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lunes, mayo 15, 2006

ALEXIS NO MERECE MORIR ASÍ.

Roberto Zamarripa en el Reforma:


Roberto Zamarripa.
Cama 212.

Es increíble e insensato que semanas después de los violentos acontecimientos en Atenco, las autoridades federales, las estatales y hasta el candidato a la Presidencia por el PAN, Felipe Calderón, pidan pruebas de los abusos policiacos.La opacidad del sistema de justicia en el estado de México no permite corroborar los relatos de la barbarie. Ese sistema de justicia no arroja la verdad sino fomenta la impunidad de la salvaje operación policiaca. Es un sistema de justicia diseñado, justamente, para ocultar las pruebas.

Por eso quedan los testimonios de víctimas, de organismos de derechos humanos o lo trabajos periodísticos. Nada más que las imágenes de la televisión ahora no cuentan porque cuando el video desnuda a la autoridad ahí sí no es prueba fehaciente. Pero cuando el video sirve para sepultar al opositor, ahí sí que es prueba irrefutable que supera incluso la resolución judicial.

En el portal de Reforma.com está disponible un extraordinario trabajo videográfico del camarógrafo Yaokoatl Chávez. Dicho trabajo contiene algo más que lo difundido por las televisoras concesionadas. Es claramente evidenciada la saña policiaca con los detenidos, los cateos sin orden judicial, las golpizas e incluso saqueos de uniformados a tiendas de abarrotes. Ahí también hay pruebas.

El diario El País, en una nota titulada "Historia de un ultraje en México", publicó ayer domingo los testimonios de las catalanas María Sostres y Cristina Valls, activistas de derechos humanos quienes fueron detenidas en San Salvador Atenco.Éste es un extracto de la nota:

"'Nos pusieron boca abajo con las manos en la espalda. Nos cubrieron la cabeza y nos empezaron a golpear', relata Sostres mientras toca la cicatriz de unos seis centímetros que tiene en la parte de atrás del cuello, recuerdo de la brutalidad policial. Los agentes las llevaron a la plaza del pueblo, donde les pedían que dijeran su nombre y nacionalidad. 'Cuando dijimos las nuestras nos insultaron: 'pinches españolas ¿qué hacen acá?' y 'vasca etarra, te vas a morir'", recuerda Valls.

"Añadió: 'Yo tenía la cara sobre un charco de sangre y a seis personas encima mío a las cuales estaban violando', relata Valls. En las cinco horas que duró el infernal viaje, los agentes violaron a las mujeres. 'Metieron objetos, dedos y llaves en las vaginas. A una chica la obligaron a decir 'vaquero, vaquero' mientras un policía le pegaba en el culo', recuerdan ambas. Los agresores, según pudo constatar Sostres al levantar la mirada, eran agentes de la Policía Federal Preventiva, que ha evitado pronunciarse hasta que no concluya su investigación interna".

Reforma, a su vez, ha documentado detalladamente la gravedad del estado de salud de Ollín Alexis Benhumea Hernández, un estudiante de la Facultad de Economía, de 20 años de edad, quien permanece en coma luego de haber sido agredido con el disparo de una granada de gas lacrimógeno.Según Rafael Castillo, el médico que lo atiende en el Hospital Zaragoza del ISSSTE, sólo un milagro salvaría a Alex.

"Neurológicamente es irrecuperable, porque tiene lesiones severas por infarto cerebral en el hemisferio izquierdo. No tiene posibilidades de recuperación", declaró el médico a Reforma el pasado 12 de mayo.Alex fue sorprendido por la incursión policiaca en el amanecer del 4 de mayo en Atenco. Una de las latas de gas lacrimógeno reventó en su cabeza. Su padre Ángel, un veterano sindicalista de la UNAM, lo llevó malherido a una casa donde les dieron refugio.

Como la operación policiaca de uniformados federales y estatales fue una acción de venganza y no de aplicación de justicia quienes huían de la persecución tuvieron que esconderse para evitar ser detenidos.Tras el disparo de la granada, su padre llevó a Alexis moribundo a una casa donde burlaron la feroz cacería. Estuvieron ocultos durante 12 horas porque la policía cercó Atenco para evitar que nadie entrara ni saliera. Ni ambulancias ni médicos.

Alex salió en coma, sobre la tarde, en una combi que corresponsales extranjeros acercaron a Atenco tras un descuido de la policía.

Ángel Benhumea asegura que los policías dispararon al cuerpo y a la cabeza las granadas de gas. ¿A quién imputarle la responsabilidad de esta víctima? ¿Al gobernador en funciones del estado de México, Wilfrido Robledo? ¿Al responsable de la seguridad pública federal, Eduardo Medina Mora? ¿A la imprudencia de un estudiante de tener una convicción política y asomarse en una comunidad con la que quiso ser solidario?

¿Necesitan pruebas? Pueden asomarse a la cama 212 del Hospital Zaragoza. Ahí agoniza un muchacho que no había reprobado ninguna materia en Economía, que estudiaba danza contemporánea, también el idioma ruso, quería ser licenciado en Matemáticas y además manifestaba una convicción política. Su ficha no era delincuencial. Era una hoja de vida distinta. Limpia. Alexis no merece morir así.

Ahí tienes Vicente Fox el resultado de tus acciones ú omisiones. Tú y tu pandilla de panistas retrógradas en complicidad con los priístas de Peña Nieto que se empecinan en negar las evidencias. El pueblo se los cobrará este dos de Julio.

Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.

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