Más Sobre Bours

Complementamos la información de ayer con tres notas sobre el Gober Bachoco. La primera de El Imparcial donde critica el artículo de esta semana de la revista Proceso. La segunda es de Contralínea, sobre la persecución que sufrieron sus directivos por parte del gobierno del estado. Y la último va también sobre la misma línea pero no aporta nada nuevo.

Advierte Bours sobre revista Proceso

Es una ‘campañita de ataque’

Las acusaciones contra su familia están llenas de imprecisiones con medias verdades y mentiras completas, asegura el Gobernador

Por María Eugenia Jaime y Norberto Corral
mjaime@elimparcial.com

Un artículo lleno de imprecisiones con medias verdades y mentiras completas es el que publicó la revista Proceso, aseguró Eduardo Bours Castelo.

En su edición de esta semana se publicó un reportaje titulado El poder de los Bours, donde se cuestiona el enriquecimiento de la familia a raíz de que el mandatario llegó al poder.

El Gobernador señaló que la publicación es un ejemplo muy claro de una campañita de ataque y desprestigio en contra del Gobierno del Estado.

“Es una campañita orquestada, de mucha gente que está en contra, de mantener los privilegios del pasado, cuando quieres cambiar, cuando quieres hacer las cosas diferentes, siempre habrá gente que se anteponga”, aseveró.

El mandatario sonorense lamentó que en Sonora se esté reproduciendo la información de Proceso, pues calificó como mentiras lo publicado en ese medio de comunicación nacional.
“Lo que es deprimente es que le sigan el juego los medios locales, un medio como EL IMPARCIAL que conoce esa historia, que la vuelva a reproducir, en aras de que tengo que decir todas las cosas, me parece que esas cosas no ayudan”, resaltó.

Bours Castelo comentó que esa campaña de desprestigio se debe a que ahora en Sonora se hacen las cosas con transparencia y ya no se permite que se beneficie a unos cuantos.

“Ahora hay un Gobierno comprometido con la gente, comprometido con las empresas, no con los ‘cuchupus’, no con los grupitos, y bueno, en ese sentido cada quien póngale los nombres que quiera”, afirmó.

Son inventos

Para Ricardo Bours Castelo, vicepresidente de Impulsor y una de las personas señaladas por el artículo de la revista Proceso no es importante opinar sobre el tema, ya que consideró que son inventos.

De manera tajante y sin ocultar su molestia por la publicación, el hermano del Gobernador se negó a hablar del asunto.

“No respondo a las ‘pend...’ ni a los inventos”, afirmó.

¿Es lo que piensa de esa publicación señor?, se le cuestionó y respondió con un sí, espero que quede claro.

Avalan trabajo

Aunque Ricardo Bours Castelo ha sido señalado en dos artículos de Proceso como una persona involucrada en acciones ilícitas, el presidente de Impulsor avala su desempeño.

Ricardo Platt García, presidente del fideicomiso, expresó que lo publicado por Proceso no coincide con la realidad, pues cada acción que ha desempeñado el actual vicepresidente de
Impulsor en ese fideicomiso ha estado bien hecha.

“En las acciones que nos ha tocado participar, de ninguna manera se dan las condiciones que ahí se señalan, no son así”, recalcó.

Robinson-Bours: El abuso del poder por un déspota

Álvaro Cepeda Neri
La palabra-concepto: despotismo, conducta política del déspota, actualmente significa “un gobierno arbitrario y coercitivo incompartible con las libertades políticas (entre éstas: la libertad de prensa), el gobierno constitucional y el imperio de la ley”, escribió en su ensayo Melvin Richter, en la Enciclopedia del pensamiento político, de Alianza Editorial. Le faltó agregar que el déspota analfabeta, como lo es el (des)gobernador de Sonora: Eduardo Robinson-Bours Castelo, además de arbitrario y autoritario, abusa del poder para su beneficio y llevar a cabo las venganzas que se le antojan, al estilo de las mafias políticas y sus compañeros de viaje: los cárteles del narcotráfico.

Lo ocurrido en la capital de Sonora, con motivo de la distribución de Contralínea-Sonora, para su circulación al amparo de las libertades de escribir y publicar escritos sobre cualquier materia, tal y como lo dispone el imperio de la ley constitucional mexicana y los derechos humanos universales, arroja varias consecuencias, ya que por órdenes del (des)gobernador fueron detenidos ar-bi-tra-ria-men-te el encargado de hacer posible la libre circulación de las ideas, Mauricio Capdevielle Flores y el operador de la camioneta: Ricardo Ramírez.

Para encubrir la maniobra de confiscar la revista, en cuya portada se informa de los despojos a los seris de la Isla Tiburón (enero de 2007) por parte de Bours, éste ordenó a sus policías estatales detenerlos, con cuatro patrullas y la camioneta-jaula para trasladar a los detenidos, con el pretexto de que tal vehículo reunía las características de uno que había sido robado. El encargado de la circulación de Contralínea-Sonora y el chofer de inmediato accedieron a facilitar la inspección y no obstante que estaban cooperando, fueron obligados a bajarse y llevados, por tres agentes, a empellones, para ponerles de cara a la pared. Acto seguido, el policía que la hacía de superior (todos con uniformes oficiales de la policía del Estado) con otro agente, se subieron a la camioneta donde se transportaban las revistas para su reparto, para regresar a donde estaban los detenidos y a los que se les hizo volverse físicamente, para que ese policía les mostrara una “bolsita” y, más que preguntarles, increparlos, con tono amenazante, sobre qué era su contenido. Mauricio y Ricardo contestaron que no sabían y sin dejarlos hablar más, fueron esposados y los subieron a la camioneta-jaula para trasladarlos a instalaciones que los detenidos no pudieron identificar, pero que obviamente son inmuebles al servicio policiaco.

Transcurrieron no menos de unas ocho horas, aproximadamente, y no obstante la petición de ambos por que los dejaran hablar por teléfono a sus familiares o a un abogado, nunca se los permitieron y en cambio los sometieron a un bombardeo de preguntas sobre la “bolsita”.

Lo antes narrado sucedía el viernes 12 de este enero, a partir de las 14 y pico horas. Tras la detención ilegal por más de ocho horas, los llevaron, sin avisarles ni notificarles por qué, a las oficinas del Ministerio Público Federal a donde tres agentes policiacos de Robinson-Bours los entregaron, después de haberles “sembrado” alguna droga en la “bolsita” que antes, los mismos servidores públicos (sic) dijeron haberla encontrado debajo del asiento delantero y ante la Delegación de la PGR afirmaron haberla encontrado en la bolsa derecha de uno de ellos.

Ya en el Ministerio Público Federal, acatando el imperio de la ley, les permitieron hacer una llamada para contactar a un familiar y éste, a su vez, contratar los servicios de un abogado. Hechas las investigaciones y respectivas declaraciones, para lo cual ya habían transcurrido 48 horas más y eran los días 13 y 14 de enero, uno de ellos, el chofer, fue consignado ante un juez de distrito y el encargado de la circulación de Contralínea-Sonora, puesto en libertad con las reservas de la ley. Todo lo anterior fue hecho del conocimiento del director de esa revista o sea de este periodista quien, a su vez, lo notificó al director y editor general de las revistas Contralínea (una de circulación nacional y el resto específicamente en algunas entidades, como es el caso de Contralínea-Sonora.

Para entonces, lunes 15, ya estaba en la ciudad de México Mauricio Capdevielle, quien de las oficinas de la PGR en Hermosillo, la capital sonorense, cruzó algunos metros para internarse en territorio federal y en el que se encuentran oficinas y pistas de aterrizaje del Aeropuerto. Adquirió su boleto sencillo rumbo, pues, a la capital del país, mientras permanecía libre bajo fianza el chofer con la obligación de comparecer ante el juez competente. Ya con los datos más precisos, de inmediato se puso en marcha la estrategia de defensa y denuncia contra los actos arbitrarios y despóticos de la policía estatal hermosillense, indudablemente bajo las órdenes del señor Robinson-Bours (de nombre Eduardo, porque el poder tras el trono lo desempeña su hermano Ricardo) y consistió en recurrir a las instancias oficiales de defensa de los derechos humanos.

Solicitamos audiencia y fuimos citados, primeramente en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), donde el encargado de la circulación de Contralínea-Sonora, puso la queja respecto a que en Sonora, por presuntamente indicaciones superiores del gobierno estatal, se impidió la circulación y el libre tránsito de ese medio de comunicación, cometiendo una cadena de arbitrariedades y abusos del poder. La queja fue ante la Dirección General del Programa de Agravios a Periodistas y Defensores Civiles de Derechos Humanos, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

En cuanto a la denuncia de hechos que llevaron como finalidad central la de impedir la circulación de Contralínea-Sonora y con ello pisotear, por el déspota sonorense Robinson-Bours, se hizo ante la Fiscalía Especial para la Investigación de Delitos Cometidos contra Periodistas de la Procuraduría General de la República, donde este periodista declaró:

“Que comparece ante esta Agencia del Ministerio Público de la Federación de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra los Periodistas, para hacer del conocimiento los siguientes hechos, que el de la voz es Director de la revista Contralínea-Sonora, que se imprime y se edita en la Ciudad de México mensualmente, para su circulación en el Estado de Sonora, a partir de su capital que es la Ciudad de Hermosillo, y que el Gobernador de Sonora que se llama José Eduardo Robinson-Bours Castello, que durante los últimos tres números de la revista Contralínea-Sonora, ha estado poniendo obstáculos para su circulación, hasta llegar al extremo de secuestrar y apoderarse de la revista Contralínea-Sonora número 6 seis, con un tiraje aproximado de ocho mil ejemplares. En consecuencia el de la voz no solamente considera sino que afirma que el C. Gobernador Robinson-Bours está conculcando las garantías y derechos individuales de mi persona como periodista y pisoteando simultáneamente los derechos y libertades de prensa establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en la Constitución Política del Estado Libre de Sonora; a reserva de ampliar la presente declaración para aportar los elementos de prueba de lo antes asentado, manifiesto que es todo lo que tengo que declarar ante esta autoridad federal.

Acto seguido el Representante Social de la Federación en términos del artículo 248 del Código Federal de Procedimientos Penales le formula las siguientes preguntas: ¿Que si se halla ligado con el inculpado por vínculos de parentesco, amistad o cualesquiera otros? Respuesta.- No tengo ninguna relación con el Gobernador ¿Qué si tiene algún motivo de odio o de rencor contra el inculpado? Respuesta.- No tengo ninguno. En uso de la palabra del declarante manifiesta que en este acto aporta a la presente declaración dos ejemplares de la revista Contralínea-Sonora, uno correspondiente al mes de diciembre de dos mil seis, con número 69 sesenta y nueve y otro de enero de dos mil siete, con número 6 seis; manifestando que esta última edición fue la que impidió circular el Gobernador Robinson-Bours en el Estado de Sonora, motivo o causa por la cual comparezco a denunciar estos hechos para que queden asentados ante esta autoridad como un antecedente. Manifestando que es todo lo que tiene que declarar.

Acto seguido siendo las catorce horas con cincuenta y dos minutos del día dieciocho de enero de dos mil siete, se da por terminada la presente diligencia y previa lectura que el compareciente hace de su dicho lo ratifica firmando al calce y al margen para debida constancia legal, así como los que en la misma intervinieron. Damos fe. C. Álvaro Cepeda Neri, T. de A. Lic. Vicente Suarzo Sarmiento. T. de A. Lic. José de Jesús Peñaloza P.”.

Frente al abuso del poder de un déspota, como Eduardo Robinson-Bours Castelo, quien presume de férrea amistad con el presidente Calderón y el cobro de favores electorales, que lo blindan para -dice- otorgarle absoluta impunidad. Por esto es que el (des)gobernador, de “horca y cuchillo” hace y deshace en Sonora para satisfacer su ambición de dinero, bienes inmuebles por toda la entidad, inversiones y créditos facilitados por su cuñado Laborín Gómez desde Nafinsa. Y con Robinson-Bours su hermano Ricardo quien es el otro “góber”, no en la sombra, sino cínicamente a la luz pública. Éste, por cierto acaba de ser pillado, por la información veraz del periodismo de investigación, como el jefe nato de la narcopolítica cómplice del narcotráfico y que Ricardo con Raúl Enríquez Parra, estarían involucrados en el secuestro (y ya muy probable ejecución) del reportero de El Imparcial Alfredo Jiménez quien había encontrado los hilos que conducen a la sociedad Robinson-Bours-Enriquez Parra para continuar hasta arriba del poder de la administración pública estatal, cuyo titular es el tal Eduardo Robinson-Bours, el multimillonario dueño del monopolio avícola (empresa Bachoco que ya entró a la inflación subiendo el precio del huevo); descubrimiento que motivó que los sicarios de la narcopolítica y del narcotráfico decidieran secuestrarlo y eliminarlo para silenciar lo que, de todas maneras, ya se supo: que los Robinson-Bours usan el poder público para los negocios de su poder privado.

Publicado: Febrero 2007 Año 1 Número 7

Bours y el viernes para el olvido

Luis Alberto Viveros
El viernes 8 de diciembre del 2006 fue un día aciago para el gobernador de Sonora, Eduardo Bours Castelo. Empezó mal y siguió peor. Dice uno de sus escoltas que el mal humor del mandatario empezó desde muy temprana hora, luego de una llamada que le hicieron de México.

Vía telefónica, José Encarnación Alfaro Cázarez, representante del Gobierno del Estado de Sonora en la ciudad de México, le informaba de un evento “grave” según lo calificó el propio político quién en algún tiempo fue cercano a Luis Donaldo Colosio.

Pragmático, poco cortés como es su costumbre y particularmente cortante con su representante en el D.F., Bours exigió: “¡Suelta ya cabrón, como la haces de emoción!”. (Sigue...)

Publicado: Febrero 2007 Año 1 Número 7

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