GRANADOS CHAPA EN REFORMA.

Miguel Ángel Granados Chapa.

Ahumada, otra vez.

Sin presiones evidentes como podría presumirse en tratándose de un detenido que finalmente sería deportado, Carlos Ahumada detalló la forma en que con anuencia del gobierno federal se pactó su entrega de los videos contra López Obrador.

Treinta millones de dólares esperaba recibir (él dice que no como pago, sino al menos como crédito) Carlos Ahumada por los videos que sirvieron, en marzo de 2004, para desencadenar una embestida contra Andrés Manuel López Obrador, parte del sostenido esfuerzo -que dura hasta este momento del proceso electoral- por impedir que el candidato de la coalición Por el Bien de Todos llegue a la Presidencia de la República.

La cifra es uno de los datos principales del relato hecho por Ahumada a un interlocutor no identificado, y que conoció el público el viernes pasado, poco después de las ocho de la mañana, cuando lo difundió Carmen Aristegui en la emisión matutina de Hoy por hoy, en W Radio, que ella conduce.

Es probable que se trate de un fragmento de la prolongada confesión obtenida por autoridades cubanas mientras tuvieron en su poder al empresario significado por su capacidad para corromper a funcionarios y dirigentes.

Obtenida y no arrancada por lo que puede apreciarse. En la porción difundida el viernes, como en otros tramos conocidos con anterioridad, Ahumada habla sin estar notoriamente sometido a presiones, como las que puede padecer un preso o un migrante sin documentos.El protagonista de este relato refiere un encuentro con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari. A partir de septiembre de 2003 los tocayos se habían reunido una media docena de veces, incluida la del 8 de febrero en que probablemente se dispuso la operación para canjear favores: Ahumada entregaría su videoteca, para atacar a López Obrador -en la grabación se ufana de que el escándalo que él prohijó significó 15 puntos de popularidad al jefe del Gobierno capitalino-, a cambio de dinero y protección.

Salinas en su computadora vio algunos videos, calibró su potencial y ordenó a Ahumada ver a Juan Collado. Éste es un famoso abogado, conocido por algunos de sus defensos conspicuos, como Raúl Salinas de Gortari y Eduardo Fernández, el ex presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Collado convino con Salinas en la importancia de los videos.

Por instrucciones del ex Presidente -todo según el relato de Ahumada- el abogado y el empresario se encontraron poco después con Diego Fernández de Cevallos, en su despacho en Virreyes.Comenzó la negociación para el trueque mencionado.

Además de garantías legales, Ahumada habló de dinero: "Le dije (a Fernández de Cevallos) que tenía un problema económico también y que lo que quería era trabajar; que si acaso me prestaban algo de momento... Finalmente son treinta millones de dólares los que necesito, y quiero que me apoyen". Diego, que ya había visto los videos y establecido condiciones, entre ellas presentar una denuncia en la PGR, por extorsión, contra funcionarios capitalinos, esbozó: "Bueno, vamos a buscar un mecanismo".

Pero Ahumada tenía prisa, urgencia. Y propuso que le compraran un terreno en León, en 6 millones de dólares. Estaba en un emplazamiento muy bueno: entre el estadio de futbol y el Polyforum en construcción. El negocio estuvo a punto de cerrarse: un lunes le dijo Collado que dice Diego que el miércoles se firmaría la escritura. Pero eso no ocurrió, lamenta: "nunca se firmó la escritura, nunca me compraron el terreno".Ahumada y Fernández de Cevallos trabajaron los videos, para mejorar la imagen, "se fueron perfeccionando por seguridad", se les pusieron subtítulos.

Diego dijo "que ya había hablado con el secretario de Gobernación, que ya había hablado con el procurador... que no se querían reunir conmigo por precaución". Ahumada estuvo seguro de que Santiago Creel y Rafael Macedo de la Concha sabían de los videos, de su trato con Fernández de Cevallos. Le dio "seguridad de que sí estaban enterados" el que le pusieran escolta federal "porque ponerle seis agentes federales para custodiar a una familia, yo no sé cuántas (la habrán tenido) pero se me hace que muy pocas".

Igualmente lo hizo sentir bien el modo en que se presentó la denuncia. Juan Collado, "que sí sabe de esto dijo que nunca había visto que se presentara una denuncia como esa vez". Ahumada se refiere en realidad a la ratificación de la denuncia, hecha en una oficina del hotel Presidente Intercontinental, pagada por el delegado del Cisen en la Ciudad de México, con su presencia y la del propio Fernández de Cevallos. Más todavía, Ahumada supuso que al asunto no era ajeno el presidente Fox: "Digo, una cosa de esa magnitud a fuerza se le debe de informar; no sé si lo informó Santiago, si se lo informó el procurador, o si lo informaron los dos".

Ahumada cree que fue a través de Gobernación que se dieron a conocer los videos, o sea que el de René Bejarano salió de Bucareli a manos del diputado, senador dentro de ocho días, Federico Döring. Con eso, con la disminución de su popularidad, se pretendía -ésa es la última frase en la grabación del viernes- "sacar a Andrés Manuel de la carrera presidencial".

Hoy, que al cabo de esa carrera esa pretensión persiste, el testimonio de Ahumada cobra nueva dimensión. No caeré en la exageración de pensar que el Tribunal deba admitirlo como prueba el hostigamiento estatal que hizo inequitativo el proceso electoral, pero renueva la sensación de que sin escrúpulo de ninguna clase se buscó durante años frenar el trayecto de López Obrador. Entra en la lógica de sus adversarios no ahorrar esfuerzo para lograr ese mismo propósito en la elección misma, disponible la capacidad operativa de Elba Esther Gordillo en ese terreno, que deberá ser evidenciada.

Cajón Sastre.
Según indicios preliminares, sí funcionó en Chiapas el Prianal, pero no suficientemente. Encuestas de salida mostraron que la votación en favor de Acción Nacional, cuyo candidato Francisco Rojas declinó en favor del priista José Antonio Aguilar Bodegas, descendió de 14 puntos, donde se ubicaba antes del pacto, hasta 3 por ciento.

Se requerirán mayores detalles para precisar si la diferencia está representada por los panistas que votaron por el PRI, o por los que decidieron no acudir a las urnas con tal de no verse en ese difícil trance. A diferencia de Aguilar Bodegas, que prefirió mostrarse cauto ante el resultado, el candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Juan Sabines Guerrero, se proclamó triunfador y adujo los resultados de dos encuestadoras, Gea y Bimsa, que le otorgan una ventaja cómoda.

El candidato priista insistió en que la intervención del gobierno en favor del ex alcalde priista de Tuxtla Gutiérrez fue determinante para la posición alcanzada por su oponente, que conservó la proporción ganada por Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial.