¿Por qué los medios en lugar de atemperar su labor idiotizadora la han incrementado?

Sergio Gomez Montero, escribe:

Apresurar el fin de la pesadilla.

“… En el reparto del mundo quedaron sin hadas”.Zoé Valdés: Vagón para fumadores.

En el 2000 se planteó gran parte de los habitantes del País expectativas de naturaleza múltiple, tomando como base lo que muchos irresponsables denominaron la transición, fundada en las promesas de alguien que, una vez ubicado en el poder, se espantó al llegar a donde había llegado, metió freno e inició una loca y atolondrada carrera en reversa: El México de 2006 es en parte el mismo y en parte peor a lo que era en el 2000.

La pesadilla ha sido trágica para el País gracias a Vicente Fox, pesadilla que las estadísticas fundamentan y que los ciudadanos vivimos día con día.Pero no ha llegado lo peor.

Lo peor hoy es que la campaña política de este 2006 tiene como uno de sus ejes (aquel en donde las brujas, los elfos, los demonios se concentran) al proyecto que busca darle continuidad a la pesadilla.

¿Cómo se siente usted lector, lectora, después de seis años de gobierno foxista?.
¿Cómo lo trata la vida? .
¿Lo conmovieron a usted las preguntas que formuló Roberto Madrazo en el debate del martes pasado en torno a si ha mejorado su salario, a si tiene empleo, a si sus hijos van a la Universidad, si la escuela en la que están es una buena escuela?.
¿Qué respuesta daría a usted a esas preguntas?.
¿Por qué los medios en lugar de atemperar su labor idiotizadora la han incrementado?.
¿A usted no le duele la existencia de los hijos de Marta, de los cuñados incómodos, de los millones que Sempra ha repartido para poner su planta regasificadora en Baja California?.

Porque lo que Felipe Calderón ofrece como gobierno es más de lo mismo, y lo que es más: Con mano dura, con esa mano represora que golpeó a los mineros de Lázaro Cárdenas, a los pobladores de Atenco, que está presta a golpear a los maestros de Oaxaca y Michoacán, que amenaza a los maestros de la Sección 37 en Baja California, que con El Yunque y sus técnicas fascistas ha hecho de la campaña política presidencial un ejercicio de guerra sucia de la más baja ralea, utilizando a los medios como catapulta de lanzamiento.

Esos serían los 25 años de gobierno panista que ofreció Felipe Calderón a México el martes pasado.
¿Está dispuesto el País a soportarlos?

A contracorriente, la propuesta de López Obrador está cada vez más clara y precisa, igualmente contundente.

Lo que él propone es construir otro País, en donde, para bien de todos, primero los pobres, pues solamente así se podrá construir la democracia real y verdadera que nos permita tener una sociedad más libre y justa, más igualitaria, un Estado de bienestar en donde la repartición de la riqueza no tenga los rangos insultantes que hoy tiene y los derechos ancestrales de los pueblos indígenas finalmente se respeten.

Ese proyecto alternativo de Nación es el otro proyecto que estará en juego el 2 de julio próximo.

Tundido por los medios y por la guerra sucia, ese proyecto alternativo de Nación se ofrece a quienes creen que aún es tiempo de cambiar, a quienes, agobiados por la pesadilla, creemos que es tiempo de despertar con la cara sonriente para emprender nuevas tareas de recuperación de la Patria que siempre hemos querido ser: Desde la Independencia a nuestros días y que aún no hemos podido concretar.

Es mucho, pues, lo que el 2 de julio estará en juego y por eso no se vale quedarse callado, impávido, indolente.

Hay que salir a votar y desde antes hacer correr la voz, colocar carteles en los postes, calcomanías en los carros, hablar con los vecinos y en la familia hacer que cada uno de sus miembros en edad de votar ese día tenga como prioridad dar su voto por López Obrador.

Hoy pasa México por otro momento estratégico en su historia. Mucho se juega el 2 de julio. Es cierto, no se acaba el mundo, pero sí corremos el peligro que al menos otros seis años dure la pesadilla.¿No será hora ya de acabar con los malos sueños de nuestra historia reciente?.

Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.