A medias un país maquilador (el abuso a sus trabajadores) |
domingo, 18 de febrero de 2007 | |
Por Alvaro Cepeda Neri Conjeturas I.- No somos como China, donde las maquiladoras han impulsado el capitalismo bajo el comunismo de su gobierno y, a la par, el nacimiento de una industrial china que, con aquéllas, invade los mercados del mundo por la vía legal de las exportaciones y la no menos jugosa piratería. No somos, pues, como China. Esta tiene más de mil 500 millones de chinos. Nosotros apenas, 103 millones de mexicanos, de los cuales no pocos emigran (en China hay mexicanos en busca de nuevos horizontes). III.- Unos quieren que el nuestro, de una vez por todas, con su fuerza de trabajo desperdiciada, por el creciente desempleo (¿y el presidente del empleo?) y sus bajos salarios, se convierta en un asilo de maquiladoras. Otros, los que mejor piensan, insisten en desarrollar nuestra incipiente industria, relanzar la producción agrícola y consolidar un mercado nacional, para promover el crecimiento económico. IV.- Pero los empresarios nativos, más hombres de presa que hombres de empresa, piensan y actúan a la antigüita: quieren seguir con sus explotaciones de la mano de obra, en la ciudad y en el campo; con sus negocios usureros en la banca, en complicidad para las exorbitantes ganancias e importando lo que consumimos, que al fin y al cabo producen intereses fiscales. V.- La reportera Patricia Muñoz (La Jornada: 2/I/07), acaba de informarnos que solamente en Puebla y Tlaxcala, las maquiladoras acaban de dar de baja a más de 150 mil trabajadores. Simplemente los arrojaron a la calle sin ninguna prestación. Ni para el pasaje de regreso les alcanzó a los nuevos desempleados, quienes ingresan al desempleo masivo de más de 20 millones de mexicanos y éstos, con los pobres en todas sus modalidades, suman más de 50 millones en la desgracia. VI.- En una de sus maquiladoras textiles, un tristemente célebre pederasta, Kamel Nacif, además abusaba de sus trabajadoras a las que les pagaba una miseria de salario, el mínimo, que la mayoría gastaba en comer y hospedaje, para irse con las manos vacías con sus familias. Así, por todo el país, a medias maquilador, los dueños de las maquiladoras explotan despiadadamente a quienes los hacen ricos de la noche a la mañana. VII.- Los trabajadores de esas semi-empresas, cuya producción se va al extranjero y la que regresa, ya con el "made in Estados Unidos" o "made in China", lo hace a precios devastadores de la economía de los mexicanos son, sin excepción, obreros a los que se les trata como esclavos en jornadas de entre 12 y 15 horas, con pago de ocho horas. VIII.- Y no tienen ninguna prestación ni derechos laborales. Es cierto que los trabajadores, por necesidad ante el pavoroso desempleo, optan por callar los abusos y no emitir ninguna queja, por temor a ser despedidos lo que de todas maneras ocurre. Los desgobernadores no meten las manos, casi siempre asociados con los patrones o, al menos, recibiendo parte de las ganancias a través de sobornos. Los delegados federales, cuando tienen competencia, tampoco dicen esta boca es mía. IX.- El caso es que sin una producción "made in México", y con todo y las pocas maquiladoras, que de todas maneras son muchísimas, tenemos que sus trabajadores, en lugar de cobrar conforme, ya no a lo que producen, sino conforme a sus agotadoras jornadas laborales, están pagando, con esos abusos, su oportunidad de tener un empleo. Sobreviven en condiciones de hambre y miseria económica. X.- Si el país llega a convertirse totalmente en un país maquilador y poco falta si no hay inversión pública y privada para impulsar nuestro desarrollo, para un crecimiento por igual, entonces seremos lo que ya empezamos a ser: una nación con gran desempleo, trabajadores explotados al máximo y cada vez mayor pobreza, sin más salidas que las crisis recurrentes y sometimiento o rebelión social. |
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