DESPERTANDO DE LA INTOXICACIÓN PROPANGANDISTICA FOXISTA

Imagología y realidad

Por: Eduardo Ibarra Aguirre

Prácticamente sólo le restan dos meses a la autodenominada pareja presidencial, integrada por Vicente Fox Quesada y Martha -con h, porque hasta en eso pretendió engañar- María Sahagún Jiménez para que entreguen las riendas del gobierno de la República y los balances empiezan a ponerse a la orden del día.

Con altos índices de aprobación ciudadana, según las más acreditadas y a la vez desacreditadas casas encuestadoras, sobre todo por su turbio desempeño en la pasada contienda electoral, Sahagún y Fox gobernaron, o al revés tanto en el orden de los apellidos como en el desempeño, con las cámaras (televisivas) y los micrófonos como herramientas fundamentales de la administración pública.

Seguramente ni en el muy impugnado gobierno de Carlos Salinas de Gortari, famoso por el derroche de recursos públicos para apuntalar a un presidente urgido como ninguno, por lo menos hasta el próximo 1 de diciembre, se gastó tanto en tareas de imagología.

Sin esa cuantiosísima inversión que aún se mantiene como secreto de Estado, resultan sencillamente insostenibles los relativamente altos niveles de aprobación de la aún pareja afamada, más para mal que para bien, y que seguramente enseguida del primer viernes de diciembre será la más vituperada, principalmente por los grandes beneficiarios del gobierno del cambio.

En primer lugar el duopolio televisivo y el oligopolio radiofónico son ganadores. Pero sin el erario y todo el aparato comunicacional al servicio de Los Pinos, como sucederá dentro de 66 días, la parejita verá rodar por los suelos “el respaldo ciudadano” que sin ruborizarse presumen los directores de las encuestadoras y los levanta cejas más celebres de la autocensura y la censura televisivas en apogeo.

Y la razón es muy simple. Resulta imposible tapar el sol con imagólogos y empresarios de la comunicación y la desinformación.

El Banco Mundial, uno de los más entusiasmados con el triunfo electoral de Fox Quesada, presentó un cuadro más que sombrío en su más reciente reporte, retomado en un análisis de la Cámara de Diputados.

País económicamente estancado, con un incremento notable del desempleo, mayor concentración del ingreso y un escaso nivel de oportunidades son las cuatro características, de acuerdo a la institución financiera que dicta algunas de las políticas del capitalismo salvaje para los países en vías de desarrollo, México incluido.

El Banco Mundial subraya los acaso irrepetibles contextos favorables que tuvo la economía mexicana durante 2000-2006: altos precios del petróleo, bajas tasas de interés internacionales, crecimiento sostenido de las remesas y corta recesión de la economía de Estados Unidos.

Y proporciona datos duros, ajenos a lo ideológico. El crecimiento económico promedio fue de 2 por ciento anual. Se contrajo el mercado interno. 50 millones de paisanos subsisten con un ingreso de 10 pesos diarios. El desempleo alcanzó el nivel más alto con 4.04 por ciento en el rango de la población económicamente activa. El gasto corriente se incrementó desorbitadamente. El pago de intereses de la deuda en 2006 fue la más alta en la historia: 263 mil millones de pesos.

“Economía con rostro humano” fue la oferta electoral y programa de gobierno del gigante de estatura a quien seguramente le latió que era igual “matar víboras prietas y tepocatas” con las botas hechas en los negocios familiares pero bien apuntalados desde el poder público, que gobernar a México.

Considerada por el Banco Mundial como la décima economía del mundo, la mexicana cayó al lugar 70 en cuanto al ingreso por habitante, y al 80 si el ingreso se mide por la capacidad de compra, rango comparable al de Botsuana, país ubicado al sur de Africa, con tres millones de habitantes y que obtuvo su independencia respecto del Reino Unido el 30 de septiembre de 1966.

La cruda realidad en toda su plenitud, bombardeo propagandístico hasta la intoxicación, aparte.

http://www.argenpress.info/nota.asp?num=034755