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viernes, marzo 17, 2006

UNA RESPUESTA A FECAL Y MADRAZO.

En su columna de hoy Rafael Loret de Mola, desmenuza las falacias de FeCal y del gobierno de Fox -yo le añado y a Madrazo también-, en torno a la campaña desatada en contra de AMLO de que es una amenaza para las inversiones extranjeras y "espanta-chambas", veamos:


DESAFÍO. Rafael Loret de Mola
*Prioridad: Inversiones*Bancos no Investigados*La Señorita Amy Elliot.
Las distorsiones en torno a las posturas de los candidatos a la Presidencia respecto al imperativo de atraer inversiones al país revelan la irresponsabilidad notoria de los actores políticos que no miden sus palabras y complican, desde luego, la perspectiva del futuro inmediato. Los verdaderos demócratas no serían capaces de condicionar el destino de sus compatriotas a su propia victoria. Y así lo ha hecho el “candidato del presidente”, Felipe Calderón Hinojosa, quien gritó, a los cuatro vientos, que si gana su adversario Andrés Manuel López Obrador no habría derramas económicas ni creación de empleos; le llamó, por ende, “espanta-chambas”.

Al respecto es necesario hacer varias precisiones. Por ejemplo, la tendencia a favor de las corporaciones internacionales, sobre todo de Estados Unidos y España, para que adquirieran las instituciones de crédito mexicanas, contrarió el antiguo propósito de alentar la inversión interna y a los mexicanos dispuestos a establecer mayores fuentes de trabajo. Durante la administración federal en curso, los banqueros del país, incluso los más solventes, optaron por vender a poderosas firmas del exterior. Así, por ejemplo, Banamex pasó a ser parte del Citigroup, acaso la institución más cuestionada en el mundo por sus mecanismos para proteger el lavado de dinero y a los contrabandistas de armas. Las referencias al respecto son múltiples.

Curiosamente, durante el desempeño del señor Fox sólo se ha fundado un banco, el Azteca, derivado de una mueblería, Elektra, que optó por hacer valer el muy arraigado concepto de las tiendas de raya: cambiar divisas, primero, para amarrar, después, las ventas de enseres domésticos entre una población con escasa cultura y por ende manipulable con cierta facilidad. De las remesas, los segundos ingresos mayores para el país sólo detrás de los provenientes de la venta de los productos petroleros, surgió uno de los mayores negocios de la actualidad con intervención del poderoso consorcio que también controla una de las cadenas privadas de televisión y cuyos vaivenes, en las bolsas internacionales, exhiben sus vínculos non santos y sus procedimientos viciados, por decir lo menos.

Gracias a lo anterior, la pareja presidencial mantiene, hasta hoy, excelentes relaciones con el influyente empresario Ricardo Salinas Pliego, quien fuera socio de Raúl Salinas de Gortari en la puja por Televisión Azteca, cerrando con ello un círculo hasta ahora impenetrable. El banco en cuestión, cuyas sucursales están instaladas entre los pasillos de las mueblerías de la firma, insisto, fue la excepción en un mercado en el que la expansión de los capitales foráneos desplazó a los nacionales.

Lo curioso es que los ex banqueros vendedores, todos ellos, pasaron a formar parte de los clanes adictos a la administración foxista, privilegiados por ésta en cuanto toca oportunidades de inversión con la bendición gubernamental, sin que importaran orígenes –por ejemplo, el impulso recibido durante el salinato trágico- ni perfiles.
Quizá por ello, los “banqueros de Fox” lograron cubrirse las espaldas gracias a la fundación del Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB), sucedáneo del célebre Fobaproa que sigue siendo una llaga sobre el espíritu de una nación cien veces saqueada.

Debate.
Así que el destino del país, desde la óptica del señor Calderón, va de la mano de los neobanqueros y de las corporaciones del exterior listas a expandirse con las mayores facilidades. Más bien lo útil, evitando “espantar” a los inversionistas serios que reclaman igualdad de oportunidades, sería realizar un profundo deslinde de los intereses y condiciones que prohijaron la venta de los bancos mexicanos, en condiciones de oferta casi lastimosa –en Chile, por ejemplo, se pagó cinco tantos más por instituciones de mucha menor cobertura y liquidez-,
a los grupos del exterior, más aún cuando ello implicó el desplazamiento no sólo de los mexicanos sino incluso, durante el lapso foxista, de los banqueros españoles que fueron beneficiarios mayores en la fase terminal del periodo zedillista.
Como si se tratara, vamos, de un ajuste de cuentas en la cúpula financiera.¿Cuál fue la razón de fondo para ello? La interrogante, sin duda, plantea la sospecha mayor sobre el comportamiento y la andadura del señor Fox y sus operadores en el renglón. Porque, desde luego, nadie ignoraba las severas acusaciones contra las instituciones que luego fueron beneficiadas en México, en donde debiera ser mayor el cuidado acerca de las infiltraciones e implicaciones del narcodinero, a cambio de “algo”, naturalmente.
No extraña, por tanto, que los poderosos “cárteles”, tantas veces supuestamente desmantelados, modifiquen sus rutas mientras se publicita la eficacia del “combate” oficial contra ellos sin que logre siquiera amortizarse, más bien lo contrario, el tráfico de estupefacientes por territorio mexicano.
Tampoco debe soslayarse que, pasada la frontera norte, los intereses son tantos que logran el milagro de hacer invisibles los cargamentos y a los distribuidores de las drogas sobre el suelo estadounidense, en donde se dice existen mecanismos sofisticados para localizarlos... cuando transitan por territorio ajeno.

La falacia no puede ser mayor.
En estas condiciones no puede asegurarse la estabilidad con base a la permanencia de tales intereses oscuros. Ni siquiera por el prurito de extender inversiones y crear empleos. Porque, quiérase o no, los escándalos, más temprano que tarde, agitarán las fuentes de tales embrollos con explosivas cargas para los políticos que los prohijaron, el señor Fox entre ellos.

El Reto.
Ni siquiera Felipe Calderón, tan consecuente, podría evitar, en el hipotético caso de que venza en las elecciones de julio, una revisión a fondo de los enlaces perniciosos que prohijaron las tendencias a favor de los banqueros del exterior y de sólo un grupo, uno solo, adherido al poder político desde dentro de la República. Estamos ciertos de que esta circunstancia, insisto, será la pieza angular para proceder en contra de los grandes enjuagues a la sombra del poder durante el lapso presidencial de Don Vicente. Ni modo que se alegue ignorancia o ingenuidad por parte de la “pareja presidencial” y de sus consejeros en materia económica, con el salinista Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del Banco de México, a la cabeza, con relación a los excesos mencionados y a los enlaces infectados. Lo decimos ahora cuando ni siquiera hay pesquisas judiciales de por medio. Ya veremos dentro de unos meses.

Insisto: el señor Calderón, quien alega que le hicieron decir muchas cosas que no quería en la fase inicial de su campaña -¿cuándo estaremos seguros de que habla por él mismo y no como títere?-, no podría substraerse del fenómeno aunque ahora sostenga otra cosa.
Porque, en el fondo, estamos refiriéndonos a la más severa controversia sobre la honorabilidad del régimen foxista que podría repercutir en contra de los todavía altos niveles de aprobación.

La Anécdota--
“Yo me encuentro con el cliente, determino cuáles son los objetivos de ese cliente... y luego voy al especialista (de Citibank)”.La señorita Amy Elliot, ascendida como vicepresidenta y “relationship officer” con clientes mexicanos de Citibank en la década de los noventa, según cuenta Andrés Oppenheimer –“Crónicas de Héroes y Bandidos”, Grijalbo, 1998-, fundamentó así, ante la Corte de Texas, el rango ejecutivo que le llevó a proteger los negocios e inversiones de dos poderosas familias mexicanas: los Hank y los Salinas de Gortari, nada menos. Narra Oppenheimer:--“Raúl Salinas buscó una nueva forma de esconder su dinero y pronto la encontró. El hermano del presidente conoció a Elliot por intermedio de Carlos Hank Rhon, el hijo mayor del multimillonario y ex alcalde de la ciudad de México, Carlos Hank González. Hank Rhon los presentó en Nueva York en 1992 o a comienzos de 1993 y dio su recomendación para que Raúl Salinas fuera aceptado como cliente del banco”. Tal es la historia de los enlaces originales del poderoso Citigroup con los personajes políticos de nuestro entorno que, por cierto, lograron feliz acomodo tras el triunfo del señor Fox. Nadie habla de coincidencias. - - - - - - - - - - -

Que se sepa, que se sepa, esta es la punta del iceberg de los intereses que representan los PRIANISTAS y que se sienten amenazados por el incontenible ascenso del PEJE a la presidencia de la República.

Hoy mas que nunca debemos manifestarnos en torno a AMLO, promover con la ciudadanía a que voten por él, y por la mayoría perredista al Congreso.

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