Por: Julio Pomar (especial para ARGENPRESS.info) (Fecha publicación:12/07/2006).
Necesaria impugnación electoral.
La situación pos electoral se empieza a abrir, debido a la impugnación que del proceso eleccionario hizo desde la semana pasada Andrés Manuel López Obrador. Hubo fraude, piensa un amplísimo segmento de los ciudadanos electores del 2 de julio, dado que las irregularidades e “inconsistencias” comiciales registradas por el mismo IFE no dejan lugar a otra percepción.
Pero no sólo eso, sino que cada vez es más evidente la certidumbre de que asistimos a una movilización electoral “de Estado” desde mucho antes de los comicios, incluso desde hace tres años, instrumentada desde los poderes públicos tanto federal como locales gobernados por el PAN.
Y hay acuerdo generalizado entre la gente pensante de México (la que no está atada a Calderón, a Fox, al PAN o a los empresarios anti AMLO, ni a los salinistas de nueva laya) de que todo esto exige una actitud jurídica limpia de parte del Tribunal Federal Electoral para llegar a la deseada transparencia.
Asimismo, crece incontenible la percepción de quienes se afilian a la denuncia de ilegalidad sostenida por el PRD y la Coalición por el Bien de Todos que incrimina al órgano electoral, IFE, que debió comportarse a la altura de su responsabilidad cívica, jurídica y política, y no lo hizo.
El Tribunal Federal Electoral deberá revisar no sólo el acto de los comicios, “voto por voto”, cosa que es inevitable para transparentar que no fue inútil el entusiasmo ciudadano mostrado el 2 de julio, como sí lo fue en el 88 a favor de Salinas de Gortari y en contra del Frente Democrático Nacional, que su candidato de entonces, Cuauhtémoc Cárdenas, no supo, no quiso o renunció a defender.
Deberá revisar el proceso electoral entero debido, por una parte, a la injerencia ilegal e ilegítima de Fox en su calidad de titular del Ejecutivo durante todo este largo periodo de años en contra de AMLO. Por otra, el uso desmedido de recursos económicos utilizados por Calderón, que de seguro rebasaron con creces el tope establecido en la ley.
El tortuoso camino de persecución contra López Obrador que se evidenció en los video-escándalos, en el desafuero, en las demandas judiciales legaloides y falsas, además de las encuestas amañadas, la “guerra sucia” de odio contra el candidato perredista. Historia que por conocida se omite aquí.
Cuando hasta el subcomandante Marcos, que se ha declarado desde siempre contra toda la “clase política”, incluida la del PRD, declara que hubo fraude el 2 de julio, significa que algo, y mucho, apesta en Dinamarca; y en lo cual hace honor a su voz libre que nunca debió ser enturbiada por visiones desafocadas de la realidad nacional, que evidentemente no es la de sólo Chiapas.
Y cuando desde el New York Times hasta Bush deciden matizar sus iniciales mensajes de apoyo a Calderón, también implica que no han caído en campo yermo las denuncias de fraude del obradorismo. El planteamiento obradorista no se centra en su triunfo, sino en el recuento de votos que, piensa, le dará el triunfo que conquistó en las urnas.
No es posible que habiendo ganado en tres de las cinco circunscripciones electorales del país y habiendo triunfado en la mitad de los 300 distritos electorales del país en la elección para presidente, pierda esta por el mínimo margen de 57 centésimas por ciento.
A todas luces, no se trata de un esquema voluntarista del perredismo, sino de una necesidad de transparencia y respeto al voto ciudadano, que no debe ser cooptado ni manipulado por el IFE o por el gobierno foxista ni por las campañas mediáticas de la jauría televisiva.
El último episodio de los dislates de Fox a lo largo de su sexenio lo dio el mismo personaje de la farándula política cuando calificó a los más de 14 millones de votantes por AMLO, como “renegados”. El mismo, como se lo dijo hace meses un jovencito oaxaqueño en los tiempos del desafuero vs. AMLO, es un renegado de la democracia, aunque no le dijo eso, sino “traidor a la democracia”.
Que ahora vino Fox a confirmar en su conducta a lo largo de la campaña electoral y no dejó de decírselo el mismo López Obrador en el multitudinario mitin del sábado 8 en el zócalo. Ardua se antoja la tarea de AMLO y sus huestes para lograr la revisión electoral.
Bregan, una vez más, contra la corriente del oficialismo y la derecha coaligada con el poder. Ya se verá de qué pasta están hechos los magistrados del Tribunal Federal Electoral. Pero la impugnación obradorista ha traido ya una bocanada de aire fresco en el ambiente mefítico de las componendas derechistas. El camino es difícil pero más lo será si no se da esa lucha.
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miércoles, julio 12, 2006
EL CAMINO ES DIFICL, PERO MAS LO SERÁ SI NO SE DA ESA LUCHA.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 5:15 p.m.
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