EL DESARROLLO DE MEXICO EN TIEMPOS NEOLIBERALES.

Doña Ifigenia Martinez escribe en el Universal:

Política neoliberal.

¿Hasta qué grado hay una correlación de intereses entre la política económica de Estados Unidos y la política de desarrollo económico y empleo de México, que surte de trabajadores de baja calificación, y recientemente también de mediana y alta especialidad, a niveles inferiores de salario, al vecino país?

La falta de atención de EU hacia América Latina, debida al incidente del 11-S y a la guerra de Irak, ha coincidido con un resurgimiento en la región de una política propia, desvinculada de la "aprobación" de Washington en un número creciente de países, entre los que destacan Venezuela, Brasil, Argentina, Chile, Uruguay y recientemente Bolivia.

México todavía no pertenece a este grupo, pero existe la posibilidad de que en la contienda del próximo 2 de julio, se incorpore a los países con gobiernos de izquierda que significan una política de menor dependencia externa. En el continente americano no se puede ignorar el peso económico y político que ejerce EU y su actitud que puede ser de comprensión y ayuda hacia los cambios, o de oposición a los mismos.

Conviene recordar la tragedia de la deuda externa que estalló en México en agosto de 1982 y se propagó al resto de países que calificaban como "recientemente industrializados" y cuyos términos de pago, bajo las tasas de interés y condiciones de un mercado manejado por el poder financiero internacional (FMI-BM-gobierno de Washington), desembocaron en las llamadas décadas perdidas que imposibilitaron el desarrollo.

Los compromisos de la deuda se tuvieron que cumplir bajo el llamado "Consenso de Washington" que significó una ola de privatizaciones, desregulaciones, disminución del Estado en la economía y apertura a las corrientes financieras y de comercio internacionales, en México bajo el TLCAN.

El freno al crecimiento económico, el aumento del desempleo y la expansión de la economía informal significaron mayor desigualdad y concentración del ingreso. La ola de reforma neoliberales de los 90 y sus consecuencias de bajo crecimiento económico y escasa creación de empleos, hasta la fecha determinan la expulsión de mano de obra, en especial de México hacia EU.

Hasta ahora la política de EU se ha llevado a cabo sobre la base de relaciones bilaterales, no continentales ni hemisféricas, y no hay una gran diferencia entre la política belicista de los republicanos y la de los demócratas. Tampoco se nota una diferencia entre una política de apertura, dislocaciones e imperio de las leyes del mercado con otra de cooperación económica que, a través del diálogo y el acuerdo regional pudiera contribuir a resolver los problemas del empleo a nivel continental.

El proyecto de Ley de Reforma Migratoria aprobado por el Senado de EU (25-V-06) "es sólo un paso en el tortuoso proceso legislativo, que enfrenta una serie de etapas, cada una más difícil que la anterior, antes de convertirse en ley, si sobrevive", dice un experimentado corresponsal de México en el extranjero.

Dicho proyecto incluye mayores medidas de seguridad fronterizas, o sea más soldados y nuevas bardas además de un complicado proceso para legalizar a sólo una aparte de los indocumentados y un programa de trabajadores temporales.

Para convertirse en realidad dicha versión debe conciliarse con el proyecto de la Cámara de Representantes, de diciembre pasado, y una vez que se llegue a una negociación tendrá que regresar para ser aprobada por cada una antes de ser enviada al presidente para su promulgación. Este proceso no tiene límite de tiempo, incluso puede ser anulado. para volver a empezar.

Lo que resulta increíble es la ingenuidad de Fox de haber recibido con gran entusiasmo, de visita en el vecino país, una fase del proceso cuya incierta terminación, obviamente a él no le va a tocar ver. Pero, además, hay organizaciones de defensa de inmigrantes que ya han rechazado la versión aprobada, mientras otros la han visto como la vía "para poner a millones de inmigrantes en camino a la ciudadanía".

Nuestro interés nacional exige una actitud distinta a la del actual gobierno y su partido. Es urgente, con visión de largo plazo, elaborar una política de desarrollo regional que permita potenciar los bastos recursos disponibles en México, no sólo con objeto de dar empleo sino de utilizar la capacidad adquirida por nuestros trabajadores, incluyendo migrantes, y en las aulas e institutos de educación superior.

Todo ello para aumentar en forma ordenada y sobre bases técnicas la producción de los bienes de capital y consumo, y los servicios sociales y de mercado que demanda nuestra población. Un compromiso para programar el desarrollo, su financiamiento con estabilidad económica, en un espectro regional, y movilizando los recursos humanos y financieros para cumplirlo, es lo que necesitamos. Y sólo uno de los proyectos, el de la izquierda, ha abordado este problema en la contienda política actual.

Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.