Esta nota se me hizo muy chida. El museo del Estanquillo, en el centro histórico, tendrá una exposición de Los Supermachos de Rius y de La Familia Burrón de Gabriel Vargas:
La Familia Burrón y Los Supermachos en el Estanquillo
De San Garabato al Callejón del Cuajo es el título de la exposición, que albergará el Museo del Estanquillo en su primer aniversario, con la que se pretende rendir homenaje a éstos dos iconos de la cultura popular mexicana.
Alfonso Reyes estaba convencido de que Gabriel Vargas debía formar parte de la Academia Mexicana de la Lengua. La familia de Eduardo del Río Rius quería convertirlo en obispo, pero se volvió caricaturista.
Pasajes en la vida de dos de los narradores visuales más representativos del siglo XX mexicano, quienes se encuentran en el Museo del Estanquillo/Colecciones Carlos Monsiváis gracias a la exposición De San Garabato al Callejón del Cuajo, a inaugurarse el próximo 23 de noviembre.
“Casi es un sueño compartir una exposición en un espacio tan bonito como es el Estanquillo, con alguien a quien admiré desde niño. Llegaba a recortar todas las historietas que hacía de Los Superlocos, al que considero como su mejor trabajo, sin demeritar la estupenda labor que ha hecho en La Familia Burrón”, confesó Rius durante la presentación de la muestra, en la cual dijo que Vargas es el maestro, pero…
“Acá entre nos —que no nos oiga Vargas o Monsiváis— la mejor historieta que se ha hecho en México es Los Supersabios, de Germán Butze, en cuanto al dibujo, a los elementos o a los diálogos.”
No por ello deja de reconocer la importancia de la vida y la obra de Gabriel Vargas, al grado de recordar un temor que definió parte de su desarrollo profesional, pues a diferencia del creador de Borola Tacuche, Rius sí fue niño de vecindad: sus primeros años transcurrieron entre las calles de Guatemala, Correo Mayor, Moneda, Nacional y, finalmente, en una vecindad que estaba en Popotla.
“Lo lógico es que hubiera hecho una historieta urbana, dedicada a la ciudad, pero ante el temor que me producía hacer una que compitiera con la de Gabriel Vargas y recordando que nací en Michoacán, prefería hacer una historieta dedicada a la provincia.”
Personajes que no sólo se han encontrado en su propósito por contar, a través de las historietas, lo que sucede en la Ciudad de México o en el país entero, creadores de revistas y personajes que permanecen en la memoria de un sector importante de la sociedad: “Dos constructores del patrimonio cultural de México”, a decir de Gloria Falcón, directora de Colecciones del recinto.
“El último desayuno”
La exposición De San Garabato al Callejón del Cuajo está integrada por caricaturas, fotografías, dibujos, pinturas, marionetas y hasta una maqueta que busca recrear la visión urbana de Gabriel Vargas.
“La muestra”, especifica Gloria Falcón, “evoca la transformación de México: el tránsito de la vida de campo a la de ciudad. La museografía intenta que el público se adentre en el mundo de la historieta, tanto en lo urbano como en lo rural.”
Una de las piezas más significativas es un mural preparado por Rius, quien durante tres días de intensa labor desarrolló una parodia de La última cena, aunque él caricaturista la denominó como El último desayuno,
“Me costó mucho trabajo hacer el mural, porque no es lo mismo hacer muñequitos al tamaño historieta, que echárselos en un espacio de cuatro metros. Es una caricatura grandota hecha con acrílico y espero que se rían porque traté de hacerla con humor.
“Es una pobre parodia porque me pareció que era la forma más práctica de meter todos los personajes en una situación especial. Después pensé que hubiese sido mejor utilizar la imagen de Un domingo en la Alameda…, pero hubiera tenido que trabajar el doble.”
De San Garabato al Callejón del Cuajo no sólo se concibió para rendir homenaje a éstos dos cronistas gráficos de la vida popular mexicana, sino además se enmarca en las celebraciones por el primer aniversario del Museo del Estanquillo.
- Claves
Dos universos
• Por vez primera se exhibirá el dibujo Día del tráfico, realizado por don Gabriel Vargas cuando apenas contaba con 13 años con otra historia detrás: lo hizo escondido debajo de su cama —ayudado con la luz de una vela— porque sus padres le tenían prohibido dibujar.
• En el pasado, Rius ya había pintado sobre muros “pero con la brocha gorda”. El mural, de alrededor de 2.40 centímetros por 3.50, es su primera experiencia en el género y, pese a las dificultades, no descarta volver… “a lo mejor me convencen con algún precio.”
• Para complementar la exposición, el Museo del Estanquillo preparó un programa alterno con funciones de títeres, visitas guiadas teatralizadas y hasta salas de lectura, a fin de aproximarse a los universos recreados por Gabriel Vargas y por Rius.
Se lo he comentado antes a Rius por e-mail, pero creo que es pertinente decirlo en público:
Maese Rius, POR FAVOR: Escanée las historietas de Los Supermachos para que se puedan archivar en formato digital y así, cuando el papel de las historietas impresas se deteriore, se puedan seguir consultando y reproduciendo. Inclusive, las historietas se pueden restaurar y "remasterizar" con Photoshop. Aquí un ejemplo que un servidor se tomó el atrevimiento de hacer con la portada del primer ejemplar de Los Supermachos:
Y digo, no es necesario restaurar las historietas ahorita. Pero creo que para el propósito de PRESERVAR la historieta sí es sumamente importante que se escanéen y que se preserven en formato digital. Por que al paso del tiempo el papel en el que se imprimieron se va a seguir deteriorando. Y si no hay un archivo digital como "respaldo" de las historietas impresas, pues se perderían para siempre. Y eso sí que sería una tragedia.
Una razón más para apoyar al peje en el 2007.
1 comentario:
Estoy totalmente de acuerdo, esta historieta así como toda la obra del maestro Rius, tiene que ser protegida, porque es una parte muy importante de la cultura nacional y en general, de nuestra historia reciente, además de que retrata fielmente a México, sus políticos y su gente.
Publicar un comentario