FECAL,ENJAULADO COMO CHANGO DE CIRCO.

REFORMA.
Rafael Segovia.

Indecisión y temor.
Dentro de unos días, Felipe Calderón perderá su carácter de Presidente electo para convertirse en Presidente Constitucional. Será una tranquilidad para él. Está por verse si será un respiro para todo el país, por ahora intranquilo pese a los controles aparecidos por todos los lados, sobre todo en lo que a la información hace.

Los asesinatos de Michoacán son una advertencia de quienes piensan seguir en las mismas, en los delitos cada vez más temibles y en la incapacidad absoluta o casi de las llamadas fuerzas del orden, preocupadas en primerísimo lugar por la vida y hacienda de los funcionarios.

El resto de los habitantes del país, es cosa particular protegerse como buenamente puede. Guaruras, agencias especiales, automóviles blindados o vivir en el extranjero. La protección de los funcionarios alcanza niveles jamás vistos en este país

.Al Presidente se pretende encerrarlo en una jaula de metal de dos y medio metros de alto, situada en pleno centro de la ciudad, lugar al que muy pocos tendrán acceso. Será un Presidente separado por completo de un pueblo al que pretende gobernar a distancia, sin dejarse ver, halagado y saludado sólo por el aplauso de los diputados y senadores de su partido, así como por los representantes de los poderes extranjeros.

Más que nunca se podía advertir la ruptura profunda que divide a la nación, la presencia de una sociedad agrupada en sus clases sociales, donde una parte se hace presente cuando se lo pide un partido y la otra se limita a rechazar sin manifestar ni su identidad ni su posible apoyo, entre otras razones por estar también ella confinada entre rejas, como toda la ciudad.

Los crímenes que se cometen todos los días son prueba de la inutilidad de las exhibiciones de fuerza. Los narcos campan por sus respetos, a ciencia y paciencia de quienes deben combatirlos, como quienes asesinan por no estar de acuerdo con las penas impuestas. ¿Quien está condenado a 40 años de cárcel, qué le importa que le condenen a 40 más? Puede, para significar su enojo, cortar cinco cabezas y enviárselas a quienes le impusieron el castigo.

Ése es uno de los problemas a los que habrá de enfrentarse el nuevo Presidente, y montados sobre ese tema -que sólo es uno más de la agenda- le esperan más que nadie quienes votaron con él, esperando una paz idílica con la derecha en el poder.

Los errores aparecen desde ahora. La presencia obsesionante de las llamadas fuerzas del orden -por ahora las guardias presidenciales y la Policía Federal Preventiva- no han mostrado efectividad alguna, sobre todo la policía, cuando han sido llamadas a intervenir: lo vimos en Oaxaca. En cuanto a las guardias presidenciales, se corre el peligro de convertirlas en una guardia pretoriana, separada del resto del Ejército por su función.

El esbozo de discurso utilizado por Felipe Calderón evidencia las indecisiones. Por un lado se ofrece un ramo de oliva y por otro se traen al gobernador de Jalisco con la seguridad de que hará alguna barbaridad. Hay algo más inquietante: el llamado de López Obrador, capaz, pese a todos los errores que pueda cometer, de llenar el Zócalo y calles aledañas como nadie puede hacerlo en México.

Vivir con eso durante seis años, pese al apoyo de El País y de los anatemas de sus editoriales contra López Obrador no es un panorama promisorio para el futuro Presidente constitucional.La falta de una experiencia real de gobierno de Calderón y de unas condenas abiertas que vienen de todas partes a la administración de Fox han llevado a buscar la experiencia de otros para formar un gabinete económico que lo mejor de él se resume en el conocido "más de lo mismo".

Síntoma evidente de soledad y de dominio político carente de autonomía y de proyecto original.Recorrer la prensa extranjera, pese al triunfo de los demócratas en Estados Unidos, no reconforta sino alarma, el ataque hipócrita y solapado contra la democracia es permanente. La presencia de las multitudes asusta incluso a quienes se consideraban ajenos a las formas de régimen.

El sufragio universal al parecer ha abierto la puerta a las indecisiones políticas y la demagogia económica amenazante bajo su forma populista, cuando no al empantanamiento social resultado de un combate larvado contra la excelencia y la modernidad.

La democracia, tan alabada por los republicanos y su Presidente en Estados Unidos, resulta menos atractiva cuando se observa en América Latina. Valen más los regímenes centroamericanos o asiáticos, así procedan de golpes de Estado, que los salidos de las urnas.

La democracia es algo incontrolable; la componenda puede siempre encontrar soluciones a lo que se antoja insuperable: la libertad, en última instancia desemboca en la anarquía, y contra ésta sólo la aplicación de la ley, con la mayor fuerza posible y sin contemplaciones de origen democrático, puede garantizar un gobierno positivista: orden y progreso. Sin decir de quién o quiénes.

Las presiones externas han ido en el mismo sentido. La democracia es globalización, sobre todo de la economía mexicana, pongamos por caso su apertura a las apetencias de sistemas económicos escasos de energía, que se encaraman en nuevas ideas donde se acusa con indignaciones reales o fingidas al egoísmo de las naciones como Rusia o Irán de beneficiarse de manera desconsiderada de sus reservas de energéticos. La democracia mexicana debe pasar pues por las privatizaciones y repudiar las nacionalizaciones existentes. Por fortuna aún no somos Bolivia.