09-02-2007
1. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) de México tiene un millón y medio de afiliados, dicen que es el sindicato más grande de América Latina. Cuenta con una o dos secciones sindicales en cada estado de la República y éstas a la vez tienen delegaciones de zona o de escuela. Aglutina a profesores, técnicos, manuales, y administrativos. Fue fundado en 1943 por líderes gobiernistas y desde entonces no ha dejado de estar al servicio de cada gobierno sexenal en turno. Sus máximos líderes nacionales y estatales, desde los años de su fundación, han recibido del gobierno diputaciones, senadurías, presidencias municipales y otros cargos. A cambio de ello los líderes han puesto a la masa magisterial a servicio del gobierno en turno. Desde siempre hubo movimientos de oposición, pero casi nada ha podido hacer para cambiar las cosas.
2. La educación en México, según informes internacionales, es de las peores del mundo en calidad y baja matricula escolar. Siempre fue pésima la educación mexicana en todos sus niveles, pero empeoró a partir de la implantación del neoliberalismo privatizador en 1982, sobre todo durante el gobierno panista de Vicente Fox. La educación pública está sufriendo recortes presupuestales para beneficiar a las escuelas privadas al servicio de quienes puedan pagarlas. Los programas educativos se han orientado a la tecnología para crear mano de obra barata y se ha abandonado la orientación humanística. Millones de niños y jóvenes que han abandonado sus estudios al ser rechazados y por pertenecer a las clases pobres han ido a engrosar el desempleo, el ambulantaje o la migración hacia EEUU. El panista Felipe Calderón sigue el mismo funesto camino de su antecesor.
3. En México gobiernos y dirigencia sindical han degradado a la educación nacional. Aunque la educación pública nació a principios de los veinte para liberar al pueblo de la explotación y de la ignorancia a que estaba sometido por hacendados, empresarios y curas, la degeneración de los gobiernos y de los líderes sindicales la obligó a desvirtuar su rumbo. Los sindicatos son instrumento de lucha y defensa de los trabajadores, pero cuando sus dirigentes los someten a los intereses del gobierno y de las empresas se convierten en un aparato de dominación. El sindicalismo debe ser independiente, participativo y democrático, pero cuando es controlado por una burocracia sindical y política reaccionaria que sólo busca poder, dinero y beneficios personales, debe ser combatido con fuerza por los trabajadores. En educación ha sido el caso.
4. El SNTE nació en un México “nacionalista” que resistía frente al gobierno yanqui avorazado por tragarse todo. Todavía se movían en su interior corrientes que venían del cardenismo socializante que reivindicaban la consigna de “Por una educación al servicio del pueblo”. Finalizada la Segunda Guerra y después de arribar Miguel Alemán a la presidencia, México ingresó a la ONU, a la UNESCO, a los tratados internacionales, a la economía urbana en sustitución de la rural y a la política de competencia, dando lugar a radicales cambios de todo tipo. Los programas educativos comenzaron a cambiar en objetivos, orientación y valores, la escuela rural inició lentamente su caída, las ciudades poco a poco comenzaron a ser el centro, los profesores adquirieron otros intereses y el SNTE se entregó de manera definitiva a servir los intereses del capital y del gobierno.
5. El sindicalismo en México, parecido a otras naciones del mundo, desde los años cuarenta fue un pilar del gobierno y, por tanto, un eficiente instrumento de control y mediatización de los trabajadores. El 99.9 por ciento de los líderes antes, durante la ocupación de sus cargos y después han sido corruptos; pero no porque hayan nacido así sino porque son parte del engranaje sindical, político y económico del sistema. Podría afirmarse que líder sindical y corrupción son sinónimos, obviamente con la excepción de un líder por mil. Y precisamente esa realidad ha llevado al pueblo de México a repudiar a los políticos, a los partidos, incluso a los sindicatos, confundiendo a éstos con los líderes. Así que en el SNTE pronto se festejarán los 64 años de corrupción en los que su líder actual, Elba Ester Gordillo, mantiene un principalísimo lugar.
6. En marzo de 2004 Esther Gordillo Morales, cuando era diputada federal con licencia, fue electa como presidenta ejecutiva del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), nuevo cargo que fue creado con la modificación de estatutos en el V Congreso Extraordinario. La elección de la ex coordinadora de la bancada priísta del Congreso Federal como Presidenta Ejecutiva del SNTE, se realizó mediante el procedimiento de votación de la planilla única, que obtuvo 2 mil 785 votos a favor, de un total de 2 mil 850 sufragios emitidos por los delegados de 58 secciones de los diferentes estados del país. Esto demuestra que el liderismo espurio del SNTE es una terrible maquinaria difícil de romper porque cuenta con el apoyo del gobierno, los empresarios y toda una ideología burguesa metida hasta los huesos del magisterio.
7. Los secretarios de Educación en cada sexenio han sido siempre unos pefectos ignorantes en la materia. El más bobo de ellos ha sido el señor Reyes Tamez quien en seis años no pudo hilar un discurso o tan siquiera una frase y, aunque la actual habla mucho, carece de las más mínima idea de lo que hay que hacer; precisamente por ello ha dejado todo en manos de la Gordllo, la corruptísima líder del SNTE. Aunque hay que reconocer que personajes como Vasconcelos, Torres Bodet, Reyes Heroles y Muñoz Ledo no tenían nada de idiotas, aunque soportaron la pesada carga del poder. ¿Qué pueden hacer los panistas en la SEP –¿terminarla de destruir?- si su especialidad es la educación privada? El PAN nació combatiendo a la educación pública, lo escribió en su programa y el 90 por ciento de sus líderes –Calderón al frente- estudió en colegios privados.
8. El 95 por ciento de los profesores, técnicos, administrativos y manuales de cada escuela de México y afiliado del SNTE –con excepción de los de educación superior- estudió en instituciones públicas. Solamente una minoría –los privilegiados- obtuvo sus grados en los colegios privados que pudo pagar. Casi todos los miembros de ese sindicato nacieron con la ideología del nacionalismo mexicano, la educación gratuita, laica y popular, la comunidad rural. Votaron abrumadoramente por el PRI y sus gobiernos. Hoy esos mismos trabajadores de la educación –por medio de los líderes de su sindicato- se han aliado al gobierno panista que históricamente los ha combatido y despreciado. La única explicación es la ignorancia y el oportunismo de los líderes de de los mismo trabajadores. Pero debe decirse que otros sindicatos han hecho lo mismo.
9. La líder Gordillo ha demostrado que no es tonta ni boba, al contrario, posee una enorme habilidad para seguir controlando al 80 por ciento del SNTE. El otro 20 por ciento es controlado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que –a pesar de sus valerosas batallas- ha quedado estancada. El SNTE recibe decenas de millones de pesos en cuotas sindicales que, sumados a los otros millones que recibe del gobierno, se convierten en un gigantesco capital que le sirve para corromper a líderes, trabajadores, medios de información etcétera. La líder Ester Gordillo cuenta con el aparato sindical más poderoso del país, por eso se ha burlado del PRI, ha creado otro partido, ha dividido a la FSTSE, controla gobiernos, medios de información y a intelectuales. Por de pronto lleva dirigiendo al SNTE desde abril de 1989.
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