CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA:
Banca: comisiones del primer mundo, servicios del tercero
México ocupa la primera posición latinoamericana y una de las principales a escala internacional en extranjerización del sistema de pagos. Otros galardones obtenidos por la banca que opera en el país corresponden a grado de concentración, monto y volumen de comisiones, denuncias presentadas por los usuarios de sus servicios, crecimiento de utilidades netas, reducido crédito interno al sector privado como proporción del PIB, evasión "legal" de impuestos y tantas otras gracias.
Dado el historial, no resulta novedoso que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) le conceda una medalla adicional (en este caso de bronce): la banca que opera en el país es la tercera más ineficiente en materia operativa, si se mide ésta del río Bravo a Panamá, y sólo es superada por la hondureña y la costarricense, con la nicaragüense pisándole los talones.
La comisión lo explica así: "el caso de México resulta paradójico. La mayoría de los bancos más grandes del país han sido adquiridos desde hace algún tiempo por varios de los principales operadores bancarios internacionales, (por lo que) era de esperarse que los altos niveles de eficiencia que caracterizan a estos operadores en sus países de origen y en los otros países en que tienen operaciones se hubiesen transmitido a sus actividades en México, pero ese no es el caso. La eficiencia operativa medida por la relación entre gasto administrativo y activos totales alcanza 4.7 por ciento en México, apenas por debajo de Costa Rica (4.96) y Honduras (5.13)".
Con base en la investigación Competencia y regulación en la banca de Centroamérica y México, un estudio comparativo (Eugenio Rivera y Adolfo Rodríguez), la Cepal subraya que para el caso de la banca trasnacional que opera en México destaca la baja proporción de crédito otorgado al sector privado: apenas ligeramente por encima de 15 por ciento del PIB en 2004 (el Banco de México asegura que es menor a 10 por ciento, pero de cualquier suerte en 1994 significó alrededor de 40 por ciento, y 30 años atrás se aproximó a 35 por ciento).
Según el organismo, diversos elementos explican esta precaria situación, entre ellos la crisis de 1995 y su resolución en los años posteriores. En efecto, el capital extranjero ha desempeñado un papel relevante en la capitalización de la banca y en la recuperación de su solvencia; sin embargo, la mejora en la calidad de la cartera crediticia se ha conseguido en gran medida en desmedro del crédito, "pues los bancos concentran sus inversiones en valores". Mientras los valores representan más de 50 por ciento de las inversiones de la banca en México, el crédito al sector privado no ha dejado de caer desde la crisis: el crédito al comercio y a la vivienda ha permanecido estancado desde 2001 y sólo el crédito al consumo ha mostrado un fuerte crecimiento en el último periodo. El bajo nivel que alcanza el crédito al sector privado como proporción del PIB resulta aún más preocupante si se considera que en términos relativos se encuentra por debajo de países tan pobres como Honduras y Nicaragua.
Claro, por qué habrían preocuparse los bancos de proporcionar créditos a las pequeñas empresas o atender bien a sus clientes si con los pagarés del FOBAPROA tienen suficiente para llenar sus arcas a costa de todos los contribuyentes, sin mover un solo dedo, mientras el pueblo pagará deudas ajenas por los próximos 30 años. La necesidad es la madre de la inventiva, y los bancos no tienen ninguna necesidad de cumplir su función en una economía moderna cuando la operación feudal premoderna y precapitalista les resulta bastante rentable. ¿Y quién fue uno de los principales responsables de esto? Felipe Calderón Hinojosa.
En 2007 se cumplen 15 años de la reprivatización bancaria en México (oficialmente concluyó el 6 de julio de 1992, con la venta del Banco del Centro, Bancen) y las cosas han ido de mal en peor, mientras las utilidades lo han hecho de mejor a excelente. México tiene un sistema bancario del tercer mundo, con comisiones y ganancias del primero, y no hay visos de mejoría.
Se acerca la 70 Convención Bancaria (próximos 22 y 23 de marzo), durante la cual se renovará la presidencia de la Asociación de Bancos de (en) México (todo apunta a que será Enrique Castillo Sánchez Mejorada, de Grupo IXE, la nueva cabeza visible del gremio) y en ella se volverán a escuchar los mismos discursos: ahora sí liberaremos el crédito, bajaremos las comisiones y seremos más agradables.
En vía de mientras, la Cepal recorre la banca centroamericana: Guatemala ocupa la segunda posición regional entre los países con crédito al sector privado más bajo: 20 por ciento del PIB, similar a los máximos de la primera mitad de la década de 1980. Se recuperó en 1992, sólo para volver a estancarse por debajo de 20 por ciento del PIB a partir de 2000. Al igual que en el caso mexicano, una proporción muy alta de la captación se invierte en valores.
En Nicaragua, como en México, el surgimiento de la banca privada estuvo acompañado de un fuerte crecimiento del crédito al sector privado. No obstante, la baja calidad de los créditos, asociada a las deficiencias de la regulación, dio lugar a una fuerte contracción crediticia a dicho sector, que se encuentra estancado en alrededor de 25 por ciento del PIB.
Por lo que toca a El Salvador, entre 1990 y 2001 el crédito al sector privado se expandió rápidamente (de 15 a más de 45 por ciento del PIB), aunque a partir de 2001 experimenta una caída significativa, como resultado de la dolarización y el deterioro de la competitividad de la economía.
Con la diferencia que Nicaragua, El Salvador y Guatemala vienen de dejar atrás largas y crueles guerras civiles internas, mientras que en México los enfrentamientos armados abiertamente entre el EZLN y el Ejército no duraron ni 2 semanas en 1994. Y claro, ninguno de los 3 países centroamericanos tiene los enormes recursos de los que dispone México ni la cercanía que nuestro país tiene con el mercado más grande del mundo. Esto nada más para ilustrar el tamaño de la incompetencia e ineptitud de nuestra clase política y de nuestros "líderes empresariales".
El caso de Panamá contrasta con todos los otros países de la región: el crédito al sector privado pasó de una cifra de alrededor de 50 por ciento del PIB en 1990 a ciento por ciento en 2002. En Costa Rica, la baja eficiencia operativa "está asociada al carácter público de sus principales bancos", y en Honduras (último lugar) el escaso crédito refleja el atraso general del país y el menor grado de desarrollo de su banca.
Las rebanadas del pastel
Pueden gustar o no los comentarios de Hugo Chávez contra Felipe Calderón, pero no hay que olvidar el origen del tiroteo verbal: lo comenzó el inquilino de Los Pinos en declaraciones a varios medios europeos de comunicación, ratificadas en Davos, y siempre en mimética línea con los recurrentes dislates de su antecesor, Vicente Fox. Cierto, también, que el venezolano no miente cuando dice que el maravilloso país (económica y socialmente hablando) presumido por el michoacano dista de la realidad, y cae más en el ámbito de calderofoxilandia ("cambio" con "continuidad").
JORGE CARRILLO OLEA:
Calderón y su perspectiva latinoamericana
México ha basado desde siempre la vertiente exterior de nuestra seguridad nacional en nuestro prestigio. Prestigio adquirido por décadas de un esfuerzo vertical y constante en el apoyo de principios propios, aplaudidos internacionalmente, como el de la no intervención.
En los recientes tres sexenios se ha dado marcha atrás con las consecuencias previsibles. Lo hizo Zedillo faltando a los deberes de un invitado en Cuba, al hacer poco disfrazados referentes a la situación de derechos humanos. Fox, con igual falta de respeto a quien lo tenía por invitado, al establecer un diálogo con miembros de la oposición al régimen anfitrión, esto para no hablar del "comes y te vas".
Calderón decidió no quedarse atrás y la emprendió primero vagamente, y después con toda crudeza, contra Chávez, e hizo referencias a Evo Morales y su sufrida Bolivia, a Ecuador con su nuevo presidente y a Kirchner y su añoranza histórica.
¿Pues de qué se trata?, preguntaría un observador. Tal vez queremos acabar con nuestros históricos aliados uno a uno, ya que pensando cándidamente con ser "amigos" de los estadunidenses basta. Pues es todo lo contrario. Necesitamos de todo el mundo posible para sostener una posición de dignidad ante Estados Unidos, más cuando Europa y el resto de mundo occidental nos ven con tanta reserva por nuestra gravísima situación de inseguridad y la extrema debilidad de nuestras instituciones.
¿Dónde piensa apoyar Calderón su política exterior?, tan contradictoriamente conducida respecto de su discurso en Tlatelolco que, objetivamente, levantó los ánimos del Servicio Exterior y el de los mexicanos preocupados. ¡Por fin! Habrán dicho los diplomáticos y todos los inquietos por la materia. El gozo al pozo. Bastaron dos semanas para que de la manera más burda para un jefe de Estado, a raíz del incidente con Chávez, se volviera a romper con un mandato constitucional (artículo 89 fracción X) y con la propia palabra ofrecida.
¿Dónde está la respetabilidad, el prestigio, la admiración que antaño nos protegía de los embates del exterior, se llamaran URSS o Estados Unidos? Un país es fuerte entre la comunidad internacional por sus fuerzas armadas, por su economía o posesión de materias primas, pero también lo es por ser inalcanzable a la barbarie de las grandes potencias, y ello debido a la fuerza moral de su conducta. Que sea Punta del Este una muestra, en tiempos de López Mateos.
¿Cuál será el secreto que abriga Calderón para salvaguardar la seguridad nacional de su país ante una crisis internacional, o más simplemente de un desacuerdo con Estados Unidos, relación en la que siempre caminamos sobre brasas? ¿Apelaremos a la solidaridad que estamos destruyendo?
El secreto, por lo visto, es la anexión de facto a Estados Unidos, para que los mexicanos nos transformemos en "ciudadanos norteamericanos de segunda clase" como los puertorriqueños.
GENNARO CAROTENUTO:
Hugo Chávez, el reformista
La "ley habilitante" que, según la oposición, daría al presidente venezolano Hugo Chávez "poderes absolutos", simplifica y acelera la realización del programa socialista para el cual fue votado por 63 por ciento de los electores el pasado 3 de diciembre. Dos meses después, una moderada nacionalización del petróleo y de la energía eléctrica se realiza en paz, en democracia y sin tirones ni expropiaciones.
Chávez a menudo es definido por la prensa internacional de manera polémica y objetivamente no correcta: "autoritario", hasta "dictador". Es difícil romper el cortocircuito de las vulgatas, las simplificaciones y la propaganda, pero la verdad es exactamente lo contrario.
En un continente caracterizado por repúblicas presidenciales, donde el poder del presidente es a menudo enorme, la excepción es la Constitución participativa de Venezuela. Esta Carta Magna establece una serie sin precedentes de contrapesos que requilibran las relaciones entre elegidos y electores. Hugo Chávez, más allá de la fuerza que le otorgó la mayoría de los venezolanos, y los errores de la oposición política, es el mandatario americano con menos poderes y con más herramientas constitucionales que limiten su accionar.
El principal ejemplo es el instituto del referendo revocatorio, con el cual la ciudadanía puede remover al elegido a la mitad de su periodo. Chávez mismo salió triunfador del referendo revocatorio del 15 de agosto de 2004, demostrando que esta herramienta funciona en los dos sentidos. La oposición pudo pedir el referendo y la eventual mayoría logró reafirmar su confianza en el elegido. Si hubiese habido revocatorio, tanto Fernando de la Rúa, en Argentina, como Gonzalo Sánchez de Lozada, en Bolivia, hubiesen sido destituidos sin que se derramara sangre. Un presidente como el peruano Alejandro Toledo, quien gobernó durante años con índices de aprobación menores de 15 por ciento, hubiese vuelto a su casa a la mitad de su mandato. Hasta la crisis de Oaxaca, que costó más de 20 muertos, además de graves violaciones de los derechos humanos, hubiese tenido un escape para solucionarse pacíficamente.
Claro, propuestas tan sensatas como esa, en nuestro país, por el solo hecho de tener el referente venezolano, se transforman en "peligros para México"
No es provocativo definir a Chávez como un "reformista" que está transformando el país y la región en paz y democracia. No es provocativo a menos que no queramos violar el diccionario y considerar "reformista" un mero sinónimo de "liberalizador". El británico Tony Blair o el brasileño Fernando Henrique Cardoso, "reformistas neoliberales", debieran mirar a Hugo Chávez con envidia y hasta con una punta de envidia.
Se empieza con el petróleo y la energía eléctrica, las llaves del desarrollo del país, que hasta ahora estuvieron en manos extranjeras. Todo se hace sin expropiaciones y garantizando los pequeños ahorristas, como en el caso de Electricidad de Caracas, la más grande empresa eléctrica del país. A la electricidad seguirá la remodelación de las relaciones con las trasnacionales que explotan el petróleo del Orinoco, una de las mayores reservas del mundo, estimadas en más de 1.3 billones de barriles. PDVSA, la compañía estatal, hasta ahora ha sido socia minoritaria en las empresas mixtas con las estadunidenses Exxon Mobil, Chevron-Texaco y Conoco-Phillips, la británica British Petroleum, la francesa Total y la noruega Statoil. Desde el primero de mayo PDVSA pasará a tener una cuota de 60 por ciento, pagando lo que hay que pagar pero también ganando lo que hay que ganar.
Exactamente las mismas medidas que permitieron el "milagro mexicano" de los 40's y 50's, milagro que perduró a pesar del autoritarismo priísta hasta que Echeverría llegó a los más altos círculos del poder, en el que además del autoritarismo, la incompetencia y el saqueo de la nación se volvieron norma con el PRI, tradición que mantiene viva el PAN en nuestros días.
Los recíprocos insultos que se envían George W. Bush y Chávez pero éste jamás ha fomentado un golpe en Estados Unidos, como hizo Bush el 11 de abril 2002 en Caracas no pasan de eso, aunque es curioso que la prensa internacional se escandalice sólo con los de Chávez a Bush y no viceversa. La sustancia es que el programa de desarrollo acelerado de Venezuela no puede prescindir de la paz internacional, en la región y hacia el "gran hermano" que sigue siendo su primer socio comercial. Los datos difundidos recientemente por la Aladi testimonian que, en apenas tres años, el activismo de Chávez y de Luiz Inacio Lula da Silva antes que nada, ha llevado a un crecimiento de 110 por ciento en el comercio interno latinoamericano. Hoy América Latina es menos dependiente de los centros económicos mundiales, Estados Unidos en primer lugar, a los cuales estuvo amarrada en los años del Consenso de Washington. Y ésta, seguramente, es una revolución.
* Periodista italiano
Pensaba comentar el Desfiladero de hoy, pero Sique se adelantó y ya lo comentó muy atinadamente. Sólo me queda agregar que si el PRD no aprende con el enorme desprestigio que en Jalisco le acarreó el incorporar a sus filas a Salvador Cosío Gaona, quien nos proporcionó largos meses de vergüenza en el Congreso del Estado, entonces que dejen el dinero público a otra organización que sí lo aproveche. Cosas como esta son lo que durante años me han detenido cada vez que tengo el impulso de afiliarme al PRD. ¿Cómo le van a pedir el voto a los homosexuales, a los artistas, a los partidarios de Obrador en Yucatán con una candidata como Payán?
Sin embargo, pensando con detenimiento, ¿por qué negarse como ciudadanos a usar una organización que día con día pagamos mediante nuestros impuestos por su mantenimiento? El dejarnoa alejar con estupideces como esa de los partidos políticos, funciona en realidad a favor de esa misma camarilla de bandidos que medran con los recursos de los partidos. Así todo queda entre compadres, se reparten los huesitos entre los cuates, y menos se enteran de sus arreglos bajo la mesa, y más facil ocultan sus corruptelas.
Tal vez, sería necesario superar la repulsión a ser asociado con tales sabandijas, y afiliarse a los partidos políticos, para desde el interior de las organizaciones, empezar a sacar las alimañas de ellas. Nada sería mejor que una toma por asalto pacífica a los partidos políticos de parte de los ciudadanos, para que por una vez cumplan con su deber, y que sus estatutos no sean letra muerta. Una cosa es manipular las cosas y tranzar cuando no se tiene que rendir cuentas a nadie y otra cosa muy distinta hacer lo mismo ante 2,000 o más personas con voz y voto dentro del partido en un solo municipio o distrito, una cosa es comprar el voto de 10 personas y otra tratar de hacerlo con 10 mil. Esto, además traería el beneficio que se acabaría con la concepción tribal o de franquicia que se tiene de los partidos políticos en el país, y ayudaría a desmantelar esta partidocracia tan nociva.
Banca: comisiones del primer mundo, servicios del tercero
México ocupa la primera posición latinoamericana y una de las principales a escala internacional en extranjerización del sistema de pagos. Otros galardones obtenidos por la banca que opera en el país corresponden a grado de concentración, monto y volumen de comisiones, denuncias presentadas por los usuarios de sus servicios, crecimiento de utilidades netas, reducido crédito interno al sector privado como proporción del PIB, evasión "legal" de impuestos y tantas otras gracias.
Dado el historial, no resulta novedoso que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) le conceda una medalla adicional (en este caso de bronce): la banca que opera en el país es la tercera más ineficiente en materia operativa, si se mide ésta del río Bravo a Panamá, y sólo es superada por la hondureña y la costarricense, con la nicaragüense pisándole los talones.
La comisión lo explica así: "el caso de México resulta paradójico. La mayoría de los bancos más grandes del país han sido adquiridos desde hace algún tiempo por varios de los principales operadores bancarios internacionales, (por lo que) era de esperarse que los altos niveles de eficiencia que caracterizan a estos operadores en sus países de origen y en los otros países en que tienen operaciones se hubiesen transmitido a sus actividades en México, pero ese no es el caso. La eficiencia operativa medida por la relación entre gasto administrativo y activos totales alcanza 4.7 por ciento en México, apenas por debajo de Costa Rica (4.96) y Honduras (5.13)".
Con base en la investigación Competencia y regulación en la banca de Centroamérica y México, un estudio comparativo (Eugenio Rivera y Adolfo Rodríguez), la Cepal subraya que para el caso de la banca trasnacional que opera en México destaca la baja proporción de crédito otorgado al sector privado: apenas ligeramente por encima de 15 por ciento del PIB en 2004 (el Banco de México asegura que es menor a 10 por ciento, pero de cualquier suerte en 1994 significó alrededor de 40 por ciento, y 30 años atrás se aproximó a 35 por ciento).
Según el organismo, diversos elementos explican esta precaria situación, entre ellos la crisis de 1995 y su resolución en los años posteriores. En efecto, el capital extranjero ha desempeñado un papel relevante en la capitalización de la banca y en la recuperación de su solvencia; sin embargo, la mejora en la calidad de la cartera crediticia se ha conseguido en gran medida en desmedro del crédito, "pues los bancos concentran sus inversiones en valores". Mientras los valores representan más de 50 por ciento de las inversiones de la banca en México, el crédito al sector privado no ha dejado de caer desde la crisis: el crédito al comercio y a la vivienda ha permanecido estancado desde 2001 y sólo el crédito al consumo ha mostrado un fuerte crecimiento en el último periodo. El bajo nivel que alcanza el crédito al sector privado como proporción del PIB resulta aún más preocupante si se considera que en términos relativos se encuentra por debajo de países tan pobres como Honduras y Nicaragua.
Claro, por qué habrían preocuparse los bancos de proporcionar créditos a las pequeñas empresas o atender bien a sus clientes si con los pagarés del FOBAPROA tienen suficiente para llenar sus arcas a costa de todos los contribuyentes, sin mover un solo dedo, mientras el pueblo pagará deudas ajenas por los próximos 30 años. La necesidad es la madre de la inventiva, y los bancos no tienen ninguna necesidad de cumplir su función en una economía moderna cuando la operación feudal premoderna y precapitalista les resulta bastante rentable. ¿Y quién fue uno de los principales responsables de esto? Felipe Calderón Hinojosa.
En 2007 se cumplen 15 años de la reprivatización bancaria en México (oficialmente concluyó el 6 de julio de 1992, con la venta del Banco del Centro, Bancen) y las cosas han ido de mal en peor, mientras las utilidades lo han hecho de mejor a excelente. México tiene un sistema bancario del tercer mundo, con comisiones y ganancias del primero, y no hay visos de mejoría.
Se acerca la 70 Convención Bancaria (próximos 22 y 23 de marzo), durante la cual se renovará la presidencia de la Asociación de Bancos de (en) México (todo apunta a que será Enrique Castillo Sánchez Mejorada, de Grupo IXE, la nueva cabeza visible del gremio) y en ella se volverán a escuchar los mismos discursos: ahora sí liberaremos el crédito, bajaremos las comisiones y seremos más agradables.
En vía de mientras, la Cepal recorre la banca centroamericana: Guatemala ocupa la segunda posición regional entre los países con crédito al sector privado más bajo: 20 por ciento del PIB, similar a los máximos de la primera mitad de la década de 1980. Se recuperó en 1992, sólo para volver a estancarse por debajo de 20 por ciento del PIB a partir de 2000. Al igual que en el caso mexicano, una proporción muy alta de la captación se invierte en valores.
En Nicaragua, como en México, el surgimiento de la banca privada estuvo acompañado de un fuerte crecimiento del crédito al sector privado. No obstante, la baja calidad de los créditos, asociada a las deficiencias de la regulación, dio lugar a una fuerte contracción crediticia a dicho sector, que se encuentra estancado en alrededor de 25 por ciento del PIB.
Por lo que toca a El Salvador, entre 1990 y 2001 el crédito al sector privado se expandió rápidamente (de 15 a más de 45 por ciento del PIB), aunque a partir de 2001 experimenta una caída significativa, como resultado de la dolarización y el deterioro de la competitividad de la economía.
Con la diferencia que Nicaragua, El Salvador y Guatemala vienen de dejar atrás largas y crueles guerras civiles internas, mientras que en México los enfrentamientos armados abiertamente entre el EZLN y el Ejército no duraron ni 2 semanas en 1994. Y claro, ninguno de los 3 países centroamericanos tiene los enormes recursos de los que dispone México ni la cercanía que nuestro país tiene con el mercado más grande del mundo. Esto nada más para ilustrar el tamaño de la incompetencia e ineptitud de nuestra clase política y de nuestros "líderes empresariales".
El caso de Panamá contrasta con todos los otros países de la región: el crédito al sector privado pasó de una cifra de alrededor de 50 por ciento del PIB en 1990 a ciento por ciento en 2002. En Costa Rica, la baja eficiencia operativa "está asociada al carácter público de sus principales bancos", y en Honduras (último lugar) el escaso crédito refleja el atraso general del país y el menor grado de desarrollo de su banca.
Las rebanadas del pastel
Pueden gustar o no los comentarios de Hugo Chávez contra Felipe Calderón, pero no hay que olvidar el origen del tiroteo verbal: lo comenzó el inquilino de Los Pinos en declaraciones a varios medios europeos de comunicación, ratificadas en Davos, y siempre en mimética línea con los recurrentes dislates de su antecesor, Vicente Fox. Cierto, también, que el venezolano no miente cuando dice que el maravilloso país (económica y socialmente hablando) presumido por el michoacano dista de la realidad, y cae más en el ámbito de calderofoxilandia ("cambio" con "continuidad").
JORGE CARRILLO OLEA:
Calderón y su perspectiva latinoamericana
México ha basado desde siempre la vertiente exterior de nuestra seguridad nacional en nuestro prestigio. Prestigio adquirido por décadas de un esfuerzo vertical y constante en el apoyo de principios propios, aplaudidos internacionalmente, como el de la no intervención.
En los recientes tres sexenios se ha dado marcha atrás con las consecuencias previsibles. Lo hizo Zedillo faltando a los deberes de un invitado en Cuba, al hacer poco disfrazados referentes a la situación de derechos humanos. Fox, con igual falta de respeto a quien lo tenía por invitado, al establecer un diálogo con miembros de la oposición al régimen anfitrión, esto para no hablar del "comes y te vas".
Calderón decidió no quedarse atrás y la emprendió primero vagamente, y después con toda crudeza, contra Chávez, e hizo referencias a Evo Morales y su sufrida Bolivia, a Ecuador con su nuevo presidente y a Kirchner y su añoranza histórica.
¿Pues de qué se trata?, preguntaría un observador. Tal vez queremos acabar con nuestros históricos aliados uno a uno, ya que pensando cándidamente con ser "amigos" de los estadunidenses basta. Pues es todo lo contrario. Necesitamos de todo el mundo posible para sostener una posición de dignidad ante Estados Unidos, más cuando Europa y el resto de mundo occidental nos ven con tanta reserva por nuestra gravísima situación de inseguridad y la extrema debilidad de nuestras instituciones.
¿Dónde piensa apoyar Calderón su política exterior?, tan contradictoriamente conducida respecto de su discurso en Tlatelolco que, objetivamente, levantó los ánimos del Servicio Exterior y el de los mexicanos preocupados. ¡Por fin! Habrán dicho los diplomáticos y todos los inquietos por la materia. El gozo al pozo. Bastaron dos semanas para que de la manera más burda para un jefe de Estado, a raíz del incidente con Chávez, se volviera a romper con un mandato constitucional (artículo 89 fracción X) y con la propia palabra ofrecida.
¿Dónde está la respetabilidad, el prestigio, la admiración que antaño nos protegía de los embates del exterior, se llamaran URSS o Estados Unidos? Un país es fuerte entre la comunidad internacional por sus fuerzas armadas, por su economía o posesión de materias primas, pero también lo es por ser inalcanzable a la barbarie de las grandes potencias, y ello debido a la fuerza moral de su conducta. Que sea Punta del Este una muestra, en tiempos de López Mateos.
¿Cuál será el secreto que abriga Calderón para salvaguardar la seguridad nacional de su país ante una crisis internacional, o más simplemente de un desacuerdo con Estados Unidos, relación en la que siempre caminamos sobre brasas? ¿Apelaremos a la solidaridad que estamos destruyendo?
El secreto, por lo visto, es la anexión de facto a Estados Unidos, para que los mexicanos nos transformemos en "ciudadanos norteamericanos de segunda clase" como los puertorriqueños.
GENNARO CAROTENUTO:
Hugo Chávez, el reformista
La "ley habilitante" que, según la oposición, daría al presidente venezolano Hugo Chávez "poderes absolutos", simplifica y acelera la realización del programa socialista para el cual fue votado por 63 por ciento de los electores el pasado 3 de diciembre. Dos meses después, una moderada nacionalización del petróleo y de la energía eléctrica se realiza en paz, en democracia y sin tirones ni expropiaciones.
Chávez a menudo es definido por la prensa internacional de manera polémica y objetivamente no correcta: "autoritario", hasta "dictador". Es difícil romper el cortocircuito de las vulgatas, las simplificaciones y la propaganda, pero la verdad es exactamente lo contrario.
En un continente caracterizado por repúblicas presidenciales, donde el poder del presidente es a menudo enorme, la excepción es la Constitución participativa de Venezuela. Esta Carta Magna establece una serie sin precedentes de contrapesos que requilibran las relaciones entre elegidos y electores. Hugo Chávez, más allá de la fuerza que le otorgó la mayoría de los venezolanos, y los errores de la oposición política, es el mandatario americano con menos poderes y con más herramientas constitucionales que limiten su accionar.
El principal ejemplo es el instituto del referendo revocatorio, con el cual la ciudadanía puede remover al elegido a la mitad de su periodo. Chávez mismo salió triunfador del referendo revocatorio del 15 de agosto de 2004, demostrando que esta herramienta funciona en los dos sentidos. La oposición pudo pedir el referendo y la eventual mayoría logró reafirmar su confianza en el elegido. Si hubiese habido revocatorio, tanto Fernando de la Rúa, en Argentina, como Gonzalo Sánchez de Lozada, en Bolivia, hubiesen sido destituidos sin que se derramara sangre. Un presidente como el peruano Alejandro Toledo, quien gobernó durante años con índices de aprobación menores de 15 por ciento, hubiese vuelto a su casa a la mitad de su mandato. Hasta la crisis de Oaxaca, que costó más de 20 muertos, además de graves violaciones de los derechos humanos, hubiese tenido un escape para solucionarse pacíficamente.
Claro, propuestas tan sensatas como esa, en nuestro país, por el solo hecho de tener el referente venezolano, se transforman en "peligros para México"
No es provocativo definir a Chávez como un "reformista" que está transformando el país y la región en paz y democracia. No es provocativo a menos que no queramos violar el diccionario y considerar "reformista" un mero sinónimo de "liberalizador". El británico Tony Blair o el brasileño Fernando Henrique Cardoso, "reformistas neoliberales", debieran mirar a Hugo Chávez con envidia y hasta con una punta de envidia.
Se empieza con el petróleo y la energía eléctrica, las llaves del desarrollo del país, que hasta ahora estuvieron en manos extranjeras. Todo se hace sin expropiaciones y garantizando los pequeños ahorristas, como en el caso de Electricidad de Caracas, la más grande empresa eléctrica del país. A la electricidad seguirá la remodelación de las relaciones con las trasnacionales que explotan el petróleo del Orinoco, una de las mayores reservas del mundo, estimadas en más de 1.3 billones de barriles. PDVSA, la compañía estatal, hasta ahora ha sido socia minoritaria en las empresas mixtas con las estadunidenses Exxon Mobil, Chevron-Texaco y Conoco-Phillips, la británica British Petroleum, la francesa Total y la noruega Statoil. Desde el primero de mayo PDVSA pasará a tener una cuota de 60 por ciento, pagando lo que hay que pagar pero también ganando lo que hay que ganar.
Exactamente las mismas medidas que permitieron el "milagro mexicano" de los 40's y 50's, milagro que perduró a pesar del autoritarismo priísta hasta que Echeverría llegó a los más altos círculos del poder, en el que además del autoritarismo, la incompetencia y el saqueo de la nación se volvieron norma con el PRI, tradición que mantiene viva el PAN en nuestros días.
Los recíprocos insultos que se envían George W. Bush y Chávez pero éste jamás ha fomentado un golpe en Estados Unidos, como hizo Bush el 11 de abril 2002 en Caracas no pasan de eso, aunque es curioso que la prensa internacional se escandalice sólo con los de Chávez a Bush y no viceversa. La sustancia es que el programa de desarrollo acelerado de Venezuela no puede prescindir de la paz internacional, en la región y hacia el "gran hermano" que sigue siendo su primer socio comercial. Los datos difundidos recientemente por la Aladi testimonian que, en apenas tres años, el activismo de Chávez y de Luiz Inacio Lula da Silva antes que nada, ha llevado a un crecimiento de 110 por ciento en el comercio interno latinoamericano. Hoy América Latina es menos dependiente de los centros económicos mundiales, Estados Unidos en primer lugar, a los cuales estuvo amarrada en los años del Consenso de Washington. Y ésta, seguramente, es una revolución.
* Periodista italiano
Pensaba comentar el Desfiladero de hoy, pero Sique se adelantó y ya lo comentó muy atinadamente. Sólo me queda agregar que si el PRD no aprende con el enorme desprestigio que en Jalisco le acarreó el incorporar a sus filas a Salvador Cosío Gaona, quien nos proporcionó largos meses de vergüenza en el Congreso del Estado, entonces que dejen el dinero público a otra organización que sí lo aproveche. Cosas como esta son lo que durante años me han detenido cada vez que tengo el impulso de afiliarme al PRD. ¿Cómo le van a pedir el voto a los homosexuales, a los artistas, a los partidarios de Obrador en Yucatán con una candidata como Payán?
Sin embargo, pensando con detenimiento, ¿por qué negarse como ciudadanos a usar una organización que día con día pagamos mediante nuestros impuestos por su mantenimiento? El dejarnoa alejar con estupideces como esa de los partidos políticos, funciona en realidad a favor de esa misma camarilla de bandidos que medran con los recursos de los partidos. Así todo queda entre compadres, se reparten los huesitos entre los cuates, y menos se enteran de sus arreglos bajo la mesa, y más facil ocultan sus corruptelas.
Tal vez, sería necesario superar la repulsión a ser asociado con tales sabandijas, y afiliarse a los partidos políticos, para desde el interior de las organizaciones, empezar a sacar las alimañas de ellas. Nada sería mejor que una toma por asalto pacífica a los partidos políticos de parte de los ciudadanos, para que por una vez cumplan con su deber, y que sus estatutos no sean letra muerta. Una cosa es manipular las cosas y tranzar cuando no se tiene que rendir cuentas a nadie y otra cosa muy distinta hacer lo mismo ante 2,000 o más personas con voz y voto dentro del partido en un solo municipio o distrito, una cosa es comprar el voto de 10 personas y otra tratar de hacerlo con 10 mil. Esto, además traería el beneficio que se acabaría con la concepción tribal o de franquicia que se tiene de los partidos políticos en el país, y ayudaría a desmantelar esta partidocracia tan nociva.
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