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jueves, mayo 25, 2006

IFE, INEGI, Y LA COMPRA DE VOTOS

DOS notas DOS. La primera: Esto que sigue confirma algo que ya se había comentado con anterioridad en La Jornada: hay una discrepancia de millones entre los números del IFE y los del INEGI, lo cual sugiere un posible inflado del padrón electoral. Chequen:

México SA

Carlos Fernández-Vega
¿Dónde se perdieron 9 millones de mexicanos?

Solecito Cifras de población del INEGI y del IFE no coinciden

En esta vida todo puede perderse: un amor, un empleo, un perro, pero ¿será posible extraviar entre 7 y 9 millones de ciudadanos de un solo plumazo? Parece que sí.

Lo anterior, porque el INEGI ha divulgado los resultados definitivos del segundo Conteo de Población y Vivienda 2005, levantado por ese organismo en octubre pasado, y sus números arrojan una diferencia negativa de 7 a 9 millones de ciudadanos mexicanos con respecto al padrón electoral y la lista nominal considerados por el Instituto Federal Electoral (IFE) para las elecciones del 2 de julio.

En dichos comicios podrán votar los ciudadanos de 18 años o más que cuenten con credencial electoral, y en este sentido el IFE (con información al 30 de abril de 2006) reconoce un padrón electoral de 71 millones 758 mil 545 ciudadanos y una lista nominal de 71 millones 378 mil 663. (Como dato técnico, en el padrón electoral del IFE están inscritos todos los ciudadanos mexicanos que lo solicitaron, con el fin de obtener su credencial para votar con fotografía y así ejercer su derecho al voto. En la lista nominal se encuentran todos aquellos ciudadanos que solicitaron su inscripción al padrón y ya cuentan con su credencial para votar con fotografía vigente).

Esas son las cifras del IFE, que resultan entre 11 y 14 por ciento mayores a las reconocidas por en el segundo Conteo de Población y Vivienda 2005 y sus resultados definitivos. Sin duda, un porcentaje que fácilmente definiría el resultado de los comicios.

El Conteo del INEGI subraya que en 2005 los mexicanos con 18 años de edad o más sumaron 62 millones 565 mil 52, mismos que, en su calidad de ciudadanos, tienen derecho a votar. Si se compara esta cifra con la que avala el padrón electoral del IFE, la diferencia (a favor de este último) es de 14.69 por ciento o, lo que es lo mismo, 9 millones 193 mil 494 personas en edad de sufragar.

Como es altamente posible que muchos de los mexicanos con 17 años al momento del Conteo (octubre de 2005) llegaron a la mayoría de edad en marzo de 2006 (fecha límite para inscribirse en el padrón electoral y obtener la credencial de elector), habría que reconsiderar la cifra anterior.

Suponiendo que todos los involucrados en ese universo cumplieron 18 años a más tardar en el tercer mes del presente año y que todos se inscribieron en el padrón y en la lista nominal, la diferencia entre el padrón electoral y el Conteo de Población se reduciría a cerca de 7 millones de ciudadanos, es decir, una diferencia de 11 por ciento, a favor, obvio es, de las cifras del IFE.

No existe posibilidad de conciliar cifras. Por ejemplo, el IFE asegura que los ciudadanos de 20 a 24 años inscritos en el padrón electoral suman 9.53 millones; el INEGI sostiene que en ese rango de edad se contabilizaron 8.9 millones; entre una y otra cifra existe una diferencia superior a 7 por ciento.

Algo similar sucede con los que están en el rango de 30 a 34 años de edad: casi 10 millones de ciudadanos inscritos en el padrón electoral, asegura el IFE; poco menos de 8 millones de mexicanos, sostiene el INEGI. Diferencia: 25 por ciento. Y así por el estilo.

Lo único que queda claro es que el INEGI contabilizó un número menos de ciudadanos que los que el IFE mantiene inscritos y da por buenos.

Por más aceitado y probado que esté el mecanismo, todo conteo poblacional conlleva un margen de error, aceptable y entendible en la mayoría de los casos. También sucede con las encuestas, los censos agrícolas, industriales o de vivienda y con tantos otros mecanismos de medición.

Sin embargo, un margen de error de entre 11 y 14 por ciento resulta un verdadero exceso, o en el mejor de los casos un error contable inadmisible, especialmente en medio de un ácido proceso electoral. Entonces, en el caso que nos atañe, ¿el padrón del IFE está inflado, o el Conteo del INEGI desinflado? ¿A quién confiarle?

El Instituto Federal Electoral asegura que el padrón electoral "tiene gran confiabilidad y la más alta cobertura en su historia": 95.41 por ciento de la población mayor de 18 años está empadronada y 91.98 por ciento cuenta con credencial de elector. Por su parte, la eficiencia del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática está más que probada, y concretamente para el levantamiento del segundo Conteo de Población y Vivienda 2005 utilizó a un ejército de 95 mil personas para obtener el menor grado posible de error. ¿De dónde, pues, la diferencia de entre 7 y 9 millones de ciudadanos, justo a 39 días de las elecciones?

Más allá de la diferencia abismal, en términos electorales ¿a qué equivalen entre 7 y 9 millones de votos potenciales?

Para dar una idea, al padrón electoral íntegro del Distrito Federal (7.15 millones de ciudadanos) o el estado de México (9.2 millones), o si se prefiere al de Veracruz y Jalisco juntos (4.9 y 4.3 millones, respectivamente); Tabasco, Guanajuato y Nuevo León (1.34, 3.44 y 2.96 millones, que suman 7.74 millones de votos potenciales); o al de Aguascalientes multiplicado por 10.

A escasos 39 días, ¿quién arreglará el entuerto?

Las rebanadas del pastel:

No se fijen en detalles: diestro o siniestro, Felipe Calderón avaló el atraco del siglo llamado Fobaproa-IPAB.


Y ni modo que digan que los 9 millones de Mexicanos faltantes se fueron de mojados a Estados Unidos por que el promedio anual de mexicanos que se fueron a Estados Unidos de ilegales fue de 1 millón al año. Es decir: no más de 6 millones. Que son muchos--el 6% de la población--pero que no dejan de ser menos de los que faltan.


La segunda nota es peor. La ONU de plano alerta que los programas sociales en México están en riesgo de ser usados para comprar votos. Vean:


Prevé ONU compra de votos

Incertidumbre y polarización electorales en México superan lo previsto, dice el organismo internacional

Durante el actual proceso electoral no se podrá evitar la compra del voto de los sectores más pobres de la población, advirtió el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En lo que va del proceso, y por primera vez en el mundo, el organismo ha aplicado una estrategia que pretende evitar la manipulación electoral de planes oficiales contra la pobreza.

El secretario Ejecutivo del Alto Consejo por la Transparencia de los Programas Sociales Federales, Alejandro Grinspun, dijo a EL UNIVERSAL que el proyecto se ha complicado en la medida en que se acerca la fecha de los comicios.

El clima de incertidumbre y polarización políticas ha superado las previsiones que tenía el PNUD, aceptó.

Informó que su misión de blindaje se ha enfrentado a tiempos muy reducidos y entregas de presupuestos a destiempo por parte del gobierno federal.

"Hemos detectado problemas, pero no estamos en condiciones de evaluarlos. Nosotros estamos para sensibilizar y prevenir. Nadie puede descartar que vayan a ocurrir situaciones de presión o de condicionamiento del voto", expuso.

"Quedan fuera de vigilancia muchos recursos destinados a fines sociales, por ejemplo lo que se destina a través del Ramo 33. También escapan al proyecto programas sociales estatales y municipales", explicó.

Señaló que en visitas a los estados la gente ha denunciado el uso electoral de programas que estaban destinados a los damnificados por los huracanes Stan y Wilma.

La población le dio a conocer que es justamente en estos tiempos políticos cuando las autoridades hacen llegar los apoyos.

El funcionario externó su preocupación por el destino de los votos de los mexicanos más pobres que, resaltó, son "los más vulnerables".

Actualmente el reto en México "no está en lo que ocurre en la casilla el día de la elección, sino lo que sucede en la fila antes de la elección", destacó.

"Me parece que es un atropello a la democracia, si a la vulnerabilidad socioeconómica de las familias, se le suma la vulnerabilidad de cercenar el ejercicio de sus derechos civiles y políticos el día de las elecciones", expresó.

Por su parte, Thierry Lemaresquier, representante del PNUD, llamó a respetar al Instituto Federal Electoral y al Tribunal Electoral. "Uno de los peores atropellos sería dañar a la institucionalidad en un momento en el que la necesitamos más que nunca", dijo.

No descartó que ante un escenario cerrado de elecciones sea difícil dar a conocer el resultado de los comicios.


Digo, por si todavía quedaba duda de que habrá fraude electoral.


Una razón más para votar por el peje y por el PRD para el congreso en el 2006.

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