En su columna de hoy en El Universal, el siempre cizañoso Salvador García Soto nos cuenta lo que él considera los "saldos y tropiezos" de la reforma electoral. Muy a su estilo, el "serpentino escaleroso" como lo llama dontriana nos entera de las "diferencias" al borde de la ruptura, entre el perredismo de los chuchos y Andrés Manuel López Obrador.
Según la columna, los chuchos habrían establecido compromisos con el PAN y el PRI para aprobar las reformas al COFIPE, lo que en los hechos significaría: tratar de minar la fuerza del Gobierno Legítimo, de la Convención Nacional Democrática, de AMLO y de los millones que estamos con él.
Qué novedad. Lo raro es que García Soto apenas se vaya dando cuenta. Los chuchos se han revelado como TRAIDORES desde el 1 de diciembre del año pasado, cuando en el último minuto permitieron que Fecal, escabulléndose como rata por detrás de la tribuna de San Lázaro, llegara a colocarse él mismo la banda presidencial y se largara en menos de 5 minutos. Es decir, en estos pendejos ya no es novedad decir que son unos traidores.
Lo que me llama la atención es este detalle que menciona el serpentino:
Los compromisos que diputados y senadores del PRD habían hecho con el PRI y el PAN pesaron más que la recomendación de AMLO. En medio de los fuertes jaloneos y de la presión ejercida por López Obrador, hubo legisladores perredistas a los que se les escuchó expresar con vehemencia: “Al diablo con Andrés Manuel”.
A ver, a ver: ¿cómo dijo?
Ah, ¿eso dijeron?
Bueno, pues vamos poniendo a cada quien en su lugar. No es que García Soto vaya a revelar los nombres de los suicidas políticos que tuvieron la poca hombría de decir lo anterior. Para el caso es lo mismo. Se trata de chuchos. Los chuchos son los únicos en el PRD que gustosamente mandarían al diablo a Andrés Manuel si pudieran hacerlo. Pero como son unos convenencieros y además de todo cobardes, saben que si expresaran públicamente una pendejada de tal magnitud no se la acabarían (González Garza, córrele a imprimir este post para que vayas a chillarle al Peje que ya te dejemos en paz).
Creo que con esto debe quedar más que claro (por si todavía alguien lo dudaba) quiénes son realmente los infiltrados, los provocadores, los que le han hecho daño al movimiento. El perredismo de Chucho Ortega quiere todo: apañarse la presidencia del partido en marzo (para lo cual compran desde ya credenciales de elector); desembarazarse de la "sombra" de AMLO que no los deja entregar las nal.. el partido a gusto, y tener las manos libres para negociar con Fecal nimiedades como los ideales, los principios, la dignidad y otras fruslerías, a cambio de dinerito.
¿Al diablo con Andrés Manuel? No: A la VERGA con los TRAIDORES.
¡Andrés Manuel López Obrador,
Presidente Legítimo de México!
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