¿Por qué Somos Pobres?
Escrito por Fausto Fernández Ponte
09-10-2006
Asimetrías
I
México es un país poseedor de riquezas naturales inmensas que, no obstante la monstruosa depredación ambiental y saqueo brutal realizado por unos cuantos oligarcas en agravio de todos, tiene una población considerada entre las más pobres del planeta. Ese es un hecho factual.
En efecto. Calcúlase que en Mèxico --cuyo número de habitantes es de 104 millones --o 126 si incluimos a los paisanos en Estados Unidos-- el 70 por ciento de su población vive en la pobreza en gradación variopinta. Ese momio porcentual es, por terrible, dramático.
Ese 70 por ciento es una suma impresionante de pobres: son casi 70 millones de mexicanos. Imagine el caro leyente una cifra así de personas sin ingresos monetarios --o muy magros éstos--, pero sobre todo insertos en la vorágine de la marginación y la desesperanza.
Imagine también el leyente a esos casi 70 millones de personas atrapadas por una garra perversa: desempleados o subempleados o con una ocupación sin prestaciones y de ínfimo estipendo que se ha estancado desde hace una década y perdido un 70 por ciento su alcance adquisitivo.
Imagine asimismo el leyente a esa enorme masa de pobres --no huelga repetir que somos casi 70 millones-- como destinataria de un bombardeo constante de mensajes diseñados mediante ciertas técnicas para inducirla a cierta conducta individual y colectiva.
Sin duda. Inducir conductas es el objetivo de ese feroz bombardeo de mensajes. Inducir comportamientos para esos pobres consuman obsesiva y compulsivamente bienes, servicios o valores que no necesitan y sin los cuales su vida no sería no mejor ni peor. Así se le manipula psicológicamente.
Y mediante esa manipulación se le ofrece a esa masa de depauperados lo mismo un tangible que un intangible, incluyéndose entre éstos a valores ajenos a sus orígenes y experiencias históricas y sociales y a la composición misma de la estructura cultural.
II
O, en el mejor de los casos, se les ofrecen y venden programas de gobierno sofistas y falaces cuya continuidad agudiza la situación oprobiosa y de desigualdad económica, injusticia social e iniquidad moral y ética que los estruja. Caso en punto: la campaña de proselitismo electoral de Felipe Calderón.
Como secuela de ese inducimiento masivo, muchos pobres votaron por el señor Calderón, desconociendo, por ejemplo, que este candidato --hoy Presidente Electo-- representa la continuidad de la pobreza, la agudización de ésta, y el saqueo impune y cínico de las riquezas de México.
Ese saqueo, como sabríase bien, es cometido por una élite de oligarcas mexicanos y consorcios trasnacionales principalmente de Estados Unidos y España, que tienen a su servicio a partidos políticos mexicanos y personeros de la alta burocracia gubernamental, como el Presidente Vicente Fox.
La depauperación de las masas de pobres no es sólo material --carencias, indefensión, cierre de las redes de capilaridad social, estancamiento económico, etcétera-- sino también educativa. Nuestro sistema educativo privilegia la capacitación para un mercado laboral capitalista de desempleados y subempleados.
Y, por contraparte, desprivilegia ese sistema educativo el acervo histórico y el conocimiento y la conformación de una identidad, la mexicana, sustentada sobre nuestras experiencias historicistas, para borrarla y dar paso a otra, orientada ésta nueva a identificarnos con valores crematísticos e insolidarios extranjeros.
El propósito de ese sistema educativo es, a nuestro ver, obvio: trátase de hacernos pensar y sentirnos más como estadunidenses que como mexicanos, con miras al objetivo estratégico de perpetuar nuestra condición de mercado de consumidores cautivos de bienes y servicios que nos vienen del norte.
Compramos todo, sin necesitarlo. Y en ese proceso nos endeudamos más y más, sin que nuestra pobreza nos permita salir de esa espiral sin fin. Los bienes materiales adquiridos no son sinónimos sino antónimos, de felicidad. Esta es elusiva. Y mella nuestra conciencia de que somos pobres.
III
Los estratos varios de las clases medias han sufrido proletarización evidente y depauperación en mayor o menor grado. Pero carecen de conciencia de ello --de su propia proletarización-- y por tal motivo aceptan gustosamente las socaliñas del poder para proletizarlos más.
País geográficamente privilegiado, México tiene casi 11 mil kilómetros de costas, petróleo y gas natural, plata y otros minerales de importancia estratégica, bosques --entorno de una biodiversidad todavía impresionante aunque muy amenazada--, ríos caudalosos, y un prolongado etcétera.
Sin embargo, su mayor riqueza es, precisamente, la que representan sus habitantes. Pero ese recurso es potencial en su grueso enorme. Decimos que ese recurso es potencial y no actual en densa proporción pues no ha sido desarrollado del todo, excepto en un rubro: el del mercado.
Así es. El recurso humano --la población-- es consumidora cautiva de bienes y servicios casi todos innecesarios, un 70 u 80 por ciento aproximadamente importados físicamente o por patentes o por conceptos de aculturación mediante mecanismos jurídicos y políticos de dominación económica y financiera.
Esa dominación económica y financiera tiene, a su vez, un circuito integrado --un periplo ideológico, diríase-- asaz viciado, pues incide también en el comportamiento del poder político formal y fáctico en México. La dominación extranjera tiene cómplices mexicanos.
Los cómplices mexicanos ejercen corruptamente y para sí mismos un monopolio del poder formal. Conforman la plutocracia, o sea el gobierno de los ricos, quienes, predeciblemente, se oponen a todo intento de modificación de ese status quo injusto, desigual e inicuo.
Se opone esa plutocracia a una forma de organización económica y política que permita a todos los mexicanos --incluyendo esos casi 70 millones de pobres, conscientes o no de su pobreza y su sometimiento por aculturación y aviesa pedagogía-- a vivir mejor.
ffernandezp@prodigy.net.mx
Glosario:
Falaces: plural de falaz y éste de falacia, engaño, fraude o mentira que se utilizan para dañar a alguien.
Oligarcas: plural de oligarca. Miembro de una oligarquía. Sistema de gobierno en el que un pequeño grupo de personas, generalmente pertenecientes a una misma clase social, ejercen el poder supremo.
Periplo: viaje de largo recorrido con regreso al punto de partida.
Socaliñas: truco o engaño que se hace para obtener algo de una persona que no está obligada a darlo.
Sofistas: que se valen de sofismas o argumentos aparentes. Sofisma: argumento aparente con que se pretende defender algo falso o convencer de ello.
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lunes, octubre 09, 2006
EL PORQUÉ DE NUESTRA POBREZA.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 5:43 p.m.
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