Poner orden en la casa pasa por investigar a Gil Díaz |
domingo, 18 de febrero de 2007 | |
Por María Teresa Jardí Calderón pudo elegir ser el demócrata, que estaba destinado a ser Fox, pero Calderón eligió, como Fox, pasar a la historia como otro traidor a la Patria.
Y, porque es aunque sea un poco menos estúpido, más temprano que tarde va a tener que meter preso a Fox, en un intento por congraciarse, ante la imposibilidad de legitimarse, aunque sea con la prensa vendida, a la que Fox ha dejando también sin argumentos para no considerarlo usurpador, mientras el Estado Mayor Presidencial se encarga de poner en su contra incluso a los reporteros que cubren la fuente de quien tomó posesión en un bunker y tiene que acudir a los eventos públicos escoltado como dictador. No la tiene fácil Calderón. Obligado está, luego de la declaración de Fox, a investigar y castigar de manera ejemplar a Fox, a la mujer de Fox y a los hijos de la mujer de Fox. Y no es que con eso ponga orden en la casa. Poner orden pasa por el cambio de sistema y por la caída de quien habiendo podido ser un demócrata, eligió convertirse por seis años, en dictador. Pobre Calderón. Lo único que le faltaba era la declaración de Fox. Poner orden en la casa en México pasa por devolver al empleado del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial a sus verdaderos dueños y por poner como titular de la Secretaría de Hacienda a un secretario al servicio de los mexicanos. Por combatir el narcotráfico sin aliarse ni al Chapo Guzmán, ni a ningún otro sujeto o grupo de los que mueven la droga y por investigar el lavado de dinero. Por exigir al Secretario de Relacione Exteriores que encabece el cabildeo a nivel internacional para que se despenalice la droga. Por retirarle a Elba Esther Gordillo la propiedad del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y de la Secretaría de Educación Pública. Por castigar, también ejemplarmente, a los pederastas, sin importar los cargos públicos que tengan y por perseguir sin descanso a los tratantes de blancas, lo que pasa por los casinos y el juego en todas las escalas que Creel le impuso al país. Por acabar con los monopolios, pero no para crear dúopolios, como sucedió con Televisa y TV Azteca y como sucederá con Telmex y la Telefónica española, de la que es empleado Gil Díaz, mientras espera, en el bote de la basura, la investigación sobre el manejo delincuencial de las Aduanas. Esos son algunos de los rubros necesarios para empezar a limpiar México. Lo demás es pura palabrería con la que lo único que logra Calderón es parecerse más a Fox cada día. |
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