Resistencia civil.
Jesús González Schmal.
29 de julio de 2006
El argumento más socorrido de Acción Nacional, para eludir la incongruencia que entraña su rechazo a la revisión exhaustiva de la elección presidencial del 2 de julio, es el esgrimido inicialmente por Josefina Vázquez Mota.
Trata de justificar el hecho diciendo que, si en el pasado el PAN acudió a la resistencia civil pacífica en la defensa del voto, ello no es igual a lo acontecido el pasado 2 de julio. Argumenta que hoy existe un Instituto Federal Electoral y que la ciudadanía participa con más garantías en la operación y vigilancia comicial.
Este intento justificativo no resiste el mínimo análisis. Lo ocurrido actualmente es mucho peor a lo acontecido antes por la simple razón de que hoy, precisamente, por ser estos organismos electorales creados por la ciudadanía los que están siendo cuestionados severamente, tanto por su integración actual como por su desempeño hasta el día de hoy. Nunca se hubiera suscitado duda alguna si no hubiera sido porque, el propio IFE la generó en su desempeño contra la confianza popular.
En aquel entonces ya sabía uno a qué atenerse con la Comisión Federal Electoral y con el Colegio Electoral mismo. Aun así, el avance de una verdadera oposición panista sin subsidio no sólo iba avanzando en la conquista de gobiernos municipales de las capitales de los estados y mayor representación en los congresos estatales y federal, sino en algo más importante y trascendente que era la formación ciudadana para una política de principios.
Como lo dijera alguna vez Adolfo Christlieb, se trataba de gobernar desde la oposición porque las propuestas y críticas desde ahí se reflejaban en actos del gobierno en ejercicio, influidos por la respetabilidad de las posiciones panistas planteadas con objetividad y sincera contribución al bien de México.
El gobierno panista que llega al poder por medios ilícitos como es el del respaldo económico de los Amigos de Fox (incluso con dinero del extranjero) sumado a los cuantiosos subsidios oficiales que el PAN original había rechazado, superó o se coludió con el PRI para llegar al poder.
El resultado en la gestión de gobierno por consiguiente fue deplorable; sin crecimiento económico, la economía del país depende de los sobreprecios del petróleo y del envío de dinero de los mexicanos que trabajan en Estados Unidos.
El desempleo, el atrofiamiento de la administración pública y el fracaso de nuestra política exterior son los datos de un futuro incierto que hasta los empresarios que apoyaron a Fox reconocen hoy. En estas condiciones es obvio que el país requería una rectificación de fondo y, desde luego, la opción neopanista era la menos conveniente por el continuismo foxista.
El discernimiento popular que era obvio se inclinaba por una propuesta de fuerte contenido social. Fue este conocimiento de la realidad lo que intentó contrarrestar Fox llegando a la desesperación que se inicia con el ataque insistente a AMLO y cobijo abierto al candidato de su partido, llegando al extremo de urdir y operar un fraude electoral consumado en parte con procedimientos tradicionales dentro de las casillas, pero complementado con la programación cibernética, para encauzar los resultados del IFE.
Frente a estos hechos la obviedad de disipar dudas y la espontánea reclamación del pueblo canalizada a través de actos de resistencia civil pacífica, son la mejor muestra de que la democracia no puede ser falsificada a la luz del sol.
La necedad panista de negarse a la revisión y a la valoración del contexto de la elección desde la campaña es un atropello a la razón y a su propio pasado cuando fue una oposición al servicio de México.
La memoria de los verdaderos panistas debe refrescarse para reconocer que, desde hace al menos dos décadas, la práctica de las acciones de la resistencia civil pacífica fue aportada por esa institución para la conquista de la certeza en los procesos electorales.
Cómo no repasar la toma del palacio municipal de Camargo, Chihuahua; la toma también del palacio municipal de Monclova, Coahuila, o el cierre por más de ocho días de la carretera federal a Piedras Negras y el bloqueo del puente internacional de Ciudad Juárez.
Nadie puede estar deseando otro gobierno ilegítimo. Nuestra patria debe ubicarse en el nivel de las naciones civilizadas que no puede ser secuestrada por el poder.
A cuatro años del bicentenario de nuestra Independencia y del centenario de la Revolución de 1910, el abatimiento ciudadano o la resignación con la farsa electoral serían un fracaso nacional sin paralelo en nuestra historia.
Diputado federal (Convergencia).
Comento: Aprovecho este espacio para manifestarle al señor diputado federal Jesús Gonzalez Schmall mi mas sincero reconocimiento por su labor en la comisión legislativa que investiga el tráfico de influencias de las dependencias gubernamentales y paraestatales. Así mismo le expreso mi incondicional apoyo y solidaridad ante el embate de la pandilla que detenta el poder en el Ejecutivo Federal.
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sábado, julio 29, 2006
ACEPTAR LA FARSA ELECTORAL SERÍA EL FRACASO NACIONAL.
Publicadas por Armando Garcia Medina a la/s 12:28 p.m.
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