Las Razones de Vicent
Escrito por Fausto Fernández Ponte
21-08-2006
Asimetrías
Al finísimo amigo Sergio Morales Alvarado.
I
El caro leyente José Luis Mijangos, quien, infórmanos, nos lee en el sur del estado de Veracruz, nos expresa su convicción de las elecciones pasadas fueron "limpias".
Bien ese es el respetable parecer del señor Mijangos, quien discrepa de nuestra afirmación reiterada de que las irregularidades habidas en los comicios ensucian éstos.
Vayamos a hechos incontrovertibles:
En las casi 12 mil casillas electorales todavía bajo escrutinio del Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la Federación, las irregularidades son abrumadoras.
Y su monumental volumen y frecuencia exhiben, por sí solas, la suspicacia --la sospecha, pues-- de que fueron intencionales. Hubo "embarazo" de urnas y "taqueo".
O, para decirlo con otras palabras, esas irregularidades muestran que fueron premeditadas y, por ello y por su frecuencia alarmante, son un patrón de conducta delictiva.
Así, se le escamotearon miles de votos a Andrés Manuel López Obrador y se le trasladaron miles de votos a Felipe Calderón. El fraude tuvo por identidad una práctica antigua.
A ello sumaríanse las irregularidades en el cómputo y las actuaciones ilegales diversas del Instituto Federal Electoral, que abrió paquetes y manipuló sus contenidos.
También sumaríanse las actuaciones cibernéticas previas que, por programación deliberada del software, le restaban votos a don Andrés Manuel y le agregaban a don Felipe.
II
El recuento parcial de casillas que realiza el TFEPJF ha descubierto, hasta ahora, 120 mil boletas de más o de menos. Otras 80 mil boletas simplemente desaparecieron.
Estos hechos demuestran que no hubo la limpieza en las elecciones que el leyente Mijangos y otros muchos, tal vez millones que votaron por don Felipe aducen.
De allí la crisis política --que no jurídica-- actual. Esta tiene una solución lógica, madura, sólida y, desde luego, muy práctica: contar voto por voto, casilla por casilla.
Empero, el personero mayor del Estado mexicano, Vicente Fox --titular del Poder Ejecutivo--, los otros Poderes de la Unión y las instancias electorales constituidas se oponen.
Esa oposición es terminante e inflexible, la cual se le exhibe ante el pueblo de México y gobiernos y fuerzas políticas y sociales de otros países como yerro monstruoso.
Y ese yerro monstruoso consiste en subestimar, si no es que desestimar totalmente, la política como vía civilizada para superar crisis de la naturaleza de la que nos estruja.
Que el Estado, que es como expresión de poder de una clase o grupos de clases dominantes y, por lo mismo, una institución netamente política, desestime ésta es peligroso.
Allí reside la monstruosidad del yerro. La persistencia contumaz, concupiscente, de ese error puede llevar a nuestro país a un incendio revolucionario como el de 1910.
Hágasele la salvedad oportuna a nuestros caros leyentes que no proponemos en este espacio una revolución, a menos que la crisis confirme que nuestras instituciones son obsoletas.
III
Y ese parece ser, lamentablemente, el caso. Cuando nuestras instituciones son utilizadas impunemente para la manipulación electoral, es que han sido rebasadas.
La crisis no es, cabría precisar con firmeza, causal de nuestra incertidumbre, sino un síntoma de que el sistema político no responde a los imperativos de limpieza.
Cierto. Tanto el IFE como el TFEPJF han mostrado una preocupante carencia de mecanismos que impidan que sus personeros manipulen la actuación institucional de aquéllos.
No sorprende. El IFE y el Tribunal fueron diseñados por las mismas fuerzas que, sometidas a presión popular en la última década del siglo pasado, para evitar fraudes.
Pero esas fuerzas --las de la plutocracia y la gran oligarquía-- dejaron en el diseño del IFE y el TFEPJF resquicios por los cuales manipular desenlaces electorales
Dicho de otro arreo, esas fuerzas, temerosas de ser desplazadas por el pueblo, no crearon mecanismos a pruebas de simulación y fraudes electorales, para conservar el poder.
El señor Fox y la facción ideológica y política que encabeza y los intereses creados --de la plutocracia y la oligarquía-- de la que es adalid utilizaron esos resquicios.
Estos son, desde luego, ilegales e inmorales, lo cual nos lleva a las razones que esgrime nuestro retardatario y faccioso Presidente de México para oponerse al recuento.
Y la razón es la de que en la elección "ya se contaron los votos", lo cual es un sofisma y, a nuestro ver, una rampante mentira. Se contaron, sí, esos votos, pero amañadamente.
ffernandezp@prodigy.net.mx
Glosario:
Concupiscente: dominado por la concupiscencia. En la moral católica, deseo de bienes terrenos y, en especial, apetito desordenado de placeres deshonestos.
Escamotear: robar o quitar algo con agilidad y astucia.
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lunes, agosto 21, 2006
LOS HECHOS INCONTROVERTIBLES.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 4:36 p.m.
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