FECAL Y SU AUTODEFENSA.

Escrito por Conrado Farías Segundo:

¿Que mal se defiende Felipe Calderón?.

Estaba tan sencilla la respuesta honrada a la acusación de tener un cuñado incómodo, que por esa razón, fue inalcanzable para Felipe Calderón Hinojosa. Él no puede ser honrado. Por ese motivo, se le ocurre seguirse defendiendo de algo que nadie lo ha acusado.

En sus apariciones televisivas se defiende argumentando que él nunca ha firmado ningún contrato a favor de su cuñado. De eso nadie lo acusa. Si ese fuera el caso, además de deshonesto, sería no solamente muy tonto sino también necio.

Un funcionario, por muy tonto que sea, cuenta con secretario particular, con asesoría legal, y con todo un entramado burocrático que le aconseja y cuida la norma de la institución. Antes de que firme un documento, éste pasa por instancias supervisoras. Y sí, ha habido y habrá funcionarios tontos y necios que desoyen a sus consejeros y llegan a firmar documentos nada más por sus pistolas.

Calderón nunca ha tenido ese poder que tuvieron los priístas. Poder que no le tiene miedo a nada. Esos políticos que se saben impunes por el poder que tienen para controlar la tensión de cualquier resorte de la burocracia, eran y son los que se ríen de las leyes.

Calderón apenas es aspirante a ese estatus. Es muy posible entonces, que haya tenido el cuidado de no firmar documentos que lo identifiquen como autorizante de algún contrato a favor de su cuñado. Pero Calderón no dice nada del crecimiento financiero repentino de su cuñado. Tan fácil que hubiera salido del aprieto diciendo que él no tiene nada que ver con Diego Hildebrando Zavala Gómez.

Que es su cuñado y que sí está enterado que ha obtenido jugosos contratos, pero que él, Felipe Calderón Hinojosa, a todo el que se le ha acercado para pedirle su apoyo para ganar algún contrato, o para consultarlo acerca de tal o cual asignación, él siempre les habría dicho que todo se haga de acuerdo a las leyes.

Desafortunadamente (pudo haber dicho), vivimos en un país en el que basta con ser familiar de un funcionario, para que las instituciones contratantes, caigan en el error de transgredir la ley o de dar preferencias deshonestas a la empresa concursante.

Pero eso (debió haber dicho Felipe Calderón), yo no lo fomento ni lo apruebo y solicito a todos los interesados y todas las instancias legales, que se aboquen a hacer todo tipo de auditorias a las empresas de mi cuñado. Que se inspeccionen exhaustivamente dentro del marco legal y si hay algo ilegal, que se actúe con todo el peso de la ley, como yo mismo lo haré cuando sea presidente de México.

Pero no. A un panista que esta enredado en la asignación de 30 millones para que los promuertes de Serrano Limón se compraran tangas. Que a los cinco minutos de sentarse en la silla de Director de Banobras, se autoriza un préstamo de tres milloncitos de pesos; Que carga en su conciencia el robo a la Nación vía Fobrapoa-Ipab; que cabildeó desvergonzadamente para que se sangrara al mexicano chupándole la yugular con el IVA a alimentos y medicinas: "Seguimos insistiendo en modificar el régimen de impuesto al valor agregado, no para perjudicar a las personas sino para evitar los huecos que hay en las cadenas productivas que los productores y distribuidores pongan su parte y buscar los mecanismos para que no se afecte a los consumidores; por eso hemos insistido en estos mecanismos, pero seguimos conversando. Una propuesta que hemos sostenido y que hemos insistido en que se analice es que sea un gravamen de 5 por ciento siempre y cuando sea absorbido por los productores y distribuidores, y no propiamente por los consumidores." Había dicho el 28 de diciembre de 2001.

Pobre candidato manos sucias, uñas largas y mente corta, no supo cabildear para cumplir con las órdenes de Fox para grabar medicinas y alimentos. Ya se conformaba en esas fechas con un 5 por ciento. Pero en un principio querían más los panistas, con Calderón al frente. La madrugada de ese 28 de mayo de 2001, lo agarró cabildeando con todos los coordinadores partidistas y con la presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Beatriz Paredes. Todo fue en vano. No pasó la propuesta foxista y Calderón seguía ensuciándose las manos de balde. No puede dejar de ensuciar las manos para siempre, para toda la vida, un documento infame que se sostiene en ellas y que contiene el proyecto para que sigan muriendo niños en el país por falta de medicina. Y todavía se dice defensor de la vida. Que poca manera tiene Calderón para decir las cosas.

Se le niega totalmente a un tipo de esa moral, una defensa inteligente ante una acusación en la que se le tacha de tener un cuñado incómodo. Nadie ha dicho que su cuñado sólo sea el prestanombres de las empresas de Calderón. Nadie ha dicho, que Calderón recibía dinero de los ingresos de las empresas en las que aparecía el nombre de Diego Hildebrando Zavala Gómez. Nadie ha dicho que se encontraron cuentas bancarias a nombre de Felipe Calderón Hinojosa cuyos depósitos provienen de las ganancias de Hildebrando SA de CV. Nadie ha dicho siquiera, que Felipe Calderón tenga acciones en las empresas de su cuñado. Lo único que se dice es que por ahí tiene Felipe un cuñado con crecimientos económicos muy sospechosos.

¿Verdad que era fácil mandar a volar a López Obrador? Pero no. A un tipo que se le hace fácil celebrar las acciones de Fox en Atenco, sabiendo que se estaba celebrando el asesinato de un menor de edad y la violación de mujeres, no es posible que se le ocurra defenderse con honradez, orgullo y valentía.

Tan fácil que hubiera sido para Calderón deslindarse de su cuñado. Pero en lugar de eso, dijo que López Obrador mentía.

¿Cómo sabe Calderón que AMLO miente? ¿Él conoce al dedillo las finanzas de su cuñado? ¿Sabe que nunca ha sido usado su nombre para obtener tal o cual contrato? ¿Porqué preocuparse y hasta enojarse tanto? El tráfico de influencias es la única acusación que podría recaer en Calderón y esa imputación se dio sólo de manera tácita. Pudo haberse soslayado. Es hasta unos días después que se le ocurre decir que su papel no es defender a su cuñado. Lo que debió decir desde un principio.

Pero su mente deformada no deja impecable esa consideración. Pobre Felipe. Tiene tan percudida su cabecita que es incapaz de decir algo sensato sin acompañarlo de su toque personal: “descalificar a priori a cualquier persona que tiene una empresa o negocio y trabaja honradamente es una de las cosas que deben "corregirse" en el país”. Dijo enseguida en Cancún. La obviedad es conocimiento y casi moraleja para un tipo de esa estatura.

Ahí tienen un retrato fiel de Fecal.

Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.