¿HASTA DONDE VAMOS A LLEGAR?

A confesión de culpa...

miércoles, 07 de marzo de 2007

Por Armín Villalobos Bustillos El payaso que nos desgobernó en el sexenio que concluyó el 30 de noviembre del año pasado, declara y reconoce que ganó las elecciones del año 2000 y las del año 2006, o sea que, con cinismo un funcionario de alto nivel reconoce haber cometido delitos electorales que en cualquier país del mundo hubiera recibido una sanción, pero en México no pasa nada. Los Consejeros del IFE y su presidente, el Dr. Luis Carlos Ugalde, ante el temor de que el TRIFE ordenara el conteo de votos, casilla por casilla, y para que el candidato de la derecha sienta su parcialidad, lo declara ganador de la elección, facultad que sólo le corresponde al TRIFE, además de haber estado en contubernio con el cuñado incómodo, en el manejo de resultados de la elección, y en este país no pasa nada. Los señores Magistrados del TRIFE reconocen que el Presidente puso en riesgo la elección del pasado 2 de julio y sabían de los cochupos que se cometieron antes, durante y después de la jornada electoral, hacen caso omiso de la petición del candidato de la Coalición por el Bien de Todos y de quince millones de mexicanos que sufragaron a favor de AMLO, de que abran los paquetes electorales y de que se cuente voto por voto, y sólo acuerdan abrir el 10% del número de casillas impugnadas, las que reflejaron un mayor número de votos a favor de AMLO, no obstante todo esto, declaran válido el triunfo del candidato de la derecha, pero en este país de caricatura no pasa nada. Ahora, Manuel Espino Barrientos, presidente del Partido Acción Nacional, declara en Colombia que a ocho días de la elección convenció a ocho gobernadores priístas para obtener su voto a favor del aspirante panista, que si fuera el voto particular de estos ocho traidores a su propio partido, no importaría, pero conociendo en México el manejo que tienen los virreyes locales en el voto corporativo, es indudable que cometieron actos fraudulentos sancionados por la ley, pero en el México bananero, no pasa nada. Los hijos del Presidente de Foxilandia, su esposa, los hijos de ésta, sus amigos y toda la camarilla que los rodea, se beneficiaron con contratos de distintas dependencias gubernamentales, actos de corrupción que fueron denunciados ante las autoridades competentes, pero en este país de caricatura no pasa nada. ¿Hasta dónde va a llegar la impunidad en este país? ¿Hasta dónde quieren que llegue la corrupción? No cabe la menor duda de que México necesita un cambio de 180 grados. No cabe la menor duda de que el pueblo tiene que darse un nuevo gobierno, ya que es alarmante el número de mexicanos que día con día engrosa las filas de los que nada tienen y la corrupción en todas las esferas sociales no tenga castigo.