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“Ganamos”
Ayer mismo comenzaron a llegar a mi teléfono celular y correo electrónico, mensajes de distinguidos panistas -buena parte de ellos electos el pasado dos de julio- que con un cierto dejo de burla y de ironía me informaban que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) había declarado vencedor de los comicios a Felipe Calderón Hinojosa.
“Ganamos: Felipe Calderón H. Presidente”, decía la mayoría de los mensajes de texto que seguramente fueron enviados en cadena a todos sus contactos, y en especial a aquellos que hemos venido insistiendo que, en las elecciones, se cometió un fraude de alturas insospechables.
Los remitentes del mensaje tienen toda la razón del mundo cuando dicen “ganamos” pero sólo si se refieren al alto clero que hizo política a pesar de que lo tiene prohibido expresamente por la Constitución; a la radical ultraderecha de este país representada por El Yunque que cada vez se adueña más de las instituciones; o a los empresarios que decidieron enlodar el proceso electoral financiando ilegalmente abominables espots que confundían al electorado y orientaban el voto a favor del panista.
Tienen toda la razón los autores de los mensajes cuando dicen “ganamos” pero sólo si se refieren a Vicente Fox Quezada que traicionó su promesa de acatar y hacer respetar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; o a su esposa Martha Sahagún, o a sus hijos los bribones Bibriesca que se enriquecieron brutal y escandalosamente después de que su madre contrajo nupcias con el presidente.
O si se refieren a Hildelbrando Zavala que ventajosamente y gracias a su estatus de cuñado incómodo ganó decenas, tal vez cientos, de licitaciones públicas; o a los corruptos “charros” sindicales como Elba Esther Gordillo que fue la primera en levantarle la mano a Calderón o como el corrupto Víctor Flores Morales acusado de asesino por los trabajadores ferrocarrileros.
“Ganamos” deben de estar celebrando con dos o tres botellas de Cognac (lo que quiera que eso signifique) el gober precioso, Mario Marín, quien a cambio de no ser desconocido como gobernador por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pintó de azul a Puebla. O las demás elites priístas que se confabularon en contra de Roberto Madrazo y que terminaron aliándose con el PAN (alianza que seguramente volvería a matar a muchos de los fundadores del blanquiazul y del mismo PRI).
También “ganamos” debe ser la frase con la que debe estar brindando en algún lugar de la Riviera Francesa Arturo Montiel, el corrupto ratero ex gobernador que desfalcó las arcas del Estado de México y quien jamás de los jamases será tocado con el pétalo de una citación, porque su hijo putativo, su heredero en el gobierno, su cachorro Enrique Peña Nieto, cambió votos por “bote”. Es decir votos para FCH y “no bote” (o “tambo”) para Montiel el millonario,.
Nadie más puede sentirse ganador con la resolución emitida por el TEPJF (resolución, por cierto, muy pobre y limitada, hablando única y exclusivamente en términos jurídicos. Lo que da mucho qué pensar sobre todo porque la de ayer fue una sentencia que bien hubiera podido dictar, por ejemplo, hasta un agente del Ministerio Público en Querétaro).
Por otra parte, sí hay muchas cosas que ocurrieron antes, durante y después de las elecciones que nos dan motivos suficientes para sentirnos desamparados, pobres y perdedores.
El saldo de las elecciones va mucho más allá de la unción del candidato de la derecha; en el proceso electoral los ciudadanos perdimos al IFE y al TEPJF que hasta antes de las elecciones eran las instituciones mejor calificadas por los ciudadanos (hoy según encuesta de El Universal por lo menos el 39 por ciento de los mexicanos no cree en ellos). ¿Cómo nos van a regresar a los ciudadanos el Instituto Federal Electoral?, ¿Cómo se lo vamos a quitar de las manos a quienes entronizaron a Calderón?. Crimen sin castigo. Mejor dicho, Crimen con premio.
En el proceso, y me parece que mucho tiempo atrás de que este comenzara, tambièn perdimos a la presidencia de la República como institución, como ideal republicano. También perdimos al amigo, al vecino y hasta al familiar que nos veía, y que nos seguirá viendo muy seguramente, como su enemigo mortal por no pensar como ellos.
Lo peor de todo es que el resultado del proceso electoral que ayer concluyó formalmente con la inapelable sentencia del TEPJF es la incertidumbre que se ha quedado entre nosotros.
¿Qué va a pasar mañana cuando Felipe acuda al Congreso General a protestar la constitución?, ¿Hasta dónde podrá ser pacífica la resistencia civil encabezada por AMLO y hasta dónde el gobierno federal privilegiará el diálogo a la confrontación directa?. ¿Qué va a pasar mañana?.
No. No creo que alguien en este momento de crisis y de oscuridad para nuestro País alguien pueda decir, y lo que es más jactarse, de haber ganado algo.
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martes, septiembre 05, 2006
COLUMNA ACTORES Y ESCENARIOS DEL A.M. DE MAÑANA
Publicadas por Anónimo a la/s 7:32 p.m.
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