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miércoles, enero 31, 2007

POR SIN EL ARTICULO COMPLETO DE LOS GASTOS DE LOS CONSEJEROS ELECTORALES

NOTA ORIGINAL

Investigación Especial: La fabulosa vida de los consejeros electorales

Por Agencias
POR HUMBERTO PADGETT / ENERO 31, 2007 (EMEEQUIS).- El Mandarin Oriental de Miami es un hotel que sintetiza en su arquitectura estilos asiáticos con los característicos del sur de Florida. Es un lugar de cinco estrellas cuyos “cuartos y suites son suntuosas”; con playa privada sembrada con camas al nivel de la arena blanca.

A disposición de los huéspedes está un spa de mil 300 metros cuadrados decorado con bambú, papel de arroz, vidrio y lino. Y como huésped, Luis Carlos Ugalde, presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), dispuso de la instalación.

Entre el 23 y el 26 de julio de 2005, Ugalde representó al IFE en asuntos relacionados con el voto de los mexicanos en el extranjero en la sureña ciudad estadounidense.

Ugalde se anticipó y llegó el 22 de julio. Al día siguiente, se instaló en el bar de la alberca del Mandarin y abrió tres cuentas por el equivalente de mil 992 pesos –oficialmente, viajaba solo. Luego entró al spa y se tomó un martini de más de 300 pesos.

Antes de subir a su habitación de 3 mil 500 pesos por noche, hizo un pago en la tienda de regalos. Acomodado en la amplia cama, ordenó conexión a Internet de alta velocidad y antes de dormir pidió una cena de 700 pesos.

El 24 de julio fue un día similar, excepto por un consumo en el Café Sambal del propio hotel y una estancia más corta en el bar de la piscina. Acudió al “private bar” de donde salió un cargo de mil 200 pesos.

Nuevamente, el martini, el Internet y la cena en el cuarto.

Atendió sus actividades oficiales, pero en la tarde de su último día de comisión, no se resistió a una última vuelta por la alberca y se despidió de Miami y el Mandarin con servicio a su habitación.

Tres días en el paraíso. Tres días por 19 mil 663 pesos.


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Este es el estilo con el que 10 de los funcionarios públicos mejor pagados de México han viajado 72 ocasiones por América, Europa y Asia con cargo al presupuesto de una de las democracias más caras del mundo, más cara que en cualquiera de los países visitados.

La Presidencia de la República informa que su titular, Felipe Calderón, gana 152 mil pesos netos mensuales. Según el Instituto Federal Electoral, cada uno de los consejeros recibe un total neto de 169 mil 250 pesos cada 30 días.

Gracias al erario, los consejeros han tenido la oportunidad de viajar a Costa Rica, Panamá, Estados Unidos, República Dominicana, Hungría, Canadá, Bélgica, Francia, Puerto Rico, España, Hong Kong, Taiwan, Jordania, Argentina, Polonia, Inglaterra, Ecuador, Chile e India.

En 38 meses de funciones, los integrantes del Consejo General del IFE han gastado dos millones 427 mil pesos en sus traslados por países de América, Europa, Asia y Africa, de acuerdo con información proporcionada a emeequis por la Oficina de Transparencia del propio IFE.

Pero el presupuesto para los viajes nacionales e internacionales de los funcionarios electorales es más amplio: entre 2004 y 2006 se contrató a tres agencias de viajes para proporcionar boletos de avión y hospedaje. Se autorizó un monto mínimo de 12.7 millones de pesos y uno máximo de 33.3 millones.

No todos los consejeros viajan igual. Al cierre del 2006, ésta era la clasificación según el número de salidas al extranjero:

1) Arturo Sánchez: 18.

2) Luis Carlos Ugalde: 17.

3) Rodrigo Morales: 13.

4) Alejandra Latapí: 9.

5) Teresa González: 5.

6) Marco Antonio Gómez, Virgilio Andrade: 3 cada uno.

7) Lourdes López, Andrés Albo y Ma. del Carmen Alanís: un viaje por persona.


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Arturo Sánchez sabe lo que es volar con comodidad. Viaja, como los otros consejeros, en Bussiness Class. Por su visita a París --del 11 al 16 de noviembre de 2005—se pagó un boleto redondo por 54 mil pesos. “Asistir a mesas de trabajo y participar en paneles”, fue la única explicación que se anotó en la solicitud de viáticos.

Pagó tres servicios en el restaurante Helen Darroze por 2 mil 200 pesos y 115 pesos por un chocolate Charlotte, en el Allard.

El barrio que hospeda al Hotel Pas de Calais de París, en el emblemático barrio de Saint Germain des Prés, fue hace mil 500 años una abadía. Hacia 1750, se construyó una mansión que daría tiempo después residencia al poeta Chateaubriand. Hacia 1815 se convirtió en el hotel para turistas que es hoy.

Hospedó a Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir.

Pero no sólo a existencialistas. En sus habitaciones también ha descansado el consejero Arturo Sánchez.

La noche del 15 de noviembre del 2005, Alejandra Latapí también durmió en el Pas de Calais. No comprobó ni una sola noche más en París y ninguna en Bruselas, en donde también estuvo comisionada entre el 11 y el 18 de noviembre de ese año. El gasto total de ese viaje de Latapí fue de 65 mil pesos.

Arturo Sánchez regresó a México. Estuvo una semana y partió de nuevo, pero ahora a Ottawa: los días 23 y 24 de noviembre del 2005, en representación oficial del IFE, pero sin que éste asumiera los gastos.

No así en el resto de la gira del consejero Sánchez, quien el 25 de noviembre ya estaba en Boston para una comisión de tres días: promocionar el voto de los mexicanos en el extranjero. En el Hotel Colonnade pagó una comida de 2 mil pesos que incluyó un pato confitado.

Arturo Sánchez estuvo antes en Canadá por cuenta del instituto. Asistió a una serie de reuniones relacionadas con la administración y el costo de las elecciones.

La noche del 22 de febrero de 2005 todavía hacía frío en Banff, en la provincia de Alberta. Las montañas aún estaban nevadas, apenas algunas rocas se asomaban sobre los enormes lagos. El consejero entró a uno de los restaurantes de la cadena Canadian Rocky Mountain Resorts.

Por la nota de consumo no queda claro si disfrutó su pastel de chocolate fundido y hecho con harinas estilo Suiza y Austria frente al Lago Esmeralda, la Casa del Venado con vista al Glaciar Victoria, o en la Casa de la Montaña del Búfalo.

Pero sí queda claro que su mesera para la ocasión, James, también le ayudó a recuperar calor con cuatro caribúes hechos con oporto, brandy y miel de maple; dos vodkas martinis y dos servicios de vino australiano de moda, el Vasse Felix Shira, cada uno de 700 pesos.

Tampoco hay duda de que la cuenta salió en 3 mil 300 pesos.

Los funcionarios públicos no pueden hacer consumo de alcohol con cargo al erario. En algunas ocasiones, los consejeros restaron las bebidas a sus consumos totales, pero en otros casos no y los incluyeron en sus solicitudes de reposición de gastos.

El vino Vasse no fue sustraído, como consta en las anotaciones hechas al margen de la nota de consumo.

En marzo de 2005, Sánchez regresó a su escuela, la Universidad de Oxford, en Inglaterra. Esta vez como conferencista. Disertó en torno a "El entorno político del instituto federal electoral a 11 meses de la elección: legitimidad y credibilidad de las autoridades electorales", plática por la que permaneció 12 días en Londres.

Los gastos fueron mínimos, 29 mil 600 pesos, si es que se le compara con otras salidas hechas por él mismo. Sánchez fue acogido por la escuela en que hizo su maestría y en la que está en curso su doctorado.

Otro de los vuelos más caros también se lo llevó Arturo Sánchez. El doctorando de la Universidad de Oxford estaba, nuevamente, en Londres. Los viáticos, como la anterior ocasión, baratos. El vuelo ya no tanto: 82 mil pesos a mediados de septiembre de 2005.

Sánchez no viajaría hasta el 2006. Lo esperaba un vuelo a Varsovia, Polonia, de 77 mil pesos.


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Los mexicanos no sólo pagan por su democracia. Los consejeros hacen visitas para participar como observadores electorales en otros países, pero pagadas con recursos públicos.

Lo anterior, a pesar de que entre las atribuciones de los consejeros definidas en el Reglamento Interno del IFE no se establece específicamente la de participar como observador electoral en otros países.

Arturo Sánchez, el consejero con más viajes en su haber, estuvo entre el 24 y el 29 de junio de 2004 en Ottawa, Canadá, para atestiguar sus elecciones: 21 mil pesos. Sólo por servicios a su habitación, en el Marriot: 4 mil 800 pesos.

Antes, en mayo del 2004, desempeñó el mismo papel en los comicios de República Dominicana, pero siguió el proceso desde Miami para dar seguimiento al voto de los dominicanos en el extranjero. El costo: más de 23 mil pesos, la mitad de ellos por tres noches de hotel en el Marriot.

También hizo una comida de casi 3 mil pesos, en que acompañó un filete mignon con una botella de vino tinto de la casa Pine Ridge Winery, de Napa Valley, que costó a los contribuyentes mexicanos más de mil pesos. No excluyó el importe de la botella de los gastos, según consta en la copia de la factura misma proporcionada a emeequis por el IFE.

Arturo Sánchez no iba sólo. La misma comisión le fue encomendada a Rodrigo Morales, quien, por su parte, se gastó 22 mil pesos en Miami, pasajes incluidos.


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Luis Carlos Ugalde es un hombre que gusta de los buenos hoteles. Y ha sido consecuente con ello.

El viaje realizado en julio de 2005 a Miami, en el que se hospedó en el Mandarin Oriental, estuvo inmediatamente precedido por la visita que hizo a Nueva York y Washington.

En la capital de Estados Unidos gastó 8 mil pesos por una estancia de dos noches en el Watergate Hotel, escenario del escándalo que expulsó a Richard Nixon de la Casa Blanca. La fama que le dio ese incidente se corresponde con sus 146 suites y 104 habitaciones de lujo, algunas con vista al río Potomak.

Días después, Ugalde dominó con la vista el Central Park y la línea del horizonte de Nueva York. No estaba en un hotel cualquiera, se hospedó en el Helmsley Park Lane.

La Quinta Avenida, el Lincoln Center, los teatros de Broadway y el Radio City están al alcance de una caminata para luego regresar al ambiente europeo del Helmsley. Un par de noches valieron la pena: 11 mil pesos.

En su ruta hacia Miami, hizo una parada más en Boston –fuera del programa oficial--, en el Hilton del Aeropuerto Logan de Boston. Estaba por llegar al Mandarin. Esos nueve días de gira a través de la costa este de Estados Unidos le significaron al IFE un total de 80 mil pesos.

Otro caso: en tres días de estancia en The Madison Washington, en abril de 2004, Ugalde saldó una cuenta de 7 mil pesos. Y una tarde de esas pagó 40 dólares por tres quesadillas y nueve dólares por un guacamole en el Café Atlántico.

Los viajes de los consejeros no siempre responden a la lógica. Por ejemplo, entre el 30 de marzo y el 3 de abril de 2005, Ugalde fue comisionado a San Francisco, para ofrecer la conferencia magistral “Los nuevos retos de la democracia”.

Aunque se le autorizaron viáticos para cuatro días, sólo demostró gastos de hospedaje por dos noches. Y ninguna de ellas las pasó en San Francisco. Estuvo en Beverly Hills, en Los Angeles, y pagó 9 mil pesos por hospedarse en The Beverly Hilton.

Son inusales los movimientos de ese viaje, porque entró al hotel el primero de abril y salió el día 3. Sin embargo, comprobó viáticos por alimentos consumidos en días distintos.

El 30 de marzo, en el Cozmo’s Corner de San Francisco pidió un New York Steak acompañado de un vodka Absolut Mandarin. No se indica cuántos comensales tomaron, además, dos margaritas y siete copas de una bebida de la casa llamada “cosmo up”. Las bebidas alcohólicas fueron separadas de los cargos y las pagó con recursos propios.

El siguiente consumo fue el 31 de marzo a las 11 de la mañana. El consejero presidente del IFE requirió tres jugos de uva, dos cafés, un pan francés y unos huevos rancheros que ordenó al mesero Serafín, en el restaurante del Hotel Durant, en Berkeley.

No comprobó pernocta en esa ciudad y se trasladó a Los Ángeles, ciudad no incluida en la comisión. En la petición de bonificación de gastos, el presidente consejero mencionó específicamente un viaje a San Francisco: 30 mil pesos en total.

En el restaurante Asia de Cuba, en la famosa calle angelina Sunset Boulevard pidió dos platos de pollo cubano. Era primero de abril de 2005.

A diferencia de los demás viajes, la oficina de Transparencia del IFE no ofreció para este caso copia de los boletos de avión. Pero Ugalde, está claro, no regresó a México vía San Francisco, sino por Los Ángeles. En el aeropuerto de esta ciudad, al mediodía del 3 de abril, pagó por un sándwich de jamón con queso suizo.


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El viaje más prolongado hecho por Ugalde empezó el 8 de septiembre de 2005 en Austin, Texas, y terminó 11 días después en Siofok, Hungría, cuyos hoteles despertaron peculiar interés en el consejero. Aunque estaba previsto que hiciera escala en Nueva York, no reportó gastos en esa ciudad.

Ya en Europa, pasó una noche en el Art’otel de Budapest, Hungría, un lugar que alberga 600 obras del artista contemporáneo americano Donald Sultan en cuatro casonas barrocas restauradas, construidas junto al Río Danubio y con vista al Parlamento, el Puente de la Cadena o el Bastión de los Pescadores.

Todavía en la capital húngara, se instaló en el Corinthia Grand Hotel Royal. Su fachada, salones y 441 habitaciones fueron premiados en 2004 con el prestigiado premio “Mejor Hotel en Arquitectura en Europa” y como el mejor hotel cinco estrellas, entre otros galardones.

Dispone de saunas, baño de vapor, jacuzzis, gimnasio, duchas “lluvia tropical”, bañeras “Niagara”, bañera de lodo y de algas. Ofrece tratamientos terapéuticos y masajes. Está a unos pasos del Teatro de la Ópera de Budapest.

Todavía en Hungría, se hospedó en otro lugar, el Azur de Siófok –a 105 kilómetros de la capital–, situado a las orillas del Lago Balaton.

Los motivos oficiales de la comisión: “Impartir conferencia magistral en la Universidad de Austin y participar en representación del IFE en el marco de actividades de colaboración con organismos y autoridades electorales”. En Hungría, asistió a la III Conferencia de la Red Mundial de Asociaciones de Organismos Electorales.

Un día después de que Ugalde llegó a Hungría, la consejera Alejandra Latapí arribó a ese país. Era el 14 de septiembre de 2005. Lo hizo en un vuelo de Air France, con un costo de 66 mil pesos, vía París. Se quedaría hasta el 18 de septiembre. También durmió en el Art’otel y en el Corinthia Grand Hotel Royal, de Budapest, y concluyó en el Azur de Siókof.

Pasarían dos meses para que Luis Carlos Ugalde saliera de nuevo de México. En noviembre de 2005 viajó siete días por Dallas y Washington, en Estados Unidos. En esa ocasión, reportó la mayor cantidad de viáticos gastados en una comisión por cualquier consejero. Su salida costó al IFE la cantidad de 78 mil pesos, casi 40 mil de ellos en boletos de avión.

La agenda oficial informa que se reunió con cónsules, embajadores y líderes de la comunidad hispana en esas ciudades.

El siguiente mes hubo un viaje de tres días a Santiago de Chile. Y en enero del 2006, de nuevo al avión. Ahora a Canadá.

El Fairmont Chateau Laurier de Ottawa, ubicado entre el río que da el nombre a la ciudad canadiense y su Parlamento, es una construcción de granito, piedra caliza y mármol italiano blanco. El edificio está rematado con un tejado cubierto de bronce que hace sombra a los torreones.

Esta muestra del gótico francés alojó, del 20 al 24 de enero de 2006, al presidente del Consejo General del IFE. El que fuera asistiera como observador a las elecciones federales canadienses le costó a México 46 mil pesos.

Y no era el único consejero: en el Fairmont también estaba instalada Latapí.

Una semana después de la visita a Canadá, el presidente del IFE y Latapí arribaron a Bruselas el 31 de enero de 2006. Caminaron por el Boulevard Charlemagne, en el centro de esa ciudad, para adentrarse en el sobrio y elegante diseño del hotel Silken Berlaymont, con sus enormes galerías fotográficas del siglo XX.

En esa ocasión, la tarea en Europa consistió en “estrechar lazos institucionales” con miembros del Parlamento Europeo. El encargo oficial incluía visitar Estrasburgo, Francia, a donde Ugalde sí llegó, según consta en las diversas notas de consumo de comida. Incluso hay constancia de que fue atendido por un gastroenterólogo, pero no de gastos de hospedaje en esa ciudad.

A mediados de marzo de 2006, el consejero presidente estaba listo para otra travesía: ahora a San Juan, Puerto Rico: dos noches por 6 mil pesos en el Radisson Ambassador Plaza, Hotel y Casino.

No se pudo abstraer de visitar el que probablemente es el restaurante en funciones más viejo en América: La Mallorquina, fundado en 1848. En sus mesas se sentaron Nat King Cole y Marcel Marceu. La carta española ha tenido pocas variaciones en el último siglo y medio. Los precios seguramente sí: la visita de Ugalde costó 3 mil pesos.

El último viaje registrado del presidente del Instituto Federal Electoral fue, una vez más, a Washington y Nueva York. En dos días saldó una cuenta de 23 mil pesos en uno de los hoteles neoyorkinos más emblemáticos: The Waldorf Astoria, por sí mismo una obra del Art Decó, referente de la hotelería mundial desde 1893.

En el Estilatorio Milos invitó una cuenta –la mesa tenía al menos otro comensal– que incluyó pastel de cangrejo para arrojar un débito por encima de los 2 mil pesos.


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El vuelo más caro que han hecho los consejeros tuvo un valor cada uno de 100 mil pesos.

La primera semana de junio de 2005, dos de los integrantes del Consejo volaron por 99 mil 471 pesos cada uno a Amman, Jordania.

Rodrigo Morales y María del Carmen Alanís hicieron el vuelo al Reino Hachemita de Jordania. El motivo: asistir al congreso mundial sobre educación cívica y para la democracia, “con un énfasis específico sobre temas de avance de la paz y estabilidad a través de actividades de la ciudadanía”.

Ambos se hospedaron en Le Méridien Amman, hotel enclavado en las Siete Colinas de la capital, en el distrito comercial de Shmeisani.


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El primer viaje internacional que Alejandra Latapí hizo como consejera fue a Madrid. Era marzo de 2004 y si bien el instituto no pagó el boleto de avión, desde el principio la funcionaria tuvo una buena cena: en la taberna Alkalde pidió jamón de bellota, besugo a la vasca y solomillo a la brasa: mil 200 pesos.

Entre el 23 de noviembre y el 2 de diciembre de ese 2004, la consejera regresó a la capital española. Esta vez, se debió cubrir la totalidad de su pasaje con costo de 25 mil 900 pesos. En total, gastaría 46 mil pesos.

Acudió al seminario perspectivas desde la normalidad democrática electoral en México, "Logros, limitaciones y desafíos". Específicamente, trabajó en la mesa redonda que trató los temas de financiamiento y control del gasto electoral de los partidos políticos.

En la solicitud de información que se le hizo al IFE, se le requirió detallar qué acompañantes viajaron con los consejeros. Respondió que sólo el presidente Ugalde ha viajado acompañado.

Pero entre el 24 y el 27 de noviembre –el resto de la comisión la desahogaría en Francia–, en la habitación 405 del Meliá Galgos no sólo pernoctó Latapí. Compartió la habitación con un adulto, a quien el IFE le cubrió una cuenta de 7 mil 863 pesos.

En París, el Hotel Napoleón expidió una factura por el equivalente a 9 mil 230 pesos por una habitación en el hotel, con vista al Arco del Triunfo y en donde se alojaran Ernest Hemingway, Salvador Dalí, Errol Flynn y Orson Welles, entre otros personajes

Quien también disfrutó por los mismos días de la cocina española fue el consejero Arturo Sánchez.

El 24 de noviembre de 2004 se sentó a la mesa de la marisquería gallega Combarro, para degustar –no se aclara si en compañía de alguien–una empanada de bonito, un bacalao de la casa, robalo a la plancha, vieira y cuatro cervezas alemanas Wersteiner. La cuenta: 1 mil 595 pesos.

Pero no eran los únicos dos consejeros electorales mexicanos por esas fechas en las calles de Madrid.

También estaba Luis Carlos Ugalde, pero a diferencia de sus compañeros, el presidente se hospedó en el céntrico The Westin Palace, construido por órdenes del rey Alfonso XIII. El rey quería un hotel a la altura de la capital de España.

Y se hizo un hotel con un reluciente techo de vitral abovedado, actualmente con 466 habitaciones estilo Belle Epoque. El edificio está frente a los museos El Prado y Thyssen-Bornemisza y a dos manzanas del Centro de Arte Reina Sofía.

El total por cinco noches: 20 mil 309 pesos.

Durante su estancia en la capital española, Ugalde hizo una comida de 4 mil 633 pesos: dorada, pichón, whisky. El propósito de su estancia: dar una conferencia cuyo tema principal fue el financiamiento y control del gasto electoral.

El costo de ese viaje hecho por los tres consejeros a España a finales de noviembre de 2004 fue de 129 mil pesos.

Por esos mismos días, el consejero Rodrigo Morales estaba comisionado en Hong Kong, en donde se efectuó un foro sobre documentos electrónicos de identidad de la región Asia y Pacífico.

Un año después, entre el 3 y 6 de diciembre de 2005, Rodrigo Morales estuvo en Los Ángeles para sostener reuniones con grupos de migrantes y ofrecer entrevistas radiofónicas en las estaciones “KCAL La Mexicana 1410 AM” y “La Máquina Musical 100.9 FM”.

A Morales también le gusta pedir películas a su habitación y no es excepcional que coma comida mexicana en Estados Unidos. En una ocasión en Chicago cubrió una cuenta de chilaquiles rojos, huevos al albañil y huevos con machaca y otra de huachinango y ceviche de pescado.


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El año pasado, del 19 al 25 de mayo del 2006, Latapí habría de emprender otro viaje. Madrid, una vez más, la tercera desde que asumió el cargo.

Se solicitó un presupuesto para viaje redondo a Madrid con una semana de anticipación a la misma compañía contratada por el IFE, Viajes Tokai.

La empresa que proveyó el boleto de Latapí ofreció un vuelo redondo en clase turista con la misma escala en París que la consejera hizo meses antes. Entonces se pagaron 15 mil 900 pesos. Sin embargo, en esta ocasión el boleto costó 41 mil pesos.

El motivo del viaje, según el propio órgano electoral: “Reuniones de trabajo con los participantes del seminario (no se indica cuál), la agenda de equidad en el sistema electoral mexicano”.

De lo que no queda duda es que la primera noche de Latapí en Madrid para ese viaje le costó al erario 4 mil 500 pesos. Las siguientes cuatro resultaron más económicas: 3 mil 224 pesos al tipo de cambio de ese momento.

Se trató del Urban, un hotel de cinco estrellas, cuya peculiaridad es tener en su interior un museo egipcio. En sus salones y habitaciones están expuestas, además, piezas de mármol verde de Guatemala, tótems de Papúa Nueva Guinea, mármol blanco de Thasos, retratos chinos de los siglos XVIII y XIX y estatuillas hindúes del siglo XIX.

Latapí no estaba sola, ni en la ciudad, ni el hotel. Con su propia habitación, Teresa González Luna generó una cuenta de 20 mil pesos sólo por gastos en el hotel.


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En ocasiones, Luis Carlos Ugalde no viaja solo. Según la respuesta dada por la oficina de transparencia, fue el único consejero cuyos acompañantes estuvieron oficialmente cubiertos por los recursos del instituto.

El que Alejandro Ríos, su secretario particular, también fuera a Washington y a Chicago en noviembre de 2005 costó al erario 42 mil pesos. Ambos gastaron 120 mil pesos en cinco días de viaje.

Ríos fue convidado una vez más, entre marzo y abril de 2005, esa vez a San Francisco, California, en donde debió asistir a Ugalde en la conferencia magistral “Los retos de la democracia”. 19 mil 500 pesos.

Karla Ramos, la secretaria privada, hizo lo propio durante varias reuniones.

En abril de 2004, el consejero presidente viajó a Estados Unidos acompañado de su entonces coordinador de asesores, Eduardo Guerrero, quien reportó gastos de 33 mil 557 pesos. Ambos causaron un desembolso de poco más de 66 mil pesos. Incluso, Guerrero habría gastado unos 500 pesos más que su jefe.


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Hay cifras y pasajes que parecen extraños.

Por ejemplo, un viaje hecho en mayo de 2004 por la consejera Latapí a Francia –se hospedó nuevamente en el Hotel Napoleón-- y la India por nueve días tuvo un costo de 39 mil pesos, incluidos los boletos de avión, de 28 mil 341 pesos. Muy bajo en comparación con el resto.

Arturo Sánchez acudió a Quito, Ecuador, entre el 15 y el 17 de abril de 2004 sin cargo de transportación para el instituto. Fue al país sudamericano para participar en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano como parte de un taller llamado "Mecanismos alternativos para el control del gasto electoral".

Sánchez se hospedó las dos noches en el Hilton Colón con cargo total de 3 mil pesos. Lo que no checa es que pagó con una tarjeta American Express a nombre de María Dolores T. de Sánchez. Al menos a Ecuador, el funcionario electoral no viajó sólo.

El único viaje internacional hecho por la consejera Lourdes López Flores fue a la capital de Estados Unidos, a finales de octubre y principios de noviembre de 2004. Su boleto costó 5 mil 781 pesos. Para los mismos días y con el mismo destino, se pagó un viaje de casi el doble, 9 mil 709 pesos, para Marco Antonio Gómez.

El viaje más prolongado entre los consejeros lo hizo Morales. Fue una estancia en Londres de 12 días en que participó en el seminario internacional sobre la organización electoral mexicana.

Es, paradójicamente una de las salidas más baratas a Europa, un viaje de 24 mil pesos.


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La habitación más cara que se pagó con dinero del IFE fue en el Intercontinental The Barclay de Nueva York.

Es uno de los hoteles más elegantes y glamorosos en los alrededores de Park Avenue, a unos pasos de la Quinta Avenida y de las Naciones Unidas. Los nombres de algunos de sus huéspedes así lo avalan: Ronald Reagan, Francois Mitterrand y Nelson Mandela. Ahí vivieron Bette Davis, Marlon Brando y Ernest Hemingway.

Es un clásico de 80 años que dispone de 686 lujosas habitaciones. Ahí le tocó a la consejera María Teresa González Luna celebrar en el extranjero el eniversario de la Revolución Mexicana en 2005.

Una habitación en The Barclay: 5 mil 700 pesos. Una estancia de cuatro días en la Gran Manzana con cargo a la democracia mexicana: 23 mil pesos.


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Este año, los consejeros electorales deberán viajar significativamente menos o hacerlo en condiciones mucho menos onerosas.

A mediados de diciembre pasado, la Presidencia de la República informó su plan de austeridad por el que se reduciría en 10 por ciento el ingreso de altos funcionarios, incluido Felipe Calderón. En consecuencia, se señaló, los consejeros electorales del IFE son funcionarios mejor pagados que el presidente.

Luis Carlos Ugalde ofreció entonces un programa de austeridad que se anunciaría en enero para reducir el gasto corriente del instituto. Además, Alternativa Social Demócrata llevó a la tribuna el Congreso una propuesta para reducir las prerrogativas de los partidos políticos.

“El IFE, en enero, anunciará su programa de austeridad que incluirá una visión integral para que el IFE pueda contribuir al ahorro de recursos y que asimismo, en ese momento el IFE establecerá en su caso el factor de ajuste a las prerrogativas de los partidos políticos.

“No solamente se deben modificar los recursos a los partidos, sino sobre todo, y creo que ese es el asunto de fondo, reducir el costo creciente de hacer política en México”, expuso Ugalde el 15 de diciembre en la sesión extraordinaria del Consejo General.

Pero la idea de racionalizar los recursos del Instituto no se materializaría por una propuesta generada por sus consejeros. Estos se ven obligados a reorientar su gasto luego de que el Presupuesto de Egresos 2007 de la federación asignó 7 mil 434 millones de pesos para el organismo.

Esto significa un recorte de 720 millones.

La versión preliminar dada a conocer en la semana del presupuesto del instituto prevé disminuir a la mitad los recursos otorgados a pasajes al extranjero y viáticos, así como en 10 por ciento al gasto de teléfonos celulares, 5 por ciento al pago de gasolina e, incluso, despedir personal y cancelar plazas desocupadas.


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Estos no son todos, ni mucho menos, los gastos de los consejeros.



NOTA:Parece que a U-fraude le caerá de peso la guerra sucia que tanto le encanta. Y no dudo que vayan saliendo mas datos de los ONEROSOS gastos de vida de este RARO, y sus gustos.

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