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lunes, enero 15, 2007

COLUMNAS

Órale. Tira unas muy buenas netas Ricardo Rocha en su columna del Universal:

Detrás de la Noticia
Ricardo Rocha
15 de enero de 2007

El problema es el modelo

Todo lo demás -que ya estamos padeciendo- son consecuencias de este caduco andamiaje con el que cargamos los mexicanos desde los ya remotos tiempos de Miguel de la Madrid, pasando por Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo para culminar con Vicente Fox. Durante todos estos años hemos construido el desastre que viene. Es la crónica de una debacle anunciada: hemos sido peones del capitalismo más salvaje e irracional; obedientes sumisos del Consenso de Washington; más fondistas que el Fondo, más banquistas que el Banco.

Y es que ya por más de dos décadas este país ha permanecido apergollado por esas dos tenazas que no lo matan pero que administran su asfixia a conveniencia y con el beneplácito de los pocos pero grandes beneficiarios internos. México todavía aguanta, dicen. A pesar de los zapatistas en el 94, del EPR y del ERPI, y de los appistas de ahora en Oaxaca. No importa que dos de tres sean pobres, si con los que todavía pueden comprar alcanza para seguir haciendo fortunas.

Por eso la nueva guerra de la tortilla inquieta pero no hace mella en la vieja y oxidada estructura mental de los hombres del poder económico y político. Con el neoliberalismo a ultranza hasta el final. A pesar de los riesgos que implica jugar con fuego un día sí y otro también. Ya se olvidarán los gritos contra Calderón en su primer baño de pueblo como Presidente. Ya se resolverá la coyuntura del maíz.

Lo que nadie quiere escuchar allá arriba es que estamos ante los primeros e inequívocos avisos de una espiral inflacionaria que podría derivar en una profunda crisis económica y social. Ya se anunciaron las primeras movilizaciones. Que nadie se haga el sorprendido.

Por eso llama la atención que en este escenario de incertidumbre aparezca un libro breve pero intenso, Visión de país, de Alberto Bailleres y Arturo M. Fernández. Una dupla poco usual: un exitosísimo empresario mexicano que encabeza El Palacio de Hierro, Peñoles, Agrinegocios BAL y Grupo Nacional Provincial, entre otras grandes firmas, pero que no es ajeno a otros quehaceres como presidente de la Asociación Mexicana de Cultura y el Instituto Tecnológico Autónomo de México; del propio ITAM, Fernández funge ahora como rector desde hace 15 años.

En sólo 60 páginas, los autores expresan las coincidencias fundamentales que tenemos la inmensa mayoría de los mexicanos de buena fe en reclamos esenciales de libertad, justicia, derechos humanos, estabilidad, gobernabilidad, paz, seguridad y estado de derecho. Sus reflexiones no pretenden salir del ámbito establecido de la economía de mercado y la globalización. Pero tienen un aporte fundamental, una atrevida convocatoria para entrarle de una vez por todas a lo que se ha considerado el tema tabú para todos estos gobiernos neoliberales: la revisión de nuestro modelo económico.

Dicen: "Este documento procura despertar el interés de los líderes de los distintos sectores de la sociedad mexicana e incluso servir de guión para iniciar un proceso de estudio, análisis y discusión que pudiera conducir a concretar un acuerdo y un compromiso mínimo para concebir un modelo o visión de país, con el objeto de alcanzar la meta prioritaria e indispensable de erradicación de la pobreza en el menor tiempo posible".

Y concluyen: "Si no lo hacemos, si no tenemos bien definida nuestra visión de país, seguiremos a la deriva con una creciente tendencia al estancamiento o al retroceso, con consecuencias catastróficas para nosotros y nuestros hijos. Se requiere de acuerdos nacionales, el concurso y la cooperación de todos los actores y líderes sociales; quienes deben percatase de que hay momentos en la historia de las naciones en que se les exige desprenderse de los intereses personales o de grupo y mirar generosamente por el interés de la nación. Estamos en la encrucijada de la historia. Los líderes sociales deberán entender y asumir este compromiso responsablemente".

Y a propósito de historia, habría que recordar que por ahí de 1808 hubo una crisis de maíz en la todavía Nueva España y ya ven lo que pasó. Y que en 1907 hubo otra crisis de maíz y ya ven lo que pasó. Por eso y por mucho más me sumo a esta convocatoria.

ddn_rocha@hotmail.com


No nos extrañe entonces que el PAN haya ordenado que sacaran a Ricardo Rocha de Radio Fórmula en la mañana.


Seguimos con esta otra columna publicada en El Universal por Rogelio Ramírez de la O:

El peligro de no cambiar estrategia
Rogelio Ramírez de la O
15 de enero de 2007

Los pocos anuncios oficiales de políticas públicas sugieren que el diagnóstico oficial es que las cosas están bien, aparte de la seguridad, y que con la continuidad de las políticas y estrategia en vigor y de no cambiar nada fundamental, el país saldrá adelante en crecimiento, empleo y estabilidad. Por lo visto, a partir de este diagnóstico se hizo la selección de la mayor parte del gabinete. La visión alternativa es que muchas situaciones que han surgido de esas políticas están en su límite desde hace ya mucho tiempo. Por lo tanto, van a requerir una cirugía mayor, más aun cuando las condiciones externas han cambiado tanto. Si no se corrige la actual visión de complacencia, habrá un desplome de la confianza.

El proyecto de Presupuesto no contenía una propuesta de reducción de tamaño del gobierno, como México lo requiere, dada la poca utilidad de gran parte de la burocracia, así como la insuficiencia de ingresos para pagarles. Es más, el mismo análisis del proyecto oficial indicó que el gasto saltó en los últimos seis años endos puntos porcentuales del PIB, cuando el ingreso tributario no petrolero cayó un punto porcentual. El deterioro de la balanza fiscal no petrolera es de alrededor de tres puntos del PIB.

La confianza no cayó porque milagrosamente en los últimos seis años los altos precios del petróleo cubrieron la diferencia entre el mayor gasto y el menor ingreso no petrolero. Pero ya está en marcha un debilitamiento de precios, un invierno de altas temperaturas en el norte del planeta y una desaceleración económica en Estados Unidos.

Por ello fue frustrante ver que las proyecciones de finanzas públicas mostraban una reducción del ingreso presupuestal petrolero por 50 mil millones de pesos entre 2006 y el proyecto original para 2007, y a pesar de ello se proponía mantener la inercia del gasto con un aumento de 10 mil millones. Tal aumento no es tan pequeño como parece, pues los gastos de 2006 fueron irresponsablemente altos. De ahí que el gasto estimado oficialmente para 2006 fuera 238 mil millones de pesos superior a los presupuestado. Desde el año pasado era así obligado regresar el gasto total a un nivel sostenible bajo las nuevas condiciones.

Y aun así, el Congreso aumentó los gastos del proyecto en otros 26 mil millones. Hay que aclarar en descargo del Congreso que éste no está a cargo de la operación del Presupuesto y por ello no es el poder idóneo para proponer un plan de reestructuración de las finanzas públicas como el que hace falta. La responsabilidad de ese plan recae fundamentalmente en el gobierno.

También la estimación de menor ingreso petrolero es en extremo optimista, ya que sólo por exportaciones la caída de los precios sería mayor que la mostrada como caída total del ingreso petrolero. Sin ser claro cómo dicho ingreso caería tan poco, a los pocos días saltó el precio de la tortilla, como resultado del mayor precio del maíz.

Este aumento es tan fuerte que sus efectos no se van a poder contener con las medidas tímidamente anunciadas de moderación de precios en las cadenas comerciales. La mitad más pobre de la población utiliza 9% de su ingreso en tortilla solamente. Sin embargo, como el origen del aumento está en el maíz, el impacto vía costos se trasladará con toda rapidez a la carne, el pollo, el huevo y otros productos. Eso puede dar al traste con la meta de inflación del Banco de México.

Tampoco sobre este tema hemos visto una reacción gubernamental que indique una estrategia adecuada para el problema. Los productores justificadamente indican que debemos fomentar el aumento de producción de maíz. También dicen que todo lo que suena a apoyo gubernamental para la producción es mal visto por el gobierno, porque suena a subsidio. Agregan que, sin embargo, los granos que compramos en otros países están apoyados por sus gobiernos.

Al interior del gobierno la respuesta fue entre académica e improvisada. Lo académico fue el recordatorio de que el control de precios eventualmente conduce a escasez y que por ello no debe haber ningún control. Lo improvisado fue adelantar los cupos de importación para garantizar la oferta, como si el problema fuera la falta de importaciones y no el precio. Después de ahí no ha habido mayor reacción.

En el lenguaje oficial de este año, en contraste con el lenguaje de la campaña, se ha escuchado muy poco la palabra "crecimiento". Se mencionan los apoyos a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) como prioritarios, pero sin agregar más. No se conoce ningún planteamiento de crédito para estas empresas por la banca comercial, cuando en contraste el crédito al consumo crece sin freno.

Tampoco se menciona ninguna estrategia concreta contra los altos precios de los insumos energéticos.

Es claro el contraste entre una realidad que cambia día con día y que desafía la visión del gobierno de que las cosas están razonablemente bien. Según éste, la propuesta de Presupuesto fue la idónea. La reducción de precios de petróleo ya está calculada y no harán falta recortes. Y lo importante era que el Presupuesto se aprobara por unanimidad.

La confianza puede resultar muy frágil. Mantenerla requiere que el lenguaje y las posturas oficiales sean consistentes con las condiciones económicas vistas objetivamente. Sólo así se pueden reconocer restricciones que no han sido incorporadas a la estrategia vigente: que el precio del petróleo puede caer aun más. Que, aun si no cayera más, el gasto público en los niveles actuales es insostenible. Que una propuesta realista de reforma fiscal debe ser precedida de un recorte serio a la burocracia y a su gasto, y no debe descansar en el IVA. Finalmente, que las políticas de continuidad ni siquiera son las óptimas para países que muestran gran progreso, dada la naturaleza dinámica de los fenómenos económicos.

rograo@gmail.com

Analista económico


Claro, de lo que se trata con el PAN no es de tener una estrategia para el manejo del país, sino de SAQUEARLO. Una vez saqueado ya les vale madre lo demás.


Una razón más para apoyar al peje en el 2007.

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