Comentarios de Redes Universitarias acerca del Grito de los Libres

Los que conformamos Redes Universitarias, nos dimos cita el viernes a las 5 de la tarde. Llevamos nuestras casas de campaña y las instalamos. Una amiga nos llevó una carpa y unas sillas desde temprano, lo cual nos sirvió muchísimo. Ya instalados, fueron llegando los compañeros que asisten a los Círculos de Estudio y que, generalmente, nos acompañan también a las marchas. No éramos muchos, pero sabíamos que llegarían refuerzos y que no nos abandonarían.

En la noche sólo había una tensa calma. Sabíamos que había que adueñarse del espacio, y que, entre más fuéramos, era mucho mejor. Transcurrían los minutos, se organizaban las cosas. Se convocó a los coordinadores de campamentos, se nos dio un gafete a manera de distintivo para los coordinadores y nos pusimos de acuerdo en todos los sentidos.

Pero ¿qué paso después? Que después de dos o tres juntas que hubo con Froylan, la gente del PRD y del GDF ya no se preocupó por estar al pendiente de los campamentos.

Y para no hacer esta narración más larga y no meternos en más grilla, quiero resaltar lo positivo de esto, de nuestra experiencia como Comités, Redes y Organizaciones en resistencia; lo que ayer comentamos en la reunión de los grupos. Lo significativo fue que, a pesar de las provocaciones y de la falta de seriedad de algunos –que eran minoría-, los grupos de la Resistencia pudimos salvar la noche del 14, los grupos que nos logramos organizar, y lo digo por los que están comprometidos, los que sí acamparon en mera plancha del Zócalo. Omito nombres para no olvidar alguno, pero muchos de ellos están en la carta que se entrego el día de hoy (18/sep/07). Entre nosotros se hizo la resistencia, lo que debimos haber hecho desde un principio: tomar las riendas de esta convocatoria, de la organización, y no dejárselo a gente que no esta comprometida con la lucha digna.

Como decíamos ayer: si no hubiera sido por todos los que nos coordinamos desde la medianoche, en la madrugada nos hubieran reprimido debido a la cantidad de provocadores que se infiltraron, porque fuimos nosotros los que paramos la provocación, los que hicimos una valla humana para evitar agresiones de los pefepos. Si no es por esta disciplina y organización, no sé qué hubiera pasado. Y mientras tanto, algunos otros, dizque negociando, y otros seguramente encerrados en sus búnkers.

Ahora bien, al otro día, los comités nos volvimos a convocar varias veces para las juntas, donde no estuvieron ya, Froylan, ni nadie del “grupo organizador”, así que ya teníamos un plan de acción para cualquier cosa, no estábamos a la espera de lo que decidiera esa “cúpula burocrática” que se formo para organizar el Grito de los Libres. Decidíamos cada paso que dar; todo en conjunto, todo con las buenas voluntades, con la firme intención de que todo resultara como lo planeado, dándole importancia a lo establecido, que era repudiar al pelele; y para eso, pues necesitábamos apoderarnos del espacio cercano a Palacio Nacional. Eso ya estaba hecho y lo habíamos logrado a pesar de todo. Ya habíamos desplegado en la tarde la manta. Fue un acto eficaz, oportuno, porque en ese momento, se pudo notar la conjunción de la Resistencia Civil y se aglutinó a las personas de esa manera.

Todo iba saliendo bien: a pesar de todo lo que teníamos y tuvimos en contra, ya habíamos acordado todo: cómo íbamos a gritar, todo lo que ya se habia acordado incluso, días atrás. Pero no contábamos con que nos harían votar algo que no se había planeado, y ¿por qué votar algo, cuando ya ni siquiera éramos solo los resistentes los que estábamos en el Zócalo? ¿Por qué hacernos esto justo cuando teníamos el firme objetivo de repudiar al pelele? Era la oportunidad, era el momento, y nos salen con esto.

La pregunta es: ¿A quién se le ocurrió? Y aún más ¿quién lo negocio?, ¿Cómo lo negociaron? Nos importa saber quién, cuando, con quién, pero lo más importante es: ¿Por qué no lo consultaron desde antes, por lo menos con los coordinadores? Esto no debe volver a ocurrir, estas cosas no se pueden hacer así, ni siquiera es una acción políticamente correcta.

Hay un punto que tocamos ayer en la reunión: el hecho de que mucha gente llegó de otros estados de la República, y que estaba sobreentendido que nos quedaríamos el 15 y desalojaríamos el 16 en la mañana. Por eso digo que es políticamente incorrecto: ¿cómo querían que la gente se fuera a su casa a las 10:30 de la noche, cuando muchos ya no tenían esa posibilidad? ¿Cómo moverse a esa hora? ¿Por qué no se pensó en ellos? Con nosotros llegaron unas compañeras de Puebla; allí las conocimos y se quedaron en nuestro campamento. Después del grito de Doña Rosario Ibarra, y después del desastre que se hizo, las perdimos de vista y no volvimos a verlas. Eso es injusto. Fue una tontería la determinación a la que se llegó.

Los grupos, redes, comités y toda la Resistencia Civil Pacífica nos merecemos una respuesta, una aclaración y una disculpa por todo esto que sucedió. Y no tenemos nosotros por qué ir a pedirla a ningún lugar; nos la merecemos y en un acto de responsabilidad y congruencia, los involucrados nos la tienen qué hacer llegar.

Atentamente.

Redes Universitarias

*Juanjo*