Guadalupe Loaeza escribe en el Reforma:
La otra versión...
No, no me sorprendió la encuesta que se publicó ayer en nuestro periódico, en donde aparece Andrés Manuel López Obrador con una ligera ventaja sobre Felipe Calderón.
Digo que no me sorprendió porque desde hace varias semanas he estado visitando distintas ciudades de la República, en donde, para mi sorpresa, he encontrado muchísimo entusiasmo por el candidato de la coalición "Por el Bien de Todos".
Hace 15 días estuve en la ciudad de Culiacán. Lo primero que me llamó la atención al salir del aeropuerto fue ver la cantidad de coches que llevaban en el parabrisas trasero calcomanías de AMLO con la frase: "Sonríe, vamos a ganar". Pero lo más llamativo de todo es que mientras circulaba por las calles y avenidas de la ciudad de "Los Tomates", en medio de un calor insoportable, prácticamente no vi otros vehículos con propaganda de los otros candidatos. "¿Cómo es posible si estamos en el norte?", le pregunté a Dolores Gutiérrez, responsable de las redes ciudadanas: "También yo estoy sorprendida. Por increíble que te parezca aquí el Peje tiene una aprobación de 35 por ciento".
Dolores no mentía. Entre universitarias, maestras, profesionistas y amas de casa, se habían reunido en un enorme auditorio más de 500 mujeres para ver el documental de Luis Mandoki, ¿Quién es el Sr. López? La mayoría estaba vestida de amarillo. Todas se veían felices de poder ser parte de las redes en apoyo a su candidato. Después de ver la película vino la sesión de preguntas y respuestas. De todas sus reflexiones la que más recuerdo es la que me hiciera una señora. "Dígale por favor al señor López Obrador que en Sinaloa hay mujeres muy hermosas y que voltee sus ojos hacia esta entidad". Todas aplaudieron muertas de la risa. Le prometí que sin falta le daría el mensaje.
Antes de terminar el desayuno, se puso de pie una mujer indígena y nos comentó por el micrófono que en su municipio estaban distribuyendo celulares. "Al votar, toma la foto de tu voto. Si vemos que en la fotografía votaste efectivamente por nosotros, te regalamos el celular", les dicen unos señores que trabajan para el PAN. "Ojalá, señora, que usted pudiera decirle al del IFE que no permitieran entrar en la casilla con celular", me pidió preocupada.
Otra de las asistentes nos dijo que toda su familia estaba trabajando en el voto por AMLO. "Ahorita mis dos hijas mayores lo están promoviendo por Mazatlán", agregó la madre muy orgullosa. Al terminar el encuentro, en el cual se respiraba un ambiente de absoluta euforia por la posibilidad de ver a nuestro candidato convertido en el presidente de la República, Dolores y las otras compañeras me llevaron a comer los callos de hacha más deliciosos que he comido en mi vida.
El mismo entusiasmo lo viví en Jalapa, pero muy especialmente en el puerto de Veracruz. Allí el encuentro fue con muchas y muchos representantes de la clase media. Creo que había más de 300 personas. Todas y todos me parecieron muy bien informados, pero sobre todo, sumamente indignados respecto a la guerra sucia por parte del PAN.
En el encuentro las que se veían más aguerridas en busca del apoyo del voto para AMLO eran, naturalmente, las mujeres. Daba gusto advertirlas tan decididas en hacer su tarea, es decir en convencer, a como diera lugar, a 10 personas más para que votaran por el PRD. "Es que este país, señora, necesita un cambio profundo. No podemos seguir con tanta desigualdad", reflexionó una de las asistentes por cierto muy bien vestida. A la salida me fijé que todos compraron el CD de Mandoki. Al encuentro vino toda la prensa de Veracruz incluyendo la televisión. También los reporteros y los camarógrafos eran perredistas.
También estuve, y siempre con el mismo propósito de mostrar el documental de Luis Mandoki, en Oaxaca, en Toluca y en Monterrey, junto con doña Rosario Ibarra de Piedra y Agustín Basave. La asistencia en el patio del museo de la ciudad era copiosísima. Cada vez que se mencionaba el nombre de López Obrador, todos aplaudían eufóricos. Después de que habló doña Rosario, el público se puso de pie para aplaudirle a esa luchadora incansable. En esa ocasión las preguntas fueron muy numerosas. Y claro, no faltaron aquellas que tenían que ver con la campaña del miedo. "Estoy muy preocupado. Temo mucho que puedan hacer un fraude electrónico", dijo un señor mayor.
El viernes de la semana pasada estuve en Villahermosa, Tabasco. "Guadalupe, la popularidad de López Obrador ha subido como no te puedes imaginar. Yo misma no lo creo. El salón está a reventar", me dijo Carmen Linares de Ojeda, presidenta de la asociación civil "Con Tabasco todos", quien muy amablemente había ido a buscarme al aeropuerto con otras dos señoras. Las tres se veían entusiasmadísimas, amarillísimas y lopezobradorisísimas.
En el avión también venía doña Rosario. En el camino Carmen me contó muchas de sus vivencias del colegio Asunción. "Si me vieran en estos momentos mis monjas apoyando al candidato de la izquierda, te lo juro que me excomulgarían", anotó esta señora tan niña bien. También durante el trayecto de esa maravillosa ciudad vi muchos coches con la propaganda del Peje. "En la ciudad de México, prácticamente nadie tiene propaganda de nadie. Tal vez todavía nadie sabe por quién votar", les dije. Al llegar al auditorio del Sindicato del Seguro Social donde se proyectaría el documental de Mandoki, no lo podía creer, había más de 300 mujeres todas vestidas de amarillo. En el presídium estaban las candidatas de la alianza PRD-PT-Convergencia, Rosalinda López a la senaduría y Mónica Fernández a la diputación federal por el VI distrito, así como la secretaria general del Comité Ejecutivo Estatal, Casilda Ruiz. En esa ocasión doña Rosario se refirió a su lucha por los desaparecidos de 1973, la denominada "guerra sucia". Y nos dijo con una enorme sonrisa: "Esa lucha la sigo dando, por eso estoy aquí parada ante las mujeres tabasqueñas, firme en este movimiento". Para entonces la que ya no estaba muy firme era yo. Hacía un calor impresionante.
A pesar de que llegué a la Ciudad de México a las seis de la tarde hecha una verdadera piltrafa, me dirigí a una cita que ya había acordado con las Redes de Ciudad Satélite. Había que seguir firme en este movimiento, como lo había dicho doña Rosario. El encuentro fue espléndido. Había más de 200 personas de clase media llenas de energía convencidísimas del apoyo hacia AMLO. El mismo apoyo y alegría que sentí en el desayuno de la comunidad judía Monte Sinaí. Por todas estas manifestaciones, ayer que vi en la primera plana de nuestro periódico los resultados de la encuesta, me dije muy filosóficamente: "Sonríe, Guadalupe, vamos a ganar".
Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.
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jueves, junio 15, 2006
SONRIE MÉXICO, VAMOS A GANAR.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 10:32 a.m.
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