La Romana, Revoluciones
Como vencidos o derrotados por su misma fuerza, la que antes tuvieron para luchar contra corriente, estaban todos, ninguno faltó al compromiso ni a la palabra empeñada.
Desde mi ermita predije el futuro: vendrán tiempos de desasosiego y de hastío, querrán no haber contribuido a la quimera con la que se engañaron solos.
La naturaleza tiene sus razones para separar a los hombres con una montaña, con un barranco o con un río. La cercanía física no es signo de que estemos unidos. Pero las ilusiones se construyen en el aire y en el aire hay sueños viejos, de otros hombres, de otros lugares, de otros tiempos.
Fue en el aire donde se erigió el imponente puente, sostenido por columnas de acero, y como no fue hecho con material extraído de su propia tierra, el puente no les pertenecía.
Llegaron por caminos polvorientos transportes que nunca habían visto, cargados de cemento y de fierros que parecían viejos, y aun así fueron clavados como hondas puñaladas en las riberas y en el corazón del río. Se construyó con el sudor de todos, el gran monumento, como el ídolo aquel que adoraron los que estaban ciegos. Fue tal la hazaña, que ocultó cualquier remordimiento.
Tuvieron entonces un empleo y fue cierto que sus manos contaron en vez de peces monedas; pero las devolvieron una por una, de absurda manera. Cuando se cree una parte también se cree en el todo.
Leer aquí nota completa...Un cuento para reflexionar en el PLAN PUEBLA PANAMA.
Como vencidos o derrotados por su misma fuerza, la que antes tuvieron para luchar contra corriente, estaban todos, ninguno faltó al compromiso ni a la palabra empeñada.
Desde mi ermita predije el futuro: vendrán tiempos de desasosiego y de hastío, querrán no haber contribuido a la quimera con la que se engañaron solos.
La naturaleza tiene sus razones para separar a los hombres con una montaña, con un barranco o con un río. La cercanía física no es signo de que estemos unidos. Pero las ilusiones se construyen en el aire y en el aire hay sueños viejos, de otros hombres, de otros lugares, de otros tiempos.
Fue en el aire donde se erigió el imponente puente, sostenido por columnas de acero, y como no fue hecho con material extraído de su propia tierra, el puente no les pertenecía.
Llegaron por caminos polvorientos transportes que nunca habían visto, cargados de cemento y de fierros que parecían viejos, y aun así fueron clavados como hondas puñaladas en las riberas y en el corazón del río. Se construyó con el sudor de todos, el gran monumento, como el ídolo aquel que adoraron los que estaban ciegos. Fue tal la hazaña, que ocultó cualquier remordimiento.
Tuvieron entonces un empleo y fue cierto que sus manos contaron en vez de peces monedas; pero las devolvieron una por una, de absurda manera. Cuando se cree una parte también se cree en el todo.