La nota completa de La Jornada aquí:
Buenos Aires, 9 de octubre. Christian Federico Von Wernich, el sacerdote y ex capellán de la policía de la provincia de Buenos Aires, el mismo que recorrió los centros clandestinos de detención para instar a hablar a los detenidos-desaparecidos, que presenció y participó en torturas y ejecuciones durante la pasada dictadura militar, fue condenado hoy a la pena de reclusión perpetua e inhabilitación absoluta perpetua por un tribunal federal que destacó que se trató de “delitos de lesa humanidad cometidos en el marco del genocidio que tuvo lugar en Argentina entre los años 1976 y 1983”.
“En este castigo al sacerdote se hace justicia con una Iglesia que estuvo comprometida con todo esto y que ni siquiera luchó por la cantidad de religiosos asesinados y desaparecidos. Jamás esta Iglesia reconoció este horror y eso traiciona al pueblo cristiano”, dijo Tati Almeida, de Madres Fundadoras de Plaza de Mayo.
Poco antes, el sacerdote, sin el mínimo signo de arrepentimiento, se burló el dolor de las víctimas al llamar a la paz y la reconciliación “en el nombre de Dios”, leyó salmos y habló de la necesidad de un perdón que nunca pidió. Habló de testigos falsos, “demonios” que, dijo, quitan la paz y evitan la reconciliación. También pareció señalar como “pecadores” a sus acusadores y víctimas.
El cardenal Jorge Bergoglio y dos prelados más, en un breve comunicado de la Conferencia Episcopal, se declararon “conmovidos” porque uno de sus hombres haya sido acusado por estos delitos, y mencionaron la necesidad de reconciliación sin odio, pero no hicieron referencia a los gravísimos hechos que se le inculpan al sacerdote.
Para analistas fue un comunicado excesivamente tibio, que no mencionó a los más de cien religiosos, entre ellos los obispos Enrique Angelelli y Carlos Ponce de León, o las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet.
En el juicio dieron su testimonio los familiares a los que se pidió dinero para salvar a los suyos –en el caso de siete jóvenes ex montoneros detenidos– y la supuesta salida al exilio, que en realidad fue un traslado en la noche para ejecutarlos. En ese crimen estuvo presente Von Wernich, cuya sotana quedó manchada por la sangre de un joven que se dio cuenta que viajaban hacia la muerte y se resistió.
Para los familiares que destacaron la actitud de varios sacerdotes que declararon contra Von Wernich, entre ellos el obispo Miguel Hesaynes, la verdadera Iglesia de Cristo estaba hoy en esas calles, donde se festejaba la justicia o “en las casas de los familiares y de los que fueron víctimas, donde hoy se dormirá quizá por primera vez aunque sabemos que aún falta mucho y que debemos encontrar a nuestros desaparecidos y saber toda la verdad. Esta noche es para ellos, para los que no están, pero siguen inspirándonos para lograr justicia” dijeron los familiares.
El "sacerdote":
Las familias de las víctimas:
Qué ganas tienen de poder hacernos lo mismo que este canalla hizo con su gente, ¿verdad Sandoval, Cepeda, Limón y Rivera? Que lástima que ustedes sean la cara pública de una Iglesia que tiene en sus filas a muy buenos y respetables sacerdotes que siguen con humildad el ejemplo de Cristo, no como ustedes, fariseos vanales hipócritas.
- El capellán Von Wernich, sentenciado por delitos de lesa humanidad durante el “genocidio”
- Júbilo de las Madres de Plaza de Mayo en el tribunal; cientos de personas celebran en las calles
- Antes del fallo, el religioso leyó salmos y habló de la necesidad del perdón, sin inmutarse
Buenos Aires, 9 de octubre. Christian Federico Von Wernich, el sacerdote y ex capellán de la policía de la provincia de Buenos Aires, el mismo que recorrió los centros clandestinos de detención para instar a hablar a los detenidos-desaparecidos, que presenció y participó en torturas y ejecuciones durante la pasada dictadura militar, fue condenado hoy a la pena de reclusión perpetua e inhabilitación absoluta perpetua por un tribunal federal que destacó que se trató de “delitos de lesa humanidad cometidos en el marco del genocidio que tuvo lugar en Argentina entre los años 1976 y 1983”.
“En este castigo al sacerdote se hace justicia con una Iglesia que estuvo comprometida con todo esto y que ni siquiera luchó por la cantidad de religiosos asesinados y desaparecidos. Jamás esta Iglesia reconoció este horror y eso traiciona al pueblo cristiano”, dijo Tati Almeida, de Madres Fundadoras de Plaza de Mayo.
Poco antes, el sacerdote, sin el mínimo signo de arrepentimiento, se burló el dolor de las víctimas al llamar a la paz y la reconciliación “en el nombre de Dios”, leyó salmos y habló de la necesidad de un perdón que nunca pidió. Habló de testigos falsos, “demonios” que, dijo, quitan la paz y evitan la reconciliación. También pareció señalar como “pecadores” a sus acusadores y víctimas.
El cardenal Jorge Bergoglio y dos prelados más, en un breve comunicado de la Conferencia Episcopal, se declararon “conmovidos” porque uno de sus hombres haya sido acusado por estos delitos, y mencionaron la necesidad de reconciliación sin odio, pero no hicieron referencia a los gravísimos hechos que se le inculpan al sacerdote.
Para analistas fue un comunicado excesivamente tibio, que no mencionó a los más de cien religiosos, entre ellos los obispos Enrique Angelelli y Carlos Ponce de León, o las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet.
En el juicio dieron su testimonio los familiares a los que se pidió dinero para salvar a los suyos –en el caso de siete jóvenes ex montoneros detenidos– y la supuesta salida al exilio, que en realidad fue un traslado en la noche para ejecutarlos. En ese crimen estuvo presente Von Wernich, cuya sotana quedó manchada por la sangre de un joven que se dio cuenta que viajaban hacia la muerte y se resistió.
Para los familiares que destacaron la actitud de varios sacerdotes que declararon contra Von Wernich, entre ellos el obispo Miguel Hesaynes, la verdadera Iglesia de Cristo estaba hoy en esas calles, donde se festejaba la justicia o “en las casas de los familiares y de los que fueron víctimas, donde hoy se dormirá quizá por primera vez aunque sabemos que aún falta mucho y que debemos encontrar a nuestros desaparecidos y saber toda la verdad. Esta noche es para ellos, para los que no están, pero siguen inspirándonos para lograr justicia” dijeron los familiares.
El "sacerdote":
Las familias de las víctimas:
Qué ganas tienen de poder hacernos lo mismo que este canalla hizo con su gente, ¿verdad Sandoval, Cepeda, Limón y Rivera? Que lástima que ustedes sean la cara pública de una Iglesia que tiene en sus filas a muy buenos y respetables sacerdotes que siguen con humildad el ejemplo de Cristo, no como ustedes, fariseos vanales hipócritas.
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