La primera boda calderonista (viaje con cargo al erario público) |
domingo, 25 de febrero de 2007 | |
Alvaro Cepeda Neri Conjeturas I.- Parecería un comentario político sobre un acto frívolo, quizá anecdótico, como es el matrimonio (claro. Religioso y después suscribir el contrato civil y el mercantil para que la novia, como se estila actualmente en bodas de "40 y 20", en caso de rescisión de contrato asegurarse una buena indemnización o recompensa) del actual presidente de la Cámara de Diputados, del Congreso General, Jorge Zermeño Infante con una ya ex locutora y conductora de televisión, de nombre: Astrid Casale. III.- Nada tendría de interés general si no fuera porque el diputado federal Zermeño aprovecha un viaje oficial para su "luna de miel". Pero si no fuera así, entonces los diez días hábiles que vacacionará, deberán descontarle aproximadamente 3 mil pesos diarios, lo que no se hará porque entre los diputados todo se cubren y los que llegan a protestar ni caso les hacen. Quiere eso decir que el matrimonio cubrirá sus días de inicio matrimonial. IV.- Ella le confesó a la reportera Cristina Salmerón (El Universal: 5/II/07) que con sus 32 años y él de 58 (divorciado o viudo o nunca casado, vaya usted a saber), se enamoraron cuando su ya esposo andaba en campaña para gobernador de Coahuila y fue derrotado, panista él, por el priísta Humberto Moreira, con lo cual, dice, salieron ganando y que la entidad perdió la oportunidad de haber sido gobernada por los dos. A la mejor y no. V.- Pero los panistas, en cuanto van por un cargo de representación y se matrimonian, les cae el chauixtle (una plaga del trigo) o sea la mala suerte. El sonorense (todavía aferrado al cargo de pesca) Ramón Corral le pasó algo semejante; en cuanto se casó, perdió, por 300 votos, la gubernatura frente a Robinson-Bours. Es un mal de los de la derecha política. El "jefe" Diego ya no pudo volar más, pues su nuevo matrimonio le cortó las alas. En cambio al perredista Ebrard le fue de maravilla con la jefatura del Distrito Federal. VI.- El asunto de fondo es que Zermeño se va de gira matrimonial en plenas sesiones legislativas. Supone que se merece vacaciones conyugales, ya que adquirió celebridad (efímera) como presidente de la mesa directiva cuando Calderón se autoproclamó Presidente, en aquella tormentosa inauguración del período de sesiones del Congreso. Y si pide permiso equivale a no cumplir con su primer deber y casarse en otro mes que no fuera febrero "el mes del amor". VII.- Pero el diputado Zermeño (que en este tramo de la columna el oráculo de las filtraciones me hace saber que es divorciado, con tres hijos, con lo cual queda disipada la duda de líneas arriba) y su ya esposa decidieron casarse y en lugar del "Ave María" de Schubert, pidieron, con José-José su interpretación de "40 y 20", ya que el coahuilense la aventaja por 26 años y, además, como dice el tanto: "20 años no son nada". VIII.- "Espero, declaró el legislador, también abuelo de dos nietas, que la juventud y la alegría de Astrid puedan combinarse con mi experiencia (el diablo sabe más por viejo que por diablo), para mantener este amor que sentimos ambos y nos ayude a crecer como personas". Los panistas, tan obedientes al primer matrimonio, son los que más se divorcian y queriendo dar buenos ejemplos resulta que sí los dan para matrimoniarse una y otra vez. IX.- En una revista de sociales Zermeño externó sus sentimientos, empero le ha disgustado que le pregunten sobre su vida privada que ha hecho pública y al romper esas frontera los protagonistas dejan de tener privacía. En la columna Página 2 de El Universal (6/II/07) le recuerda a Zermeño que él mismo al hacer pública su relación de "eros y kratos" (amor y poder), convirtió su boda en un tema abierto al público. X.- Primera, pues, boda calderonista y a la cual, dicen, asistió la esposa del inquilino de Los Pinos, para no levantar más suspicacias. Y es que Zermeño va que vuela para secretario en cuanto renuncie o renuncien a alguno de los que están. Es su segundo premio; el primero: casarse y el siguiente un cargo de primer rango. Porque fue un castigo lo de haber sido presidente del Congreso para la toma de posesión de Calderón. |
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