y castigar los abusos cometidos contra los sectores más desprotegidos de la población por parte de acaparadores y especuladores. Y sin embargo la publicidad oficial hace declarar al presidente que su principal interés es la protección de esos mismos sectores. Puros cuentos.

Por si fuera poco, en apenas mes y medio del nuevo gobierno perdieron su empleo 425 mil personas y no hay esperanzas de que a mediano plazo se puedan recuperar esas plazas. Y conste que dicha pérdida se dio en una coyuntura donde lo esperado es el aumento estacional de empleos como resultado de las fiestas decembrinas y la contratación de personal eventual por parte de las empresas, pero en especial por parte de comercios y tiendas departamentales.

Las manifestaciones de hoy serán reflejo del muy temprano fracaso del gobierno calderonista para proteger la economía popular, pero también del divorcio que ha habido entre los dichos y los hechos del michoacano; entre sus promesas de campaña y sus acciones de gobierno.

En la manifestación de hoy la figura política central será López Obrador, por más que diversas organizaciones hayan tratado de impedir su participación. El Frente Amplio Progresista, cuyo contingente encabezará el excandidato presidencial perredista, fue quien convocó inicialmente a la manifestación de hoy.

En las maniobras para tratar de impedir su participación es claro que se mueven intereses muy poderosos, los que de ver realizados sus afanes tendrían como paso siguiente su descalificación política con base en tal impedimiento.

Las marchas de hoy serán evidencia del fracaso tempranero del gobierno calderonista en el frente económico, pero también de su escasa o nula capacidad para proteger la economía popular.