Bastante interesante la nota

Bastante interesante la nota

Alberto Barranco; NoticiasFinancieras
878 words
4 July 2007
El Universal
Spanish
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Doblado el brazo por Pemex al presidente de la empresa Bardhal, Sergio
Díaz, para cederle a título gratuito por 20 años la explotación de su
marca MexLub a Mexicana de Lubricantes, la paraestatal le concedería
además la exclusividad para comerciar ésta por el mismo lapso en sus
gasolineras.

La inaudita prebenda, a contrapelo de las leyes antimonopolio, los
compromisos pactados en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
y aun de resoluciones judiciales, se mantiene intacta 14 años después,
dada la férrea defensa realizada por la empresa pública.

La consigna dictada desde el Olimpo en su momento ha trascendido ya tres
sexenios.

De hecho, en sus conclusiones que avalan la exigencia de fincar
responsabilidades penales, civiles y administrativas a funcionarios de la
paraestatal y directivos de la empresa de capital mixto constituida en
1993, el órgano interno de control de Pemex señala como máxima
prioridad "evitar la práctica monopólica impuesta en los contratos de
franquicias y suministro, así como de licencia de uso de marca, que
prohíben a las estaciones de servicio comercializar aceites, grasas y
lubricantes distintos a los de las marcas elaboradas por Mex Lub".

El caso es que Mexicana de Lubricantes se amparó contra una resolución
judicial que obligaba a Pemex Refinación a liberar a las estaciones de
servicio para comercializar grasas, aceites y lubricantes que se
consideren convenientes a los intereses de los franquiciatarios. El
recurso, tres años después, está a la espera de una resolución de fondo.

A quién le importa si tras un largo y farragoso procedimiento, abierto a
solicitud de la Asociación de Productores de Lubricantes Mexicanos, la
Comisión Federal de Competencia se pronunció por la desmantelación de la
exclusividad… contra lo que se amparó de inmediato Petróleos Mexicanos.

La resolución del órgano antimonopolio expedida el 7 de agosto de 2000
señalaba a la letra que la exclusividad constituía una práctica
monopólica relativa en violación al artículo 10 de la Ley Federal de
Competencia Económica, al otorgarse a Mexicana de Lubricantes poder
sustancial en el mercado relevante.

A quién le importa si tras otro largo y farragoso procedimiento judicial
de siete años la empresa Bardhal logró recuperar su marca Mex Lub… que
sigue utilizando impunemente Mexicana de Lubricantes, por más que en otra
graciosa concesión Petróleos Mexicanos le extendió la exclusividad a una
nueva marca: Akron.

De hecho, las estaciones de servicio que le abrieron la puerta a otros
productos al amparo del nuevo estatus fueron amenazadas por Pemex con
rescindirles el contrato de franquicia.

Ahora que a juicio del despacho SAI, Derecho y Economía, que encabeza el
ex secretario de Comercio y Fomento Industrial Jaime Serra Puche, la
práctica es violatoria de los compromisos pactados en el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte.

MexLub, señala a la letra un documento de la firma consultora, es la
única empresa en México que goza de un trato preferente incompatible con
el acuerdo mercantil.

La medida, que prohíbe vender lubricantes producidos por empresas
distintas de MexLub, incluidas las estadounidenses Mobil Oil, Chevron y
Shell, señala a la letra el texto, constituye una barrera de entrada a la
comercialización de lubricantes en estaciones de servicio que atenta
contra el proceso de competencia y libre concurrencia.

Más aún, se recuerda que la exclusividad de la discordia es contraria al
convenio de coordinación celebrado entre Pemex Refinación y la Comisión
Federal de Competencia, que libera la comercialización de bienes y
servicios complementarios ofrecidos en las estaciones de servicio.

De hecho, en el artículo 1502 de la negociación del TLCAN se obliga a
cada una de las partes a garantizar, mediante el control reglamentario,
la supervisión administrativa o la aplicación de otras medidas, a que no
exista trato discriminatorio para proveedores de bienes o servicios en
mercados no monopolizados.

El hecho es que la posibilidad de constituir un monopolio no fue la única
concesión otorgada por Pemex Refinación.

En noviembre de 1994, casi dos años después de la privatización parcial
de las plantas productoras de aceites y lubricantes de la paraestatal, se
firmó un ventajoso convenio de modificación de los contratos de
suministro de aceites básicos y maquila de aceites y grasas.

De acuerdo con éste, la paraestatal "conviene en efectuar sus mejores
esfuerzos para maquilar el faltante de producción de las plantas ubicadas
en San Rafael, Salamanca y Minatitlán, pagándole Mexicana de Lubricantes
una comisión de 28 centavos por cada litro en una primera etapa, y 37 en
una segunda. Pellejos, pues, a cambio de carne.

Más aún, de acuerdo con el documento, Pemex le permitiría a Mex Lub
utilizar su red de distribución y almacenaje, incluidas sus agencias de
ventas, en la distribución y venta de sus productos.

La contraprestación sería de 10 pesos mensuales por cada mil litros de
aceite lubricante o por cada mil kilos de grasa almacenada.

Adicionalmente, la paraestatal se hace cargo del transporte, incluyendo
manejo y descarga, a cambio de otra cantidad simbólica.

El documento lo firmó por parte de Pemex Refinación su director jurídico,
Jorge Magallón Gómez. Por Mexicana de Lubricantes firmó su presidente,
Salvador Martínez Garza. Todo y más, pues, para Mex Lub. ¿Quién está
detrás de la goliza al país?

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