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lunes, junio 05, 2006

¿CONTINUIDAD O CAMBIO?

Manuel Camacho Solís escribe en el Universal:

La disputa.

El debate será entre la continuidad y el cambio. Roberto Madrazo presentará sus propuestas, pero la atención estará concentrada en la disputa entre Andrés Manuel López Obrador, como líder de la oposición que está a favor del cambio, y Felipe Calderón, que enarbola la bandera de la continuidad. Patricia Mercado es una candidata respetada que volverá a entusiasmar a sus seguidores, y Roberto Campa ganará mostrando su autonomía, una vez resuelta su diferencia con Madrazo.

El fondo del debate es si el país debe cambiar el rumbo. Como no había ocurrido en décadas -en realidad desde principios del siglo XX- hoy lo que se disputa es el rumbo de la nación. Felipe Calderón defiende el proyecto de Vicente Fox, que terminó siendo el de la continuidad del antiguo régimen y de la continuidad de la política económica neoliberal, frente a AMLO, que ha propuesto un rumbo diferente: un proyecto alternativo de nación.

Los bandos están perfectamente definidos. La inconformidad con el estado de la economía y las conductas antidemocráticas del gobierno que se debía a la democracia (como el desafuero), ya habían generado una primera polarización del electorado. La radicalización hacia la derecha del gobierno de Vicente Fox y de Felipe Calderón, el abierto proselitismo del Presidente y la campaña sucia terminaron por construir dos polos claramente definidos.

Una buena parte de la campaña panista la ha hecho el gobierno. Mes tras mes, la administración foxista ha bombardeado al electorado con la publicidad a favor de los principales programas. No ha cejado en seguir atacando a AMLO, a quien presenta como un riesgo para la estabilidad. Felipe Calderón se ha montado en la popularidad foxista y en los programas gubernamentales, para desde ahí proponer algunas ideas sueltas diseñadas para atraer a segmentos del electorado (como los jóvenes con el pago de la seguridad social durante el primer año de su trabajo). Todos los días defiende los logros económicos de la administración y la continuidad de esa política que viene de 24 años atrás.

De no ser por la confusión que genera el gasto desproporcionado de la propaganda gubernamental, la continuidad de la política económica sería indefendible. Hay un resultado que se reconoce (AMLO lo ha hecho) y que desde luego se debe cuidar y aprovechar: el avance en los equilibrios macroeconómicos. Pero hay un fracaso evidente en la economía real. En las mejores condiciones de las últimas décadas México ha ido hacia atrás. Las condiciones de estos años no podían haber sido más favorables. Un precio del petróleo que ha llegado a los 60 dólares, contra uno promedio de los últimos 18 años que no llegó a un tercio. La tasa de interés ha sido de 40% inferior a la de hace seis años. Las remesas del exterior crecieron como nunca, llegando a más de 20 mil millones. Los ingresos por turismo se elevaron a sus niveles más altos. La economía estadounidense ha estado en pleno crecimiento.

A pesar de esas condiciones tan favorables, no hay mejoría.
¿Es mejoría que la economía mexicana haya pasado de ser la novena en el mundo a ser la decimocuarta?
¿Es mejoría que México ocupe el lugar 26 en crecimiento económico, de entre las 27 economías emergentes que clasifica la prestigiada revista The Economist?
¿Es mejoría que en la escala de la competitividad mundial hayamos caído 20 lugares en cinco años?
¿Es mejoría que en vez del millón 300 mil empleos que Fox ofreció crear cada año, se hayan perdido en cinco años 800 mil puestos en la industria manufacturera?
¿Es mejoría que más de 90% de los ingresos excedentes del petróleo se hayan ido al gasto corriente y éste haya crecido en 2.4% del PIB?
Sobre todo, ¿se puede hablar de mejoría cuando somos testigos del éxodo sin precedente de mexicanos que se ven obligados a emigrar a EU por la falta de empleo y oportunidades?

La publicidad gubernamental y la guerra sucia han ocultado la realidad. Pero por encima de la propaganda y los temores que se han creado para sostener la continuidad, los ciudadanos se inclinarán por el cambio.

Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.

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