EL ESPURIO, PATRÓN LAVIADA Y EL CIRCO PANISTA.

Criminal circo gubernamental panista

sábado, 03 de febrero de 2007

Edmundo Contreras Casos y Cosas Los yucatecos debemos considerar, debido al giro que han tomado los recientes acontecimientos que a manera de presuntos atentados explosivos en Progreso y con armas de fuego contra un agente de la Secretaría de Protección y Vialidad, que la pretensión de Patricio Patrón Laviada de manipularlos a su conveniencia partidista y personal responde al afán de ocultar que todo es parte de un burdo teatro montado por la administración estatal panista para proteger a su hermano Alejandro Patrón Laviada. Lo anterior se puede constatar con suma facilidad, es cosa de tan sólo hacer acto de presencia en esa Base Pescador de la SPV en la entrada a Progreso, en donde a lo largo de varias decenas de metros se extiende una serie de cobertizos en donde se mantienen desde carros de bomberos hasta patrullas de la corporación, sin mayor protección ni vigilancia, que los muestra como potenciales blancos sumamente accesibles y significativos, pero que extrañamente no recibieron impacto alguno o deterioro por parte de los "sicarios", quienes sospechosamente prefirieron arrojar su "petardo" al techo para no causar mayores daños. O sea, que resulta más que evidente que estos presuntos "sicarios" responsables del seudo "atentado" para desestabilizar la seguridad en Yucatán, como aseguró ridículamente Patricio Patrón Laviada, jamás tuvieron la intención de causar esos efectos dañinos y mayoritariamente motivo de una estela de heridos, cuando no de muertos, que conllevan estos actos explosivos, ya que, de hecho, se hace inminente concluir que las granadas utilizadas se lanzaron con la intención específica de no para causar daño. En efecto, y por eso es que los responsables optan por el techo de la caseta, en el caso de una granada, de la única que estalló y dejó un boquete, así como algunas perforaciones en el depósito de agua que ahí se ubica, en tanto que la segunda, la que resulta no explotó porque "los sicarios no le quitaron el pasador que la detona", como se asienta en el reporte policial sobre el hecho, que se encontró tirada a las puertas de la instalación, inevitablemente nos da una lectura peor. Sí, peor, ya que es más que evidente que nunca fue activada para su acción por estos supuestos "ejecutores profesionales" contratados por el Crimen Organizado, lo que resulta tan contradictorio en estos menesteres que irremediablemente nos proyecta que esto de Progreso, del presunto atentado explosivo, ciertamente NO lo fue, al menos, es claro que en su ejecución nunca se trató de afectar nada o de lastimar a los agentes que ahí se encontraban. Sino únicamente de generar esa cortina distractora del hecho que motiva todo este criminal circo gubernamental panista en Yucatán. En efecto, todo un criminal circo gubernamental panista en Yucatán, el cual nos remite a ese impune desembarco para Alejandro Patrón Laviada de unas 6 y media toneladas de cocaína colombiana en las playas ubicadas entre Progreso y Telchac Puerto que se registró en horas de la noche y madrugada del 1 ó 2 de diciembre pasado, a cargo de tres lanchas tiburoneras tipo "eduardoño". Justo en esa zona costera en donde están las extensiones propiedad de Roberto Hernández Ramírez que en la Entidad regentea el citado hermano de Patricio Patrón Laviada, el destinatario de este cargamento de droga, Alejandro Patrón Laviada, quien ahora desnudó también el contubernio que para el efecto mantiene con altos jefes de la V Región Naval con sede en Yucalpetén, en esa fecha a cargo del vicealmirante CG DEM Martín Fernández Zetina, actualmente asignado a la base de Lerma, Campeche. Lo que le ha dado forma a un escándalo institucional sin precedente en la historia de Yucatán, el cual es bizarramente protagonizado por un hermano del Ejecutivo del Estado que funge como el "capo oficial" de la Entidad, así como por los jefes de la V Región Naval, con sede en Yucalpetén, que deja en entredicho la verticalidad y prestigio de la instancia y de la Armada de México en consecuencia. Un espectáculo oficial, el cual, en su "otra pista" circense nos presenta lo relativo a ese ataque en contra de un agente de la SPV, Rutilio Martín Che, en el anillo periférico de Mérida y sobre el que Patricio Patrón aseguró que es obra de los mismos sicarios que atentaron contra la Base Pescador, quien extrañamente se encontraba solo a bordo de una patrulla de la corporación, sin armas ni el chaleco protector que es riguroso en los policías, cuando fue abordado por los agresores. Los que se asegura pretendieron ultimarlo a balazos, algo que se antoja sencillo y sin mayores complicaciones toda vez de que estaba solo, desarmado y sin la protección del vital chaleco antibalas, pero que afortunadamente para él no era la intención, pues hete aquí que no obstante la cantidad numerosa de casquillos encontrados en la escena, el agente sólo recibió el impacto de dos, mismas que le causaron heridas leves que distan un mundo de lo que arrojan una acción profesional como la que se presume motivó el hecho. En otras palabras, que tampoco era el objetivo matar al policía, sino nada más echarle más leña al fandango gubernamental, como tampoco lo fue el causar daños o lesionar a los policías en el que se sucede en la ciudad y puerto de Progreso, pues de haber sido así los auténticos sicarios del Crimen Organizado no hubieran lanzado al techo una, en tanto que la segunda, la dejan en el piso, afuera de las instalaciones y ni siquiera le quitaron el seguro para que explote. Todo lo cual sirve para confirmar el embuste oficial al respecto, la intención de un distractor de los hechos de fondo, que es claro forma parte del caos que se vive en Yucatán por este CRIMINAL CIRCO GUBERNAMENTAL PANISTA.