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lunes, mayo 01, 2006

PANISTAS INFLUYENTES.

Alvaro Delgado en Proceso:
Influyentismo panista.
Álvaro Delgado.

Agentes de la policía de Morelos detuvieron a dos personas por comprar autos robados. Parecía un caso de rutina… pero los detenidos eran el hermano y el sobrino de Marco Antonio Adame Castillo, senador con licencia y candidato del PAN a la gubernatura del estado. Por “órdenes superiores”, el aparato de justicia de Morelos se movilizó para poner a resguardo a los parientes del candidato y castigar a los agentes que los detuvieron. Un caso más de corrupción e impunidad en el que se ve envuelto el gobierno de Sergio Estrada Cajigal.

CUERNAVACA, MOR.- El Perro padre y El Perro hijo, presuntos compradores de automóviles robados, fueron detenidos la madrugada del miércoles 5 de abril en Yautepec, al oriente de Morelos, identificados plenamente por quien dijo ser su cómplice.Al concluir el operativo de captura, agentes de la Policía Ministerial procedieron al trámite de rutina: los subieron a un vehículo oficial para ser presentados ante la Procuraduría de Justicia estatal, en Cuernavaca, acusados de robo de automóviles.Pero en el camino El Perro padre se identificó como pariente de un prominente político de presencia nacional y se le dieron “facilidades” para hacer y recibir llamadas telefónicas, al cabo de las cuales, repentinamente, los policías recibieron una orden: abortar el operativo y llevar a los detenidos a su domicilio.

Los Perros, como se les identifica, tienen suerte: son el hermano y el sobrino del senador con licencia Marco Antonio Adame Castillo, exvocero del Comité Ejecutivo Nacional del PAN y candidato al gobierno de Morelos, estado permanentemente sacudido por escándalos de corrupción e impunidad.

De inmediato y con inusitada celeridad, 11 de los 13 agentes que participaron en el operativo fueron detenidos y están en la cárcel; enfrentan un proceso por “abuso de autoridad” a raíz de la denuncia que presentaron José Luis Adame Castillo y su hijo Luis Manuel Adame Tapia.

Según documentos oficiales obtenidos por Proceso –entre ellos declaraciones ministeriales–, la presunta complicidad de ladrones de automóviles con la familia de Marco Antonio Adame está acreditada con base en la declaración de uno de los detenidos, quien los identificó “en su cara, sin temor a equivocarse y sin titubeos”.

El posterior encubrimiento se efectuó “por instrucciones superiores”.El testigo clave, un estudiante de bachillerato, menor de edad, no sabía los nombres de quienes le habían pagado 7 mil pesos por cada uno de los cuatro automóviles Tsuru y 10 mil por una camioneta Ram, todos robados, y sólo los conocía como El Perro padre y El Perro hijo.

Tampoco los agentes sabían de quiénes se trataba y procedieron a la captura, en un operativo realizado con conocimiento de la procuradora de Justicia, Claudia Aponte Maysse, y del coordinador de la Policía Ministerial, Francisco Javier Espinoza Luna.Pero al conocerse la identidad de los detenidos, emparentados con el fundador del Movimiento Testimonio y Esperanza -–una de las fachadas de la ultraderechista y secreta organización nacional El Yunque–, se montó otro operativo al más alto nivel: el encubrimiento.

El propio director operativo de la Policía Ministerial, José Alfredo Socorro Pérez, se movilizó para supervisar la liberación de los parientes del candidato del PAN al gobierno y hasta los llevó de vuelta a su casa, después de recibir órdenes de Aponte Maysse y Espinoza Luna.

Obsequioso, se disculpó, se identificó como prosélito del PAN y se puso a las órdenes de José Luis Adame y su hijo para comunicarles que todo estaba aclarado: “Me atreví a comentarles que, por la naturaleza de este asunto que prevalecía, lo que menos quería era dañar la imagen de su hermano”, declaró ministerialmente.

El propio José Luis Adame, quien se dijo inocente desde el principio, narró en su declaración que Socorro Pérez les ofreció disculpas y le dijo: “Estamos con tu hermano y lo apoyamos todos, y no queremos que esto se vaya a salir de nuestras manos y se vaya a perjudicar su campaña. Tú sabes cómo son los medios”.

Y otro funcionario de alto nivel, el subsecretario de Seguridad Pública estatal, Luis Ángel Cabeza de Vaca, se comunicó con José Luis Adame con el teléfono celular de su hija para ofrecerle disculpas también. Según el pariente del candidato panista, le explicó “que había sido un error y que entendía la situación en la que me encontraba”.

La punta de la hebra.
Las esposas de tres agentes ministeriales detenidos consideran que este es un caso oscuro y plagado de contradicciones con claros tintes políticos, según declararon al reportero el martes 18. Y los dos elementos policiacos fugitivos, el comandante Héctor Miranda Pizarro y el agente Omar Abasca Ortiz, con quienes el reportero se entrevistó el miércoles 26, coinciden: “Nos castigan por cumplir con la ley, sólo por tratarse del candidato panista”.

Y es que Marco Antonio Adame, apenas se enteró de la captura de sus parientes a través de su cuñada Margarita Tapia Jaime, exigió un escarmiento a los policías que intervinieron en el operativo y se dijo víctima de miembros del gobierno que militan en su propio partido.

En medio de algunas situaciones confusas sobre el operativo de captura, aunque plenamente acreditado el señalamiento contra los parientes del panista, se configura otra historia que rodea al gobierno de Estrada Cajigal y la flamante procuradora de Justicia, la cuarta en el agónico sexenio estatal.

Todo comenzó, según consta documentalmente, la noche del 4 de abril, cuando una joven estudiante de la Universidad Americana pidió el auxilio de los agentes Gerardo Posada Álvarez y Domingo Jiménez Guillén: le habían robado su auto Tsuru blanco, modelo 1989.

Los agentes patrullaron las calles y en los primeros minutos del miércoles 5 detectaron el vehículo, a bordo del cual se encontraban Jorge Ramírez García, Héctor Arellano Silva, Alibén Jaime Medina, Sergio Emmanuel Patiño García y Óscar Ricardo Román López.

En un primer informe de los dos policías al agente del Ministerio Público del Grupo de Recuperación de Vehículos, Armando Figueroa Huicochea, consta que uno de los sospechosos identificó a los compradores de los autos que robaba: Uno era un tal Sergio “N”, vecino del ladrón confeso, y otros dos a quienes éste vendía los automóviles robados y sólo conocía como Los Perros.

Figueroa condujo a sus captores hasta el domicilio de ellos.En el trayecto de Cuernavaca a Yautepec, el joven “hizo señalamiento directo a las personas que le compraban los vehículos que él se robaba”, y cuando tuvo enfrente a José Luis Adame Castillo lo identificó plenamente: “Cabe hacer mención que (…), se lo manifestó en su cara, indicándole que el viernes próximo pasado le había entregado un vehículo; de igual manera (…), que el otro sujeto que también le compraba los vehículos es el hijo de José Luis Adame, mismo que responde al nombre de Luis Manuel Adame Tapia, conocido como El Perro hijo.”

Este primer informe, en el que se establece que “Sergio ‘N’” no pudo ser localizado, fue ampliado por los dos agentes, aunque extrañamente otro documento idéntico lo firma el comandante Francisco Javier Pérez Venegas, quien participó en el operativo policiaco efectuado la madrugada del miércoles 5 de abril y actualmente se encuentra preso.

La ampliación abunda en detalles posteriores a la captura de los cinco presuntos robacoches: Héctor Arellano Silva, Alibén Jaime Medina, Sergio Emmanuel Patiño García, Óscar Ricardo Román López y Jorge Ramírez García.Uno de los detenidos, reitera el informe, “sin presión alguna y al ser entrevistado con relación al destino que le dan a los vehículos robados”, identificó “voluntariamente sin temor a equivocarse y sin titubeos” a Los Perros, cuyo domicilio está en la carretera federal Cuernavaca-Cuautla, sin número (comunidad de San Carlos, Yautepec).

Al llamar a la puerta José Luis Adame Castillo, a quien le hicieron saber las imputaciones contra él y su hijo. “Yo estoy dispuesto en este momento a acompañarlos y aclarar esta situación, ya que desconozco los motivos por los cuales nos tratan de involucrar en los hechos mencionados”, dijo el susodicho.

En un informe policial se consigna lo siguiente:A bordo de uno de los vehículos oficiales y al transitar sobre la avenida Cuauhnahuac y manifestar llamarse José Luis Adame Castillo y su hijo Luis Manuel Adame Castillo Tapia, y relacionar que se trataba del hermano del candidato a gobernador del estado de Morelos, Marco Adame Castillo, se le brindaron facilidades para comunicarse vía telefónica. Y al encontrarnos concretamente a la altura del centro comercial Wall Mart de Jiutepec esta persona, después de efectuar y recibir llamadas, pregunta a los tripulantes de la unidad si contaban con orden de detención. Y al contestarle negativamente, que si iba a bordo de la unidad era por su propia voluntad, ya que inicialmente así lo manifestó al momento de abordar el vehículo, éste contestó que entonces ya no deseaba trasladarse a la Procuraduría, por lo que el personal que lo transportaba supuso que ya había sido orientado o asesorado, y por la hora en que se encontraban y la distancia de su domicilio, se le brindaron las facilidades necesarias regresándolo a su domicilio en un vehículo oficial, no sin antes tomar sus generales.

Lo que no consigna este informe es que ya para entonces se conocía, al más alto nivel, la identidad de los dos detenidos y se había movilizado todo el aparato policiaco para borrar las huellas de la detención.

El informe agrega:No omitimos mencionar que aun cuando se contaba con una orden de investigación y dentro de la misma no expresada la ejecución de lo estipulado en el artículo 144 del Código de Procedimientos Penales (detención en flagrancia), solamente informé de la posible participación de posibles involucrados, y por la personalidad pública que tiene esta persona como hermano del candidato, como ya se dijo, se le brindaron las facilidades necesarias para que sea esta representación social la que determine lo conducente.

“Instrucciones superiores”
Quien sí dio claves para liberar a los Adame fue Socorro Pérez, director Operativo de la Policía Ministerial, quien estuvo al tanto de los detalles de captura de los cinco presuntos robachoches, incluida la videograbación de las declaraciones de Ramírez García, a cargo también de otros dos elementos actualmente fugitivos: el comandante Héctor Miranda Pizarro y el agente Omar Abarca Ortiz, El Balú.

“En constantes momentos, le estuve manifestando a mi superioridad todo lo actuado vía radio Nextel permaneciendo en mi oficina”, declaró Pérez, y añadió que también se enteró de la captura de Los Perros y de su traslado hacia Cuernavaca, por lo que se lo informó al coordinador de la Policía Ministerial, Espinoza Luna, “mencionándome (él) que con precaución y (diciéndome) felicidades”.

Entonces, reportó Pérez:
A escasos minutos yo le solicito, vía radio PJ-4, que me proporcionara el nombre de los asegurados manifestándome los nombres (y) apareciendo los apellidos Adame Castillo y el segundo de ellos Adame Tapia, y es donde yo me percato de lo sobresaliente de los apellidos por el candidato a la gubernatura del estado por el PAN, Marco Adame Castillo.

Yo vía radio Nextel le pido autorización a mi superioridad de lo acontecido para poder actuar en consecuencia, mencionándome él (Espinoza Luna) que le reportaría a la ciudadana procuradora de lo acontecido y pidiendo autorización al mismo para trasladarme y encontrarme en un punto medio entre mi base y la ubicación de ellos, que venían a la altura de la carretera Cañón de Lobos, pidiéndoles que nos encontraran en el estacionamiento del centro comercial Wall Mart del municipio de Juitepec.

Casi de inmediato llegaron los vehículos con Adame Castillo y Adame Tapia, y Socorro Pérez cuenta que procedió “cerciorándome de que no hubieran sido lastimados o torturados y respetándole sus garantías individuales… al empezarlos a cuestionar, pidiéndoles sus generales, me atreví a comentarles que por la naturaleza de este asunto que prevalecía les dije que lo que menos quería era dañar la imagen de su hermano”.

Para entonces, toda la Procuraduría de Justicia estaba conmocionada y fue preciso borrar, “por instrucciones superiores”, toda referencia a la captura del hermano y del sobrino del candidato del PAN al gobierno de Morelos, tal como lo reconoce el comandante Espinoza Luna, coordinador de la Policía Ministerial, en una “tarjeta informativa” enviada la mañana del jueves 6 a la procuradora Aponte Maysse.

…Se le hace de su conocimiento que este menor que fuera trasladado al Consejo Tutelar también refirió entre otras cosas y haciendo señalamiento directo como comprador de vehículos que éste ha robado al C. José Luis Adame Castillo, que también lo conocen con el apodo El Perro y su hijo de éste, José Manuel Adame Tapia, conocido como Perro hijo, de los cuales recibía la cantidad de 7 mil pesos por los vehículos Nissan tipo Tsuru, y que le entregó cuatro vehículos de éstos, y por la camioneta Ram de color gris le dieron la cantidad de 10 mil pesos, manifestación (sic) la cual se omitiera por instrucciones superiores…

Revancha.
Hacia el mediodía del ese jueves 6, justo el día en que por la tarde rindió protesta como candidato a gobernador, con la asistencia de Manuel Espino, presidente nacional del PAN, un enfurecido Marco Antonio Adame afirmó que su hermano y su sobrino fueron víctimas de “una agresión ilegal” de agentes ministeriales del gobierno estatal.

Acusó que “sin mediar orden de aprehensión, con lujo de violencia física y armas de alto poder”, los agentes allanaron el domicilio de su hermano, “estando su familia, sus hijas, sus hijos, su esposa, su nieto, entrando a la casa, destruyendo objetos y se los llevaron de manera violenta en una camioneta”, y “luego de andarlos paseando por distintas zonas de la población San Carlos y sus inmediaciones, de intimidaciones, de amenazas y una serie de ofensas, fueron soltados, como se dice en el argot, sin haber mediado un proceso jurídico alguno”.

Sin embargo, el informe del médico cirujano forense Eduardo Sánchez Lazo tuvo una conclusión distinta: José Luis Adame no mostró “huellas de lesiones físicas” y su joven hija Janeth Adame Tapia presentó una “excoriación” en el antebrazo derecho de “40 milímetros de longitud”.Pero la procuradora, emplazada por el candidato, dijo que se trató de un “error” y que se sancionaría a los responsables: sus propios empleados, quienes desde temprano de ese día fueron concentrados en las instalaciones de la Procuraduría de Justicia.

Los 13 agentes inculpados fueron notificados de que serían sometidos a un proceso disciplinario, como paso previo a su consignación, según la boleta de arresto firmada por el coordinador de la Policía Ministerial, que fundamentó su decisión en el artículo 76, fracción VII, de la Ley del Sistema Integral de Seguridad Pública, que ordena a los agentes “velar por la vida e integridad física y proteger los bienes de las personas detenidas o que se encuentren bajo su custodia, en tanto se ponen a disposición del Ministerio Público u otra autoridad competente”.

Pero para las esposas de tres de los detenidos no hay duda: Los policías que participaron en la captura actuaron conforme a su responsabilidad y, por presiones del senador Adame, se dejó libre a quienes fueron señalados como compradores de autos chuecos.Rosalía Escobar Erazo, Patricia Espinoza Ramos y Marisela Maldonado Santiago, esposas de Gerardo Arturo Posadas Álvarez, Francisco Javier Pérez Venegas y Nicanor Nava Cuenca, respectivamente, afirman que se trata de una “enorme injusticia por razones políticas” y responsabilizan públicamente a los Adame Castillo de la integridad de ellas y sus maridos, recluidos en el penal de Atalcholoya.

Y con base en la denuncia presentada a instancias del senador con licencia por los delitos de privación ilegal de la libertad, allanamiento de morada, daño en propiedad ajena, lesiones y lo que resulte, los policías fueron detenidos con celeridad y “con engaños”, dicen las mujeres, quienes advierten de la falta de garantías en el penal.

La juez Guadalupe Delfina Arredondo sujetará a proceso a los agentes sólo por el delito de abuso de autoridad, con el argumento de que, en el operativo, se introdujeron con violencia al domicilio y previamente gritaron varias veces una frase ofensiva: “¡Salgan, pinches Perros!”.

Estos pinches perros panistas junto con Fecal y Espino son los que presumen tener las manos limpias, pero las tienen limpias de callos, porque en su pinche vida han trabajado, toda su méndiga vida han medrado del erario, y no se llenan quieren mamarse toda la chiche.

Una razón mas para votar por AMLO y la mayoría perredista al Congreso.

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