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jueves, febrero 15, 2007

NOTAS DESDE JALISCO

2 notas de Rubén Martín, periodista de Público Milenio y Notisistema:

CHÁVEZ CALDERÓN: LOS DATOS DUROS

Más pronto de lo que se esperaba, Felipe Calderón dejó en claro que en política exterior habrá continuidad con lo que hizo su antecesor y no un cambio de rumbo. A lo largo de la campaña electoral, Calderón criticó varias cosas que le desagradaban del foxismo. Ahora en su participación en el Foro Económico de Davos (Suiza), Calderón mostró que en política exterior y política económica será un fiel discípulo de Vicente Fox.

En ese papel, y seguramente sin que se lo pidan, jugará la tarea que vergonzosamente desempeñó Fox: supeditar al país a la integración con Estados Unidos y ser el más activo militante a favor del libre comercio.

En su participación en Davos (fundado y financiado por las mil empresas más influyentes del mundo), Calderón criticó a los gobiernos de izquierda de América Latina y a las “dictaduras vitalicias”. Cuestionó los procesos de nacionalización y opinó que el debate ya no debe ser entre izquierdas y derechas, sino “entre el pasado y el futuro”. Calderón fue criticado ahí mismo por el presidente de Brasil, Lula de Silva, quien le recordó que Chávez ha ganado tres elecciones de manera democrática, y le pidió no espantase con las nacionalizaciones, pues éstas han dado beneficios. Lula dijo que Bolivia defiende su gas natural, como México defiende su petróleo. Hay que señalar que nada más por la nacionalización de la industria gasera, Bolivia duplicó sus ingresos fiscales.

Pero el debate que abrió Calderón ha generado una chafa reacción nacionalista entre políticos, académicos y opinadores en los medios. Es un nacionalismo chafa y una típica posición liberal la que motiva la defensa de Calderón y las críticas a Chávez, pues se hace con argumentos ideológicos y no con datos duros.

Los datos duros nos deben llevar a mirar si ha mejorado la calidad de vida de los mexicanos en estos 25 años de políticas neoliberales (Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Fox y ahora Calderón). Nos debemos preguntar si la política de total apertura comercial, eliminación de aranceles, búsqueda de acuerdos comerciales y privatizaciones han mejorado la economía nacional en el conjunto de las economías capitalistas o la ha hecho más dependiente y vulnerable. Debemos preguntarnos si hay más empleos, mejores ingresos, más prestaciones, viviendas accesibles y educación y salud adecuada para la población. La respuesta es no, y de ello dan cuenta muchísimos documentos de organismos internacionales. Apenas ayer el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) constató que el modelo neoliberal en México no genera los empleos que se requieren y los que se crean son precarios.

El desempeño del neoliberalismo mexicano es mucho más pobre que el del resto de economías latinoamericanas, según confirma el más reciente reporte de la CEPAL (Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe, 2006. En: www.eclac.org ). En este documento se deja en claro que en los últimos cuatro años ha habido crecimientos positivos de varias economías de la región. Y esto coincide justamente con un cambio en la orientación hacia la izquierda de varios gobiernos: Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Venezuela, Perú, entre otros. Lo que según Calderón consiste en mirar al pasado, en los hechos ha mejorado el desempeño económico de varias naciones, como no lo lograron hacerlo los equipos neoliberales. La comparación más interesante es entre México y Venezuela, y en este punto el análisis por país que hace la CEPAL no deja lugar a dudas. La economía venezolana (bajo el izquierdista Chávez) ha tenido mejor desempeño que la economía mexicana (bajo derechista Fox).

Calderón quiere vender como idea de futuro el mismo proyecto que Salinas nos vendió con el nombre de modernización. Ese proyecto ya mostró sus límites, sus excesos, su capitalismo de amigos y sobre todo demostró que busca ante todo extender y profundizar las relaciones sociales que propician la ganancia privada a costa del interés de las mayorías. Es el proyecto al que se han resistido millones de mexicanos en todo el país. A pesar de ello Calderón se empeña en defenderlo. Este discurso suena bien entre los mil empresarios más acomodados del mundo de Davos que quieren obtener ganancias en México, pero suena a pasado y a mentira entre la mayoría de los mexicanos.

Por supuesto, en Milenio y Público-Milenio no dejan de seguir difundiendo la idea de que en Venezuela se incrementa la pobreza, la violencia, etc. y que esa nación está a punto de colapsarse. Muchos de los que se espantan con ello, prefieren dejar de utilizar su intelecto, ignorando las claras demostraciones de respaldo que tiene Chávez en su país -respaldo que no tendría de estarse desplomando la economía de la nación caribeña- y presas de ese nacionalismo chafa que denuncia Rubén Martín, ignoran la evidencia electoral -con todo y sus cifras amañadas- del mal gobierno foxista, que si el país hubiera mejorado tanto como dicen los que creen en Foxilandia, Calderón habría ganado por una diferencia muy superior a ese 0.56% que le otorgó el TEPJF.

Y tratando un tema más restringido a Jalisco, en donde vivimos no sólo la viciosa campaña federal, los jalicienses también tuvimos que apechugar por partida doble -por no decir tripe y cuádruple- las campañas de odio y lodo que se manejaron en la elección estatal; fruto de esa campaña de odio y de un gasto por lo menos 4 veces mayor al límite permitido, avaladas por el TEPJF, Emilio González Márquez, es ahora gobernador electo. Veamos qué dice Rubén Martín del gabinete que gobernará a Jalisco:


GABINETE: EL DESPRECIO POR LA GENTE

El lunes, una vez que terminó la ceremonia de presentación del gabinete de Emilio González Márquez, uno de los nominados preguntó a los reporteros impresiones sobre el equipo. Faltan mujeres, se le dijo al constatar que únicamente se nombró a dos en el grupo de 28 personas. Su respuesta sería jocosa, si no fuera en serio. “Pero todavía falta nombrar a la titular del Instituto Jalisciense de la Mujer”. Nada más faltaría que pusieran a un varón en ese cargo.

Esta anécdota revela el predominio del punto de vista masculino en la actividad pública. El mismo panista dijo en serio que es difícil encontrar mujeres aptas para los distintos cargos públicos.

Como lo revelan los datos duros, el perfil de los integrantes del gabinete de Emilio va a contrapelo de la diversidad social, de saberes y múltiples experiencias de género y profesionales que hay en la sociedad jalisciense. Sin embargo, toda esta diversidad, toda esta vasta experiencia es hecha a un lado, incluso despreciada, por quienes ocupan los mandos del poder.

Para entender mejor este monopolio de la política que tienen los varones, los políticos profesionales, los empresarios, y supuestos técnicos, conviene hacer un contraste entre el perfil del gabinete y el perfil de la sociedad jalisciense. Mientras que en Jalisco 51 por ciento de la población la componen mujeres, en el gabinete apenas hay 6.8 por ciento de espacios para ellas. Mientras hay una diversidad de trabajos que desempeña la gente para ganarse la vida, el gabinete está dominado por ingenieros, abogados y contadores públicos.

Es un gabinete conformado, mayoritariamente, por varones mayores de 46 años, que viven en las zonas acomodadas del poniente de la ciudad, acostumbrados a ser atendidos por su servidumbre doméstica o en sus oficinas. Acostumbrados a mandar y a que los obedezcan, y algunos habituados a dar un trato despótico a sus colaboradores.

El perfil de la sociedad jalisciense es otro. Según datos oficiales, los trabajadores formales perciben en promedio 65 mil pesos al año, la mitad no tiene prestaciones sociales y padece relaciones laborales autoritarias y explotadoras.

Emilio ha dicho que su principal objetivo es que haya trabajo para las personas y que el producto de ese trabajo rinda más. En cambio, puso en el “gabinete de crecimiento y empleo” a empresarios que se han dedicado justamente a explotar el trabajo de los demás y a buscar ganancias privadas por encima del interés público. De modo que los fines no se corresponden con los medios.

Tres de cada cuatro trabajadores afiliados al IMSS ganan entre uno y cuatro salarios mínimos, lo que obviamente no alcanza para mantener de manera decente a una familia de cuatro o más miembros. Eso obliga a los habitantes de cada hogar a desarrollar estrategias para buscar más ingresos, ya sea produciendo algo, vendiendo en el comercio informal u obligando a los menores a trabajar. ¿Qué saben de estas estrategias de sobreviviencia este grupo de políticos que forman parte del 1 por ciento de la pirámide de ingresos? ¿Cómo pensar que serán sensibles a las necesidades de la mayoría de la población si viven en un mundo social totalmente distinto?

Más allá de las personas, el próximo equipo gobernante revela los límites y la crisis de la política liberal. Muestra la crisis de la visión patriarcal en la política, la crisis del pensamiento tecnocrático que desprecia los saberes comunes, muestra la relación asimétrica entre quienes están en los puestos de mando y la mayoría de la población, que se harta de los abusos y privilegios de quienes ocupan esos puestos.

La crisis más profunda del liberalismo se manifiesta en la enorme brecha entre el orden racional y formal que se quiere imponer desde el poder, un orden vertical y unificador, y la diversidad, variedad y viveza de las formas de vida de la población que apenas hace caso o de plano ignora a instituciones y mandos políticos que les son ajenos.

No es difícil anticipar que los buenos deseos y la línea que tiró Emilio a sus colaboradores terminarán en eso. En buenos deseos. Un cambio radical de las condiciones de vida, como el que necesita la mayoría de la gente, no surgirá de este grupo de políticos comprometidos consigo mismos y con los que detentan los privilegios en esta región.


Continuando con un tema no idéntico pero similar, Sergio René de Dios Corona:

EMBARAZADAS Y DISCRIMINADAS

Sin ética alguna, sin moral, sin respaldo jurídico, numerosas empresas de Jalisco continúan con su deleznable política de exigir prueba de no embarazo a las jóvenes o señoras que solicitan empleo. Un don sagrado y divino, un derecho fundamental de la mujer, no es respetado por dueños de comercios, oficinas, talleres y fábricas. Sin importarles que también atentan contra la intimidad de éstas y contra la sociedad, un sector de los patrones considera a la mujer no una persona con plenos derechos, no un ser humano, sino una mercancía que debe generar el mayor porcentaje de ganancias, lo que incluye escamotear prestaciones durante la gestación y los del posparto. En los hechos, les importan más las utilidades que respetar derechos laborales.

Las mujeres embarazadas que pretenden trabajar suelen padecer la discriminación patronal. Las mujeres no embarazadas también, dado que para ingresar a un centro de trabajo se les exige dicho examen de no gravidez. O bien, se les envía a un consultorio o unidad clínica a practicarse un examen general de salud, que incluye exámenes de sangre y orina, cuyos resultados se entregan a las direcciones de recursos humanos de las empresas para descubrir a quienes estén enfermos o, en el caso de las mujeres, embarazadas, y no contratarlas.

La discriminación, apunta el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), “consiste en actitudes y prácticas de desprecio hacia alguien por su pertenencia a un grupo al que se le ha sido asignado un estigma social. Esas actitudes y prácticas se hallan enraizadas en discursos sociales y prejuicios que las legitiman, las reproducen e incluso las concretan en normas e instituciones de carácter discriminatorio”.

La discriminación laboral hacia las mujeres embarazadas tiene un fondo antiético y antimoral, al menospreciar al ser humano y su dignidad; un fondo ideológico, al reproducir el discurso dominante masculino de considerarlas inferiores en ese estado; un fondo sustentado en la visión neoliberal de que quien no sea “productivo”, quien no reproduzca el capital, no es “útil” ni a las empresas ni a la sociedad; y un fondo antijurídico, que aplasta la legislación nacional e internacional.

Para estos empresarios discriminadores, lo que se trata es de que no se les reduzcan ni un centavo sus ganancias porque les implicaría cumplir el artículo 123° constitucional, que otorga protección y beneficios a las mujeres embarazadas o que acaban de gestar. No protegerlas es no proteger también al bebé o bebés en camino o recién nacidos.

A pesar de que rige desde 2003 la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, que entiende por ésta “toda distinción, exclusión o restricción que, basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas”, en Jalisco se discrimina a diferentes sectores; entre otros grupos vulnerables, a las mujeres, como ocurre con las embarazadas.

Por supuesto, no hemos oído ni una sola palabra al respecto de la gente de "buena conciencia" panista o de los cardenales Rivera o Sandoval, puesto que esa cosa del respeto de los derechos laborales es cosa del comunismo ateo, que nada tiene que ver con la aplicación de la moral cristiana -la original- en la vida diaria. Seguramente éstos jamás leyeron en el Nuevo Testamento la crítica de Jesucristo a los hipócritas, que como los sepulcros, son blancos por fuera, y llenos de putrefacción y pobredumbre por dentro.

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