Antes que nada, va mi plena solidaridad para el Víctor Hernández. Aúnque sólo he hablado con él un par de veces con el por telefóno y a que, obvio por mi sorpresa,no recibí su mail enviado a sus amigos cercanos, estoy dispuesto a meter las manos al fuego por él, su integridad, probidad, congruencia, lealtad y fidelidad a la causa. El Víctor es ley.
Personalmente, dudo mucho que se llegue a un punto tan drástico como al cierre efectivo de la página. Si el Víctor desea tomarse unas vacaciones, creo que se las merece y que otros colaboradores debemos tomar el compromiso, no de sustituirlo lo cual es imposible e impensable, pero si de suplirlo temporalmente en lo que recarga sus energías.
Considero este espacio debe seguir por los motivos de sobra conocidos: al no depender de un partido político, en este caso el PRD, de anunciantes influyentes, o de un consejo de editores, algunos de ellos sicofantes, anacrónicos y revolucionarios de sillón, este espacio es verdaderamente libre y un baluarte contra el cerco informativo de los medios postrados y complices de la reacción. Y no exagero.
Ha sido un trayecto largo y duro, pero cuando el Sendero más se necesita es ahora. Estoy seguro de que el compromiso de Víctor con sus lectores se impondrá y que encontrará una manera de compaginar su trabajo diario con la labor informativa del blog y eventualmente, por que no, vivir del mismo. Merecidamente, por cierto.
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