DICE LA BIBLIA en Hechos capítulo 2 versículos 44 al 47:
“Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”
Desde la semana pasada pudimos conocer que el tema aborto sigue estando presente en los diarios nacionales para polarizar a nuestra sociedad mexicana. Hemos seguido de cerca, con la Biblia en la mano, la mala conducta y mal testimonio de los jerarcas católicos particularmente el caso de Norberto Rivera. Incluso he señalado que otros representantes del cristianismo no católicos, también dejan mucho que desear. En ese sentido siendo neutrales, si analizamos de manera sencilla el pasaje de Hechos 2 podemos encontrar pocos ejemplos de comunidades que ponen por obra lo citado en tres versículos olvidados por los religiosos de ahora.
Es más fácil hoy identificar a algún religioso por su auto, por sus bienes, por su cuenta bancaria que por el servicio que presta para su comunidad. Se ha separado erróneamente la actividad social cotidiana de la esfera religiosa, muchos incluso satanizando a los gobiernos, a los políticos y a las personas que no tienen la misma fe que el que es “creyente”. ¿Cuántas veces uno a escuchado la frase “no te juntes con ellos son pecadores, no vayas a tal lado porque es pecado”?, es más fácil discriminar de entrada a aquello que no vive bajo una realidad como la mía, en vez de ser tolerante y tratar de entender la realidad del otro para nutrirle con lo poco o mucho que yo se. Me ha tocado ver gente que para que “creas en Dios”, te reparten cientos de folletos, te dan cientos de discursos, pero cuando te asomas a sus vidas el doble discurso que miras te deja mucho que deseas. La iglesia ordinaria debe testificar como la Biblia lo refleja y lo expone.
No es lo mismo haber vivido los primeros años después de Cristo que estar ahora en pleno siglo XXI en México, pero si se trata de ejercer la fe, hoy más obligados estamos a reflejar esa comunidad sensacional que expone Hechos. Pero repito, es todo lo opuesto, los creyentes están divididos, hay cientos y cientos de denominaciones y agrupaciones cada cual con su visión, ideología y muchas veces peleándose entre ellos; igual nadie vende sus bienes, ni se preocupan por los demás, hay un marcado individualismo y lo peor es que la gente lo justifica en que “es que soy especial para Dios”. ¿Qué no pueden usar el sentido común para interpretar la palabra de Dios tantito?
“Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”
Desde la semana pasada pudimos conocer que el tema aborto sigue estando presente en los diarios nacionales para polarizar a nuestra sociedad mexicana. Hemos seguido de cerca, con la Biblia en la mano, la mala conducta y mal testimonio de los jerarcas católicos particularmente el caso de Norberto Rivera. Incluso he señalado que otros representantes del cristianismo no católicos, también dejan mucho que desear. En ese sentido siendo neutrales, si analizamos de manera sencilla el pasaje de Hechos 2 podemos encontrar pocos ejemplos de comunidades que ponen por obra lo citado en tres versículos olvidados por los religiosos de ahora.
Es más fácil hoy identificar a algún religioso por su auto, por sus bienes, por su cuenta bancaria que por el servicio que presta para su comunidad. Se ha separado erróneamente la actividad social cotidiana de la esfera religiosa, muchos incluso satanizando a los gobiernos, a los políticos y a las personas que no tienen la misma fe que el que es “creyente”. ¿Cuántas veces uno a escuchado la frase “no te juntes con ellos son pecadores, no vayas a tal lado porque es pecado”?, es más fácil discriminar de entrada a aquello que no vive bajo una realidad como la mía, en vez de ser tolerante y tratar de entender la realidad del otro para nutrirle con lo poco o mucho que yo se. Me ha tocado ver gente que para que “creas en Dios”, te reparten cientos de folletos, te dan cientos de discursos, pero cuando te asomas a sus vidas el doble discurso que miras te deja mucho que deseas. La iglesia ordinaria debe testificar como la Biblia lo refleja y lo expone.
No es lo mismo haber vivido los primeros años después de Cristo que estar ahora en pleno siglo XXI en México, pero si se trata de ejercer la fe, hoy más obligados estamos a reflejar esa comunidad sensacional que expone Hechos. Pero repito, es todo lo opuesto, los creyentes están divididos, hay cientos y cientos de denominaciones y agrupaciones cada cual con su visión, ideología y muchas veces peleándose entre ellos; igual nadie vende sus bienes, ni se preocupan por los demás, hay un marcado individualismo y lo peor es que la gente lo justifica en que “es que soy especial para Dios”. ¿Qué no pueden usar el sentido común para interpretar la palabra de Dios tantito?
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