El debate sobre el aborto soltó a los “demonios” de la Iglesia Católica
Rubén A. Durán Cachón
No puede entenderse de otro modo. La Iglesia Católica cuyos mensajes eran en apariencia de bondad, de perdón a los que nos ofenden, a dar la otra mejilla si te golpean, ahora, por el proyecto de otorgar a la mujer la libertad de decidir sobre su propio cuerpo, propuesta por los legisladores del DF al despenalizar el aborto para evitar miles de fallecimientos que ocurren anualmente por intervenciones clandestinas, lanza una cruzada beligerante, llena de odio, de sangre, de amenazas (incluso de muerte) en contra de los diputados que aprueben la iniciativa.
Unas cuantas semanas han bastado para abrir la “Caja de Pandora” del oscurantismo de esta Institución. Su aversión por los proyectos de Salud Pública en busca del bienestar humano, por el simple hecho de no ser compatible con sus retrógrados principios, le ha hecho aflorar “los demonios” que lleva dentro. Tal parece que el escenario de confrontación que ha iniciado la Iglesia se da en el siglo XVII, cuando el Santo Oficio le abrió proceso y condenó a prisión perpetua al genial astrónomo, filósofo y matemático italiano Galileo Galilei, por haber publicado su obra en la que dio a conocer que la Tierra se mueve alrededor del Sol y que no es el “centro del Universo” como suponía teología católica. Esto demuestra una vez más, que si por la Iglesia fuera, seguiríamos viviendo en la edad media, y teniendo como Institución de Justicia a “La Santa Inquisición” que cegó miles de vidas en la hoguera por considerar brujos a quienes no comulgaban con sus principios teológicos. ¡La más brutal expresión de intolerancia de todos los tiempos a la libertad de pensar!
La verdad es que la oposición de la Iglesia Católica al aborto no está fundada en la “defensa de la vida” como pretender hacernos creer. Es una lucha de poder por el poder, del oscurantismo contra la razón, de las teorías de doctrinas sin sustento contra la ciencia y sus pruebas irrefutables, y en bastante medida, de la ultraderecha depredadora y el socialismo progresista.
Por otra parte, es inadmisible que la jerarquía católica se entrometa en asuntos del Estado, lo cual está prohibido por la Constitución. Es más, la oposición del Papa Benedicto XVI en este asunto es una flagrante intromisión a nuestra soberanía que no debería pasarse por alto si no fuera por que el gobierno teocrático de Felipe Calderón está sometido a la voluntad del Estado Vaticano. A la jerarquía católica no se le niega el derecho de opinar, pero no se le debe tolerar las amenazas, señalamientos de asesinos y demás anatemas lanzados por Norberto Rivera, otros obispos y asociaciones católicas en contra de legisladores y gobernantes que están a favor de la despenalización. ¿Dónde queda la infame postura del Arzobispo Primado de México cuando ha protegido a sacerdotes pederastas aquí y en los EEUU? ¿Y donde están los representantes de la Ley que no actúan en consecuencia?
Sin embargo las cosas caen por mismo peso. La Iglesia Católica cuyo fin es la defensa de las almas para llegar al Cielo ¿acaso no condenaba las de inocentes niños que morían sin ser bautizados a ir al Limbo? No es casual que ahora el Papa pretenda eliminar el “Limbo” de sus creencias, pues representa una aberrante injusticia condenar almas inocentes por el “pecado original” de sus padres. Pero de eso no dicen nada ni reconocen infamante error.
¿Acaso los ciudadanos laicos hemos intervenido en esta modificación teológica, hemos hecho marchas de protesta o hemos emitido maldiciones por esta decisión?
Lo cierto es que el debate sobre el aborto ha desatados a los “demonios” de la jerarquía católica y nos ha puesto en alerta al exhibir sus ambiciones de poder y dominación que perdió parcialmente desde la época de la reforma juarista, y que con el apoyo del gobierno panista de Felipe Calderón quiere recuperar a como de lugar, lo que significaría para millones de mexicanos la pérdida de nuestras libertades, de la educación laica y gratuita, de nuestra identidad cultural y de nuestra soberanía.
Si Calderón no lo hace, los ciudadanos libres tenemos que asumir la defensa de la patria y decir un rotundo NO al intervencionismo de la Iglesia Católica en asuntos del Estado, antes de que la Inquisición de nueva cuenta comience a quemar a los “brujos” que creen en la ciencia sobre la superstición, a los homosexuales y lesbianas, a los que se unieron por la Ley de Convivencia, a los que apoyan la Ley de la Eutanasia, a los que no paguemos nuestro diezmo o no seamos bautizados y a todo aquel que no crea que el Universo en su conjunto gira alrededor del Vaticano. Así sea.
dr_rubenduran@hotmail.com
Artículo a publicarse en el diario yucateco "Por Esto"
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lunes, abril 23, 2007
LOS DEMONIOS ENSOTANADOS
Publicadas por malquis a la/s 8:53 p.m.
Etiquetas: aborto, activismo, iglesia.perverto, yucatan
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