Estuve esta semana en Costa Rica, por lo que les comento algunas impresiones, para lo que puedan servir. Allá también hubo una elección muy cuestionada, si bien la gente´me comentó que la situación no fue tan escandalosa como aquí, donde las eleciones últimas y la imposición Fecal ya son bien identificadas como el caso por excelencia del fraude y del abuso: "...´no fue tan escandaloso como lo que pasó allá en México", dicen muchos. Sin embargo, hubo también grandes campañas oficialistas de mercadotecnia, así como protestas ciudadanas luego de las elecciones, "vigilias" ante el Tribunal electoral, impugnaciones que no se resolvieron favorablemente, y hasta el clásico caso de la papelería electoral tirada o desaparecida, y los conocidos contrargumentos de los defensores del poder, que ya nos sabemos de memoria, del tipo de "hubo irregularidades pero no hubo fraude", justificación por demás ridícula. El actual presidente, Oscar Arias,ya había gobernado, en los 80, y la reelección estaba prohibida en ese país, por lo que no hubiera podido volver al poder, pero en 2003, los magistrados la aprobaron de nuevo y los propagandistas del régimen, del tipo de los periodistas fecales de aquí, dijeron que era una "restauración de la legalidad". Por otro lado, me dio la impresión de que el candidato de la relativa izquierda de allá, Ottón Solís, no tiene el carisma ni la trayectoria y voluntad de lucha de AMLO, ni está apoyado tan fuertemente por fuerzas con un compromiso politico claro, por lo que la gente no se movilizó tanto, y él mismo se dio por vencido, quizás al estilo de Cárdenas en el 88, y aceptó una derrota por alrededor de un punto de diferencia. Obviamente, lo que se quería era poner a un títere de EU. Allá, el partido de la derecha católica, Unidad Social Cristiana, ha gobernado varios periodos, pero ya está muy desacreditado, entre otras cosas por escándalos de corrupción, por lo que echaron mano de Arias, un viejo político reciclado para impulsar la agenda de EU. Pero lo más inquietante del caso es que ahora, en estos días, en que en Costa Rica la gente se ha estado movilizando contra la aprobación del TLC y ante un gobierno que no tuvo un triunfo contundente, éste ha optado por una politica de represión basada en la militarización de la policía, a quien vemos acosando a los manifestantes y tratando de proteger a Arias como aqui lo hace con Fecal, hay fotografías donde parece que estamos viendo a la PFP con sus tácticas y equipos usuales, si bien allá no se han llegado a hechos tan violentos, siendo un país que se enorgullece de ser pacífico y educado, y que desde los años 40 no tiene ejército. Pues ahora temen con mucha razón que puedan volver a tenerlo, no con ese nombre y en la forma tradicional, sino con cuerpos del estilo de la PFP. Es muy obvio, que al igual que Fecal, Arias está manejando el tema de la inseguridad pública para justificar la represión y orientar el supuesto "combate a la delincuencia" en beneficio de las empresas, incluso ese gobierno ya firmó un convenio "de colaboración" con empresas privadas de seguridad, y están anunciando privatizaciones de sectores como Telecomunicaciones y Seguros. Por cierto, allá están bastante hartos de Bimbo, que llegó a aniquilar a sus industrias nacionales y al comercio tradicional de las panaderías, según me informaron. En suma, son proyectos que la derecha está tratando de impulsar país por país con estrategias similares pero con diferencias correspondientes a la realidad de cada uno de ellos. Creo que es muy importante tener claro que la militarización con el pretexto de la lucha contra la "inseguridad" es el truco que la derecha cree infalible para controlar al pueblo.
Edgar González Ruiz
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domingo, noviembre 12, 2006
México y Costa Rica: un raro parecido
Publicadas por Edgar González Ruiz a la/s 2:05 a.m.
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