AMLO ha defendido su triunfo en la contienda electoral, marcada por las trampas panistas.
Fecal, por su parte, frustrada su expectativa de dar un albazo con la premisa del fraude cibernético y de los mecanismos tìpicos de la elecciòn de estado, trata de validar el fraude usando los medios de comunicación, y de aislar a AMLO mediante acuerdos con la clase política.
Tanto Campa como Madrazo ya entraron a ese juego. El primero de ellos, como era de esperarse, en forma vil y descarada, y también Madrazo, que está apoyando los resultados del PREP, con lo cual ha cosechado elogios fecales, de tal suerte que parece repetirse la historia del 88, cuando Salinas se apresuró a pactar con el PAN contra Cárdenas,pero ahora es a la inversa: el PAN necesita el apoyo del PRI y se consolida de nuevo el PRIAN, para beneficio del primero de ellos, aunque sin duda ese respaldo tendrá un costo también para el PAN.
Mercado simplemente se recluyó en su casa, pues evidentemente se metió en una situación más difícil quizás de lo que pensaba. Si apoya a Fecal, pierde toda credibilidad, pero definitivamente no quiere comprometerse con ideales y respaldar a AMLO, y a la democracia. Ella se sigue guiando por intereses.
Cada vez surgen más evidencias del fraude, pero es clara también la estrategia derechista ante las denuncias: decir que las denuncias son "subsanables", que la elección fue "muy cerrada" y que es necesario mantener la "unidad nacional". Ahora Fecal adopta un rostro hipócrita y conciliador.
Es fundamental demostrar el fraude, incluso matemáticamente, como lo serán también las movilizaciones y expresiones en apoyo a nuestro candidato. Al parecer, el PAN y sus aliados están jugando al cuento de la supuesta imparcialidad del IFE, cuya falsedad se evidenció cotidianamente a lo largo de las campañas, no sólo en el conteo de los votos.
Las consecuencias de la aceptación de la pretendida victoria panista son espeluznantes en muchos sentidos, pues según la derecha, no sólo ganaría la presidencia, sino el congreso y la mayoría legislativa en estados donde no la tenía como en Nuevo León,donde ahora sí podrá, en ese escenario, imponer sus leyes reaccionarias, lo mismo que en el nivel federal. Es decir, la derecha estaría en mejor posición política que Fox en el 2000, paradójicamente.
Se percibe un silencio peligroso en torno a esas consecuencias que tendría no cerrarle el paso a la derecha en estos momentos. AMLO ha sido muy lúcido al comparar la situación actual con la lucha de Juárez y con otros momentos cruciales para el país, pues como comerciantes tramposos, los panistas procuraron asegurarse la ganancia en todos los planos de la contienda, de tal suerte que según esos planes, la izquierda sólo ganaría de nuevo el gobierno del DF, mientras que la derecha alcanzaría todas las demás gubernaturas en contienda, incluso Morelos, donde la gestión de Estrada Cajigal fue desastrosa, y la de Jalisco, donde cínicamente, el candidato yunquista Emilio González reconoció en una entrevista en televisión el 2 de julio que según datos internos del PAN su desventaja al principio de la campaña era de casi 20 puntos. La guerra sucia y la elección de estado invirtieron el panorama.
En suma, extrañamente parecería que dentro de la clase política no se ve ya el peligro de la derecha, que está acomodando las cosas para acorralar a AMLO con la idea de que Fecal podrá desdeñar las pruebas contra el fraude apelando a los políticos y a los medios oficialistas.
Pero además de esas demostraciones está el apoyo popular que finalmente fue decisivo para evitar el desafuero, como lo fue también el respaldo de sectores intelectuales y de la opinión pública internacional. Ahora también serán decisivas las muestras espontáneas del sentir popular en apoyo a AMLO.
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martes, julio 04, 2006
AMLO y los otros cuatro
Publicadas por Edgar González Ruiz a la/s 5:20 a.m.
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