No hay privatización que beneficie al pueblo |
martes, 06 de febrero de 2007 | |
Por Ricardo Andrade Jardí Y mientras la corrupción sale a la luz pública en la monarquía inglesa poniendo de manifiesto nuevamente los alcances colaterales que tiene el hecho de apoyar ciegamente el injusto y putrefacto neoliberalismo, sistema que disfruta al parecer sepultando toda forma de comportamiento ético y moral occidental, de políticos y empresarios, que permita a los consorcios de la "Democracia Corporation S.A." desvalijar sin oposición alguna a cualquier país que asuma sus reglas como verdades absolutas. Y eso es justamente lo que fue a vender a la vieja Europa el "caballerito" amigo de las moscas que ante el Estado Mayor Presidencial (ejército paralelo) y por la puerta de atrás rindió protesta como usurpador de México, la idea de que en México la corrupción alcanza ya los niveles de cualquier democracia occidental del primer mundo y sus recursos energéticos pueden ser libremente rematados a los usureros trasnacionales que así lo deseen.Así en tanto se celebraba el aniversario número 90 de nuestra violada "dama" más grande, los orquestadores y defensores del libre mercado y la democracia de hamburguesa nos saturaban con sus sesudos comentarios y "análisis" con los que buscan reformar urgentemente la Constitución, y muy especialmente esos artículos que nos dan a los mexicanos el derecho de explotación y comercialización de nuestros recursos, para evitar que las peligrosas garras del imperialismo controlen nuestra soberanía. La insistencia de modificar la Constitución para permitir la apertura de los recursos energéticos responde a un falso discurso del libre mercado basado en el mentiroso, en el supuesto de eficientar los servicios que las paraestatales otorgan a los ciudadanos. Dos ejemplos de que esto es una farsa son la privatización de los bancos y de TELMEX. Siendo claro que por un lado los ladrones banqueros han generado la más vergonzosa deuda pública en beneficio de una minoría de hampones, mientras que TELMEX monopoliza impidiendo que otras telefónicas compitan en el mercado privado o público, generando no sólo la acumulación de riqueza en un impresentable sujeto, sino que a la par recibimos un pésimo servicio de tercer mundo a precio de primero, "un país a la vanguardia de las comunicaciones absolutamente incomunicado", un ejemplo más de las virtudes del neocolonialismo. Que nadie se engañe, no hay país del continente donde sus ciudadanos se hayan beneficiado por la privatización o apertura de sus industrias a capitales extranjeros. La mentalidad capitalista es voraz y su único y esencial objetivo es siempre triplicar la inversión inicial, aunque esto signifique exterminar en la miseria a una nación entera, los ejemplos son muchos, en Africa y Centroamérica, quizá, están los ejemplos de los más terribles. Los constitucionalistas en 1917 lo entendieron así y otorgaron la soberanía de los recursos al estado electo por el pueblo. Y, de nosotros, del movimiento ciudadano dependerá que el corrupto usurpador y sus compinches del PRIAN no logren robarnos lo que por derecho nos pertenece. |
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