La estrategia del miedo como método de control de masas ante una presidencia espuria y con amplio rechazo popular fue adoptada por George W Bush y el partido republicano a finales del 2001. El discurso del terrorismo logró mantener a Bush practicamente sin críticas y sin oposición por 3 años. Con ese mismo discurso del terror justificó dos guerras colonialistas (Irak y Afganistán) en las que se practicó el genocidio y se violaron derechos humanos con completa impunidad.
Para 2004 el discurso del miedo de Bush comenzó a fallar. En las elecciones presidenciales de ese año, las encuestas de salida le daban el triunfo al demócrata John Kerry. Pero, misteriosamente, los resultados le dieron el triunfo a Bush, quien una vez más orquestró un fraude electoral para seguir en el poder. Este fraude fue tan burdo que la senadora de California, Bárbara Boxer, cuestionó los resultados electorales y forzó al congreso americano a votar sobre si se aceptaban o no estos resultados. Teniendo los republicanos el control del congreso, se votó a favor de aceptar el nuevo fraude electoral.
Pero dos años más tarde el discurso del terror dejó de funcionar. El electorado americano llegó a la conclusión de que no era posible seguir aguantando --ni pagando-- una guerra por petróleo ni el resto de las locuras de Bush. Por consiguiente, el 7 de Noviembre de 2006 el electorado americano le dio el control del congreso a los demócratas, enviando un mensaje claro y fuerte a Bush: su discurso del terror YA NO FUNCIONA.
De pilón, la popularidad de Bush cayó aún más bajo luego de las elecciones. Así se muestra en esta nota de La Jornada:
Cae popularidad de Bush a 31% tras comicios: sondeo de Newsweek
Agencias
12/11/2006 14:18
Washington. La popularidad del presidente George W. Bush sufrió un nuevo desplome luego de los comicios al nivel más bajo de su presidencia, de apenas 31 por ciento, según una nueva encuesta del semanario político Newsweek.
Por comparación el nivel más bajo de popularidad de la presidencia de William Clinton fue de 36 por ciento y el de George Bush padre de 29 por ciento.
Otros políticos con niveles más bajos de Bush hijo han sido Richard Nixon con 24 por ciento y James Carter con 23 por ciento.
La popularidad de Bush es similar a la del vicepresidente Dick Cheney, e incluso mejor que la del saliente secretario de Defensa Donald Rumsfeld, que tiene apenas 24 por ciento de aprobación.
Seis de cada diez estadunidenses cree que Bush podrá lograr aprobar alguna iniciativa mayor en los dos años restantes de su mandato y sólo tres de cada diez considera que aún puede ser un líder efectivo.
De los mil estadunidenses entrevistados, el 63 por ciento dijo estar en desacuerdo con la dirección de Estados Unidos y sólo un 29 por ciento se declaró satisfecho del rumbo.
El sondeo mostró que las elecciones fueron más una derrota Republicana que un triunfo Demócrata.
A la pregunta de las razones sobre la victoria Demócrata, un 85 por ciento de los estadunidenses mencionó su insatisfacción con la guerra en Irak.
Un 71 por ciento se refirió al mal desempeño del presidente Bush y 67 por ciento a la manera en que los Republicano han manejado el tema del gasto publico.
¿A qué viene todo esto? Pues a un punto que hemos estado repitiendo desde hace una semana pero que no vamos a dejar de repetir hasta que se entienda: El discurso del terrorismo ha sido derrotado historicamente. La derecha ha sido vencida por la historia junto con su discurso del terror.
Si el yunque pretendía que poniendo sus bombas marca ACME iba a lograr que el pueblo se quedara callado, no lo graron. Al día siguiente el mundo entero pudo ver que ese discurso del terror ya no funciona.
Y si el yunque insiste en seguir con esta pendejada, lo único que van a lograr es acelerar lo inevitable: la caida de fecal del poder. En el momento en el que fecal pase de ser un simple pendejo fascista y alcohólico, a un pendejo fascista, alcohólico y además remedo de George Bush, en ese momento al pueblo no le importará si a fecal lo tumban con un juicio político, con un golpe de estado o de plano de la menera que sea. Por el contrario: la gente lo aplaudiría. Así como alrededor del mundo le aplauden al pueblo americano el haberle quitado poder a Bush para que no pueda seguir haciendo sus locuras tan facilmente.
No, panistas. Se equivocaron si pensaron que iban a poder tener el poder. Y si siguen con sus bombazos marca ACME, lo único que van a lograr es acelerar su caída. No sólo eso; además de caer, no se podrán levantar. Por que no dejaremos que se vuelvan a levantar.
Una razón más para apoyar al peje en el 2006.
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