TEPOCATAS GOZAN DE CABAL SALUD.

Columna de ciudadanos del Reforma:

Juan CiudadanoIPAB: Tepocatas siguen libres.

El IPAB es el tema fastidioso para el PRI y el PAN.

Pero por incómodo que les resulte, persiste la necesidad de completar la historia, de precisar errores, culpas y costos asociados.

La insistencia de López Obrador por esclarecer lo que pasó con el FOBAPROA-IPAB tiene sentido, no es necedad, tiene razón, aunque al candidato perredista le falte autoridad moral para hablar de transparencia cuando su Gobierno fue todo menos transparente.

Hay una inercia perversa que lleva a pretender enterrar todo lo que tiene que ver con el tema.

Hace unos días, la Auditoría Superior de la Federación nos informó que prácticamente todos los delitos de funcionarios bancarios ya prescribieron por negligencia de la PGR y de la Procuraduría Fiscal.

A la negligencia de los órganos de procuración de justicia hay que sumar la indolencia de la Secretaría de Hacienda y demás órganos que giran en su órbita. Para ellos, todo se reduce a un problema de legislación financiera, de imprecisiones en el régimen jurídico que impidieron la persecución de responsables.

El mensaje implícito es "no le rasquen más al tema", "superen el trauma", hay que olvidarlo y seguir pagando con resignación.

Un artículo por publicarse de Bernardo González-Aréchiga, ex vocal del IPAB, alguien que conoce el problema desde adentro y renunció por falta de condiciones para esclarecerlo, defiende la postura contraria.

No se trata de seguir lamentándonos errores del pasado, pero sí de saber qué pasó y de estar seguros de que el caldo de cultivo que hizo posible el megarrobo de banqueros, empresarios, burócratas y funcionarios ya no existe.

El desfalco, explica González-Aréchiga en el artículo por publicarse "Transparencia en el Rescate Bancario", sí tuvo como una de sus causas la falta casi absoluta de transparencia; carencias en materia de apertura informativa que persisten al día de hoy por la terquedad de Hacienda de mantenerse -y a sus satélites- en la opacidad.

Uno de los enfoques que usa González-Aréchiga es el "problema de agencia", término usado por los politólogos para referir al reto que enfrenta la sociedad para asegurar que su agente (su empleado), el servidor público, satisfaga los objetivos que le son encomendados.

Tanto el problema de agencia como la corrupción tienen relación directa con la opacidad. A menor transparencia, mayores oportunidades para traicionar -en cualquiera de sus vertientes- el mandato popular.

Por ello resulta paradójico que el argumento de la necesidad de "estabilidad financiera" le sirva a Hacienda para reservar información y no al revés: que sea la necesidad de una conducción estable y recta de las finanzas del País lo que lleven a la apertura y a la reducción de márgenes para la trampa.

González-Aréchiga hace un recuento de tipos de información del rescate bancario que nos sigue faltando hoy: la relacionada con la administración del servicio de la deuda, lo que aportaron las autoridades para integrar expedientes de quienes cometieron ilícitos, la atención y seguimiento que se prestó a las auditorías, los juicios de amparo y controversias constitucionales en las que participan el IPAB y otras autoridades financieras.

Hay documentos específicos, según el mismo texto, que no tendrían por qué seguir en el sigilo, como las actas completas del Comité Técnico del FOBAPROA-IPAB, todas las actas de la Junta de Gobierno, las auditorías realizadas a los bancos y las evaluaciones que se han hecho de las fuerzas y debilidades de nuestro marco normativo.

Se nos fue el sexenio de quienes iban a combatir a tepocatas, alacranes, alimañas y víboras prietas. No lo hicieron. No les alcanzó ni para transparentar el rescate bancario, mucho menos para atrapar a sus culpables.AMLO dice que le va a entrar, ¿también Calderón?

Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.