EL ENTRAMADO YUNQUISTA DEL FRAUDE.

Sergio Gomez Montero escribe:

Un fraude largamente anunciado.

En memoria de Marco Antonio Espinoza Grosso.

Escribir los aconteceres de la memoria inmediata no es sencillo. Mucho se corre el peligro de que la pasión domine a la razón. Pero cuando el peso de los acontecimientos es tan obvio, casi de manera inmediata, natural, la escritura surge, se concreta, de la misma manera que hoy, en México, se extienden y multiplican las manifestaciones de inconformidad de la ciudadanía: Que marcha, que porta pancartas, que grita consignas, que mañana domingo acudirá a las plazas públicas para que se dé cumplimiento constitucional a la voluntad popular que se expresó el pasado 2 de julio y que hace suyos los reclamos que en todo el País se le hacen al IFE, que tan delictivamente ha manipulado el supuesto triunfo de Felipe Calderón en las más recientes elecciones presidenciales.

¿Pero cómo fue que se fraguó el fraude? ¿Fue sólo una acción ejecutada el 2 y el 5 de julio pasados (votación y cómputos distritales) y que no tuvo antecedentes?

Ya aquí, en otros artículos, he mencionado algunas cosas al respecto (la integración del actual Consejo General del IFE, la violación abierta del presidente Fox a la legislación electoral, la asesoría extranjera dada al PAN).Hoy, menciono tres más:

Uno, ¿no acaso el triunfo de Manuel Espino como presidente del PAN fue resultado de la más burda compra de votos de delegados (al igual que hoy, que se compraron impunemente a representantes y funcionarios de casilla para rellenar las urnas de votos a favor de Felipe Calderón)?

Dos, ¿cómo fue que El Yunque (Espino, Muñoz, Vázquez Mota, Mouriño, Nava) se apoderó desde hace dos años de la dirección del PAN con la finalidad explícita de lograr que este Partido se perpetuara literalmente en el poder?Para ello, El Yunque, como es su práctica cotidiana, se valió de todos los medios legales y no para lograr su objetivo. Él fue el que promovió con todo énfasis la guerra sucia en que se basó la campaña electoral de Calderón y que nunca fue debidamente sancionada y evitada por el IFE, con quien El Yunque actuó en franco contubernio.

Tres, es preciso no olvidar cómo fue que Felipe Calderón conquistó la candidatura del PAN a la Presidencia de la República: A través del fraude, a través de la compra del voto de cientos de delegados (el famoso “zapato” que se registró en Yucatán) y cómo fue así que fracasaron las acusaciones del grupo de Creel que demandó se limpiaran las elecciones de su Partido, algo que nunca logró, teniendo que someterse disciplinadamente a las instrucciones vertidas por Marta Sahagún y Vicente Fox.

Es que así hoy, lo quieran o no los panistas, ellos están enfrentando un problema de conciencia de dimensiones mayúsculas y que se puede resumir en las siguientes palabras retadoras de Séneca: “¿Soy capaz de adherirme a los principios con los que estoy familiarizado, con los que estoy de acuerdo y que practico la mayoría de las veces?”, ¿o los panistas están hoy dispuestos a tirar al bote de la basura y olvidar los principios bajo los cuales fueron formados y que muy poco tienen que ver con las prácticas fraudulentas que le permitieron a Felipe Calderón llegar hasta donde ha llegado?

Pero, desde luego, los problemas de conciencia, ética y razón de ser no se quedan sólo en los panistas. Los ciudadanos todos de este País nos debemos estar ya preguntando si vamos a permitir que la Nación se gobierne a partir del fraude.¿Podrán los magistrados del Tribunal Federal Electoral dormir tranquilos si es que avalan las prácticas fraudulentas que le han dado cuerpo al supuesto triunfo electoral de Calderón?

Hoy, como pocas veces, la historia del País pasa por momentos tan difíciles y críticos. Puede ser que se haya tenido con anterioridad conciencia del fraude largamente anunciado, ¿pero había otra opción que no fuera la electoral para buscar la construcción de una nueva Nación?La Patria, pues, está dolida y expectante. La llanura está seca y la gasolina la rodea; los cerillos existen y a nadie nos conviene que se enciendan.