Por Pedro Díaz Arcia
"A la rueda, rueda, de pan y canela".
Canción infantil
¿Quién lo entiende?, mientras por una parte Lewis Libby, como decir mano derecha, que no la izquierda del vicepresidente Richard Cheney, fue hallado culpable de obstruir la justicia y mentir a los fiscales: las cucarachas, el moho y las ratas hacen cosecha con los veteranos de la guerra que libra Estados Unidos contra Afganistán e Irak, en el hospital militar Walter Reed, no se sabe si en otros, de acuerdo con una acuciosa investigación realizada por "The Washington Post".
Las lapidarias conclusiones del Post se llevaron a bolina, como a un cometa arrastrado por el viento de la desventura, al secretario del Ejército de EE.UU., Francis Harvey, quien renunció al conocerse los maltratos a que son sometidos sus propios soldados. El día antes se había ido por el caño el jefe del hospital.
¿Qué se hace con los enjundiosos fondos aprobados, entre otros propósitos menos sanos: para que los soldados norteamericanos siempre tengan lo que necesiten, según Bush?
Está en camino la creación de la clásica Comisión bipartidista que tratará de desentrañar los oscuros vericuetos por donde se mueven los duendes de la corrupción, la desidia, la burocracia y la insensibilidad, dilapidando el dinero de los contribuyentes estadounidenses, en tanto sus hijos sufren la insalubridad y el maltrato en sus hospitales.
La pregunta es de plantilla: ¿Si no se ocupan de sus heridos, qué pueden esperar los prisioneros de la Base Naval de Guantánamo, o de otras prisiones abandonadas también al ultraje, la vejación y las más aberrantes torturas por parte de sus cancerberos?
La comisión del Congreso, debía procurar los auxilios del mago Harry Potter o del aventurero Indiana Jones, para seguir las pistas del desenfreno, porque la historia demuestra que por donde camina la dinastía de los Bush, como decían de las huestes de Atila, la hierba no se recupera.
Por si fuera poco, cuando Libby enfrenta el próximo junio una posible condena de hasta treinta años, su jefe, Mr. Cheney "la gatica María Ramos", que tira la piedra y esconde la mano, sigue en sus altas funciones como segundo hombre de la Casa Blanca, la cual comienza a desteñirse y a perder su puritano color, como resultado de las engañifas de sus principales dirigentes.
Pero, eso no es todo, no cansado con la repulsa mundial por sus equívocas y altaneras decisiones, el gobierno de Estados Unidos planea la instalación de un escudo antimisiles (DAM) en Polonia y República Checa.
Es como una bofetada más en el rostro de una humanidad anhelante de paz, equidad y de las posibilidades de un desarrollo sólido y sostenible.
Los rusos no se han dado a la callada, el teniente general Igor Jvorov, expresó que "Tenemos en cuenta que los componentes del sistema de defensa antimisiles están débilmente protegidos, todos nuestros aparatos son capaces de usar medidas electrónicas en su contra y destruirlos físicamente".
En una reciente reunión que tuvo lugar en Munich, el presidente Vladimir Putin, además jefe del Consejo de Seguridad de Rusia, dijo que Estados Unidos "sobrepasó los límites en todas las esferas".
Putin ha dicho, en clara alusión a Estados Unidos, que otras naciones siguen utilizando sus fuerzas armadas como la herramienta más importante para conseguir objetivos políticos y económicos.
Según los militares rusos, sus estratégicos y supersónicos bombarderos Tu-160 pueden cumplir eficientemente la misión de destruir los nuevos objetivos de la OTAN ubicados en silos muy vulnerables.
¡Señores, volvemos a las andadas!
La OTAN incrementa sus amenazas contra Rusia, so pretexto de protegerse de hipotéticos ataques de Irán o de Corea del Norte; lo cual obliga a Rusia y, a otros países, a mejorar y desarrollar sus sistemas de defensa y contraataque.
¡Esa es la escalada! Una instalación de misiles conlleva otra de antimisiles, lo cual conduce lógicamente, aunque la lógica es un puerto de poco calado, al establecimiento de una novedosa base de anti-anti-misiles.
¡La rueda de la historia va de marcha atrás!
Estamos de vuelta a los peores años de la Guerra Fría, gracias a los mesiánicos designios de los señores que hoy, por obra y gracia de la fuerza, pueden disponer a su antojo del destino de otros pueblos.
Todo lo demás es canción de niños, recuerdo aquella con que nos entreteníamos de muchachos, ajenos a los peligros del mundo que nos rodeaba:
"A la rueda, rueda, de pan y canela". |
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