El IFE tapa las manos sucias de Fecal

Con un gesto tramposo, a lo largo de la campaña Fecal exhibía sus "manos" que según él estaban limpias, como si con eso demostrara algo. La suciedad de su política se evidenció, por ejemplo, en el episodio famoso de la denuncia pública contra el cuñado incómodo, Hildebrando, quien mentirosamente dijo en un primer momento que se retiraría de la dirección de su empresa para evitar suspicacias, que finalmente estaban plenamente justificadas, pues el hecho es que el PREP no sirvió para contar los votos, sino para orquestar un fraude que le diera el triunfo al PAN. Eso cada día queda más claro, incluso matemáticamente, como ya lo han exhibido varios investigadores.
Desde luego, el fraude radica no sólo en Hildebrando: han estado circulando en la Web, que ahora suple la falta de información en muchos medios de cobertura nacional, denuncias de rasurado de padrón, inducción al voto el día de la elección por parte de religiosos y de simpatizantes del PAN,urnas y papelería electoral encontradas en un basurero, compra de votos, intervención de funcionarios para restar votos al PRD, ´sábanas" que fueron retiradas o cuyos resultados no coinciden con los del PREP. Resulta que el fraude fue un fenómeno que muchos pudieron ver y documentar y que ahora se está denunciando.
El IFE ha mostrado una actitud parcial hacia Fecal desde antes de las votaciones y ahora está simplemente haciéndose eco de la posición del yunquista Manuel Espino, quien no quiere que se abran los paquetes electorales, pues en ellos está la refutación de la pretendida victoria del PAN. Ahora Fecal esconde sus manos sucias, contrariamente al gesto que hacía en la campaña.
Ante la imposibilidad de legitimar las elecciones, dado que está a la vista el papel tendencioso del IFE y todas las irregularidades que van saliendo a relucir día con día, Fecal y su partido apelan a la estrategia de establecer alianzas con la clase política para arruinar la victoria del único de los candidatos que primordialmente se alió con el pueblo, no con los magnates de las televisoras.
La situación evoca lo vivido en el 68: Fecal es una especie de nuevo Salinas, que promueve la impunidad para los empresarios y la represión policíaca contra la izquierda, y el PRI quiere jugar el mismo papel que jugó el PAN en esa ocasión: validar el fraude y negarse a la apertura de los paquetes con las evidencias definitivas, pues el gobierno de Fox, más que una elección de Estado preparó un fraude.